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La satisfacciónSeñor director. Si hay algo que de verdad anhelamos es sentir satisfacción por la vida que llevamos y lo que hacemos. El sentir que acumulas al obtener un sin número de satisfacciones, es la mejor forma…

La satisfacción

Señor director. Si hay algo que de verdad anhelamos es sentir satisfacción por la vida que llevamos y lo que hacemos. El sentir que acumulas al obtener un sin número de satisfacciones, es la mejor forma de llevar una vida plena y gozosa.

Esta palabra abarca muchas vertientes, pero en resumidas cuentas se trata de sentir un bienestar generalizado (mente cuerpo y espíritu), placer, tranquilidad y paz respecto a algo que se anhelaba y se obtiene, ya sea un deseo o una necesidad.

Existen diferentes grados de satisfacción, capaces de lograr que nos sintamos realizados y felices dependiendo del grado de necesidad o deseo que se sienta de obtener ese algo que anhelamos.

Estar totalmente satisfechos sería el estado ideal del sentir del Ser respecto a este plano existencial.

Estar altamente satisfechos es un estado de plenitud y gozo que nos ayuda al buen desenvolvimiento diario. Estar moderadamente satisfechos, es un nivel aceptable de felicidad, ya que la moderación siempre será parte de la armonía y la satisfacción del equilibrio interior. Estar escasamente satisfechos, aunque en parte es un paso adelante, nos deja un halo de mediocre resignación temporal, lo importante es poder elevar ese grado.

Estar insatisfechos es el peor estado del Ser, nos provoca apatía, depresión, angustia o indigestión y desagrado por la vida que tenemos o por el cómo la estamos llevando, mejor dicho, esa amarga sensación de que es ella quien nos lleva a nosotros en contra de nuestros deseos.

Atendiendo a esta clasificación, sería recomendable hacer un alto, estos días que se han denominado de Cuaresma y para muchos son propicios para reflexionar, quizás sean un pretexto para hurgar en tu interior y determinar cuál es el grado de satisfacción que te acompaña a estas alturas de tu vida, qué tan a gusto y controlada llevas tu vida o si por el contrario, estás a disgusto y sientes que ella te controla a ti. Dependiendo de lo que descubras, sabrás qué medidas tomar para elevar el grado de satisfacción general de tu Ser. No le dejes nada al azar, ni a Dios o a los demás, esa tarea te corresponde solo a ti.

La satisfacción empieza en el interior, y fluye hacia el exterior y las cosas salen a pedir de boca. Si estás satisfecho contigo mismo, hay más probabilidades de que lo estés con todos y con todo. Déjate fluir y podrás constatar como fluye también la vida y todo lo que de ella se deriva.

¿Qué tan prioritario es para ti satisfacer tus necesidades y deseos? De tu respuesta saldrá la fortaleza interior o la fuerza de voluntad apremiante para lograrlo y hacer de cada día una aventura maravillosa, sorprendente y grata, siempre y cuando sepas definirte como la entidad única y especial que eres, y le pongas ganas, fe, intención y sobre todo impregnes de mucha pasión todo lo que hagas, con el corazón y la vida puesto totalmente en ello.
Idalia Harolina Payano Tolentino
Ciudadana

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