Todo va a depender del tipo de ayuno, asegura el nutriólogo Jimmy Barranco. “El ayuno no es más que el período que va, generalmente, después de cuatro horas de ingerir una comida. En ese período, se vacía el estómago y el intestino, entonces, ya estamos en ayuno”, explicó el nutriólogo, quien tiene consulta en Cedimat.
De acuerdo a Barranco, hay diferentes modalidades de ayuno:
El intermitente que, como su nombre lo indica, tiene un período entre 12, 14 y 20 horas de ayuno, que se hace con el propósito de perder peso o con fines religiosos.
El alterno. En un día se ingiere menos de 25 calorías, entonces al otro día es libre. Es decir, un día sí y un día no.
El periódico. Se hace uno o dos días a la semana en el que se ingiere menos del 25 % de las calorías que se necesitan, y los demás días quedan libres.
“Durante el período de ayuno es importante ingerir sales, suero, agua de coco, ¿por qué? Porque en esa fase se pierden electrolitos, sodio, potasio, magnesio, cloro, etc”, aconsejó el especialista.
¿Califican todas las personas para hacer ayuno?
Realmente no, expresó Barranco. “El ayuno está contraindicado. Cualquier persona diagnosticada con una patología; personas con depresión; con trastorno de la alimentación como bulimia y anorexia nerviosa; embarazadas o lactando; así como los niños y los envejecientes, no deben ayunar porque representa un riesgo”, aconsejó Barranco.
Ayuno con fines de bajar de peso
Según Barranco, no es el mejor método para rebajar de peso, aunque tiene sus beneficios a corto plazo. Por ejemplo, a corto plazo con el ayuno intermitente, pero alterno (un día sí y un día no), se pueden llegar a perder hasta dos libras a la semana; y una libra cuando es uno o dos días a la semana.
“Existen otros tipos de dietas con las que se puede perder peso sin tanto sacrificio: reduciendo las cantidades, consumiendo alimentos integrales que den sensación de plenitud, tomando suficiente cantidad de agua y muchas fibras”, puntualizó sobre el tema.
