Los partidos políticos
Señor director: Los partidos políticos han pasado por un proceso degenerativo en el sentido de que han dejado de ser parte del soporte de la democracia para convertirse en una especie de negocios en los que se venden ilusiones, promesas, y otras falacias (demagogia) y en un tiempo relativamente corto sus dueños han pasado de la carencia total a la abundancia, como si tuvieran una varita de virtud que les da lo que se les antoje. Es un negocio donde no hay pérdida, tampoco inversión, sólo ganancia. Es como el pordiosero que no pierde si no le dan una limosna, y gana si le dan.
¿Por qué cree usted que por todo el país hay construcciones permanentes de urbanizaciones, torres, mansiones, ventas por pipá de jeepetas y otros vehículos de lujo? Es porque hay miles de personas con un sólido poder adquisitivo proveniente de esos “negocios” , que cada cuatro años surgen nuevos millonarios de esos establecimientos comerciales.
Pero, ¿de dónde provienen esos recursos para que los mercaderes de la política fácilmente obtengan esos bienes? De los impuestos que pagan los que no se benefician de ese comercio. ¿Cómo es posible que el Estado en este año le regale RD$885 millones a los llamados partidos políticos para luego sus dueños disputarse el erario como una piñata? Así no, ni se debe ni se puede.
Por eso usted observa que en la exhortación (somos el cambio, lo nuevo, vamos a meter preso a los corruptos …) que les hacen los propietarios de esos comercios para obtener su firma, y que la JCE le dé su reconocimiento como partido, sale a flote la codicia y el interés de todo aquel que quiere formar un grupúsculo porque eso le garantiza una “tajá” del pastel que se llama presupuesto de la nación porque así lo garantiza la Ley 275-97.
Cómo es posible que Fulano que desde 1996, 2000, 2004 …, por ejemplo, milita en un partido X, y que era un descobijado, hoy sea multimillonario por ser socio de un comercio electoral conocido como partido.
De manera que sería saludable para el presupuesto de la nación que la Junta Central Electoral-JCE- elimine la Ley 275-97 y que todo aquel que quiera crear un negocio electoral –partido- que lo mantenga con el dinero de sus bolsillos.
José Medina Fleury
Ciudadano
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Señor director: Excelente el artículo de Nelson Encarnación sobre la OEA. El señor Almagro amarga. Es el mismo que exige que todos los ilegales haitianos sean acogidos y documentados como legales o ciudadanos dominicanos, desconociendo descaradamente nuestra Constitución.
José Peláez
Ciudadano
