Cleveland pasa trabajo en un Este en el que Orlando es sorpresa, mientras Golden State no inició como se proyectó

Es temprano para asustarse, pero la tabla de posiciones de la temporada 2017-18 de la NBA muestra un comportamiento atípico. Y no es solo porque los llamados “súper equipos” se encuentran nivelados al resto, sino también porque las franquicias modestas han arrancado de la mejor manera, especialmente aquellas ubicadas en la Conferencia Este, habitualmente conocida como la más débil en la liga estadounidense.

Hasta ayer, los conjuntos del Este tenían marca de 22-24 frente a los rivales de la Conferencia Oeste, un dato que confirma el panorama en cuestión.

De hecho, dos escuadras de esta conferencia comparten el mejor registro en estas casi dos semanas de campaña: Boston Celtics y Orlando Magic, ambos con registro de 6-2. Estos dos han salido victoriosos las cinco veces que se han medido a escuadra del Oeste.

El arranque de Boston se esperaba, especialmente por las adquisiciones de Kyrie Irving y Gordon Hayward. Kyrie ha estado increíble, pero Gordon quedó fuera el primer día de competencia con una grave lesión en una de sus piernas.

Quizás este comienzo de los Celtics se vea algo superlativo debido a que la escuadra que se supone debe ser su gran rival por la supremacía del Este se encuentra atacada en el sótano de toda la NBA. Ese equipo es Cleveland Cavaliers. La tropa del perenne candidato al premio MVP, LeBron James, tiene un despegue inicial una sola vez visto en la era de este jugador allí. Cleveland posee registro de 3-5, con cuatro derrotas seguidas, la primera vez que eso sucede desde la temporada de novato (2005) de James.

Durante los primeros ocho encuentros de la temporada pasada (2016-17), los Cavaliers llevaban marca de 7-1, en ese momento el segundo mejor registro de la NBA, solo superado por los Clippers de Los Ángeles (8-1).

La defensa de Cleveland ha flaqueado. En su más reciente partido, ante Indiana Pacers, los Cavaliers aceptaron 30 o más puntos en cada uno de los cuatro parciales, algo que nunca le había pasado a un equipo de LeBron. Tras ese encuentro, James optó por dar crédito a los demás conjuntos. “Muchos equipos están jugando bien en este momento”, dijo. “Nosotros no. Es un hecho simple”.

El vaticinado lugar de Cleveland lo ocupa Orlando. El Magic ha tenido un comienzo brillante, con una ofensiva tan fluida como la del Golden State de las últimas temporadas. Orlando (6-2) viene de superar a los Grizzlies en Memphis para acabar con una sequía en esa ciudad que se daba desde 2008.

Lo cierto es que el ataque del Magic ha sido copioso con un trío que exige su espacio en la liga en Evan Fournier, Aaron Gordon, Nikola Vucevic. En sus primeros ocho partidos, el Magic ha encestado 919 puntos, apenas la segunda ocasión que eso le sucede a esa franquicia para esa cantidad de choques y la tercera ocasión en sentido general que se da en la NBA desde la temporada de 1995-96. Las dos más recientes ocasiones son de Golden State (2015-16 y 2017-18). La marca de Orlando para ocho partidos en la campaña anterior fue prácticamente a lo inverso de hoy: 3-5.

Golden State no escapa a este atípico inicio. La campaña anterior iban 6-2 a estas alturas, pero en estos momentos están con 5-3, con dos de esas derrotas en su hogar del Oracle Arena, feudo en el que tuvieron apenas cinco reveses en sus 41 presentaciones.
Eso es preocupante, porque prácticamente se trata de la misma nómina que obtuvo el campeonato la temporada pasada. Su dirigente Steve Kerr no tardó en criticar a sus jugadores.

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