El Paycom Center de Oklahoma City, una ciudad de apenas 700.000 habitantes, acoge desde este jueves las Finales NBA entre los OKC Thunder y los Indiana Pacers, un cruce de franquicias de mercados pequeños que se han ganado, con una brillante dirección deportiva, la vitrina más importante del baloncesto estadounidense.
La NBA coronará un nuevo campeón después de la eliminación de los Boston Celtics en las semifinales de Conferencia y el nuevo rey de la liga de baloncesto estadounidense saldrá de un cruce inédito entre OKC y Pacers.
Oklahoma City, liderado por el MVP Shai Gilgeous Alexander, regresa a las Finales por primera vez desde 2012, mientras que los Pacers tuvieron que esperar 25 años para volver a jugarse el anillo en esta serie al mejor de los siete partidos.
Los Thunder firmaron una temporada regular extraordinaria con 68 victorias, la quinta mejor marca de siempre, y eliminaron en su camino hacia las Finales a Memphis Grizzlies (4-0), Denver Nuggets (4-3) y Minnesota Timberwolves (4-1).
Los Pacers llegaron a los ‘playoffs’ como cuartos cabezas de serie, pero dispararon su nivel competitivo en la postemporada y tuvieron un camino triunfal hacia las Finales.
Arrollaron 4-1 a los Milwaukee Bucks, 4-1 a los Cleveland Cavaliers, los primeros favoritos en el Este, y ganaron 4-2 una intensa serie frente a los New York Knicks.
Dos franquicias de mercados pequeños impusieron su poderío ante gigantes de la NBA repletos de estrellas como los Celtics o Los Ángeles Lakers, que incorporaron el pasado febrero al esloveno Luka Doncic.
Los Thunder ocupan la vigésima quinta plaza entre las franquicias que mejor pagan a sus jugadores, con un total de 165 millones de dólares, mientras que los Pacers son decimoctavos en esta clasificación, con 169 millones de dólares.