Ley de partidos y poder político

La ley de partidos resulta ser una oportunidad para que se establezcan normas que hagan superar debilidades en los partidos. A propósito de esta Ley, se aprecia el interés de sectores económicos y de la sociedad civil en reducir la capacidad y…

La ley de partidos resulta ser una oportunidad para que se establezcan normas que hagan superar debilidades en los partidos. A propósito de esta Ley, se aprecia el interés de sectores económicos y de la sociedad civil en reducir la capacidad y presencia de los partidos en el Estado. El fondo del aparente debate sobre esta Ley es la lucha por el poder político.

Esto se origina en que grupos económicos se han consolidado al amparo de la estabilidad y crecimiento macroeconómico, pero en vía contraria el sistema de partidos se debilita por desfase ante ese crecimiento.

No se discute que el capitalismo es voraz y ese comportamiento se practica entre ellos mismos. Por esa razón se utilizan las instituciones del Estado para acomodar los mercados regulándolo.

Debido a que América Latina viene detrás de los grandes países, en un esfuerzo de acumulación y crecimiento de capital, está en una situación desigual con los bloques de países altamente desarrollados.

Pero para Latinoamérica no basta con el crecimiento económico, se necesita tiempo para aplicar políticas de Estado y lograr inclusión social, consolidar las instituciones, transformar el pensamiento y la cultura, lograr cohesión social. Los gobiernos cabeza del capitalismo mundial parecen no entienden esas diferencias. Creen que con un plumazo deben ser resueltos flagelos sistémicos, por demás creados por ellos mismos, cuando colonizaron.

Se ha avanzado porque el sistema capitalista se ha universalizado y ha sustentado el régimen democrático; aunque para que funcione debe funcionar la macroeconomía; si el crecimiento va mal, va mal el régimen democrático y el país de que se trate entra en crisis afectando a quien gobierne.

Lo que explica que antes saliera del poder por golpes de Estados militares y hoy en procesos electorales o con golpes blandos, es que la democracia está al servicio de condiciones adecuadas para que funcione el mercado; si hay crisis económica, entra en crisis el régimen político.

Esto ha surgido por la estabilidad y crecimiento macroeconómico. Si se observa el crecimiento dominicano del PIB ha sido desde 1963 de 940 millones de dólares; luego al fundarse el PLD en 1973 de 2 mil 344 millones; al llegar al poder, en 1996, estaba en 18 mil millones; al 2016 en 67 mil millones; es decir, 71 veces más que en 1963.

EU está situado en 18 billones (18 millones de millones) de dólares, el promedio de América Latina, conforme cifras del Banco Mundial, se situaba en 1960 en 83.3 mil millones; en 2013 en 6.2 billones (lea billones), descendiendo en 2015 a 5.4 billones. Equivale igual que aquí a71 veces de crecimiento desde 1960 al 2013.

Si se observa, la actual crisis política en la mayoría de nuestros países se origina en ese decrecimiento del PIB de 2013 al 2015.

El capitalismo pone el régimen democrático a descansar sobre los partidos políticos y con él los derechos fundamentales; esa es la feliz coincidencia con las fuerzas políticas progresistas.

Pero cuando los empresarios participan en política como políticos o los políticos en el mercado como empresarios, se viola esa regla de oro.

Eso explica que la Ley de Partidos se quiera aprovechar para reducir el peso de los partidos en el manejo del Estado; en definitiva se trata de una lucha de poder.

Posted in Columnas, Edición ImpresaEtiquetas

Las Más leídas