Sosa aceptaría ser uno de los asistentes en la selección dominicana para el próximo Clásico Mundial de Béisbol
Aunque alejado del terreno, concentrado en sus negocios y dedicado a la familia que no disfrutó tanto en su época de jugador, hay una situación que lograría que Sammy Sosa se ponga el uniforme.
El único mortal con tres temporadas de al menos 60 cuadrangulares en la historia de las Mayores no tendría forma de decir que no si es convocado a formar parte del grupo de entrenadores de la selección dominicana para el próximo Clásico Mundial de Béisbol.
“Para mi país, lo que sea”, dijo Sosa ayer por la vía telefónica desde su residencia en Miami.
El otrora estelar de los Cachorros de Chicago había aclarado que no estaba dentro de sus planes estar de lleno en labores de entrenador. “Volver al terreno de juego como coach me haría salir del plan de negocios que tengo. Creo que debo pensarlo bien”, dijo al ser entrevistado en el espacio Mañana Deportiva, que se difunde de lunes a viernes por CDN Radio de 7-9 de la mañana.
Pero cuando se le habló de tener el uniforme dominicano, su narrativa cambió por completo.
“Si me dan la oportunidad de ser coach para el Clásico Mundial de béisbol lo aceptaría. Para mi país estoy en primera fila”, señaló.
Situación actual
Consultado sobre la situación actual que vive el mundo por la pandemia del coronavirus, Sosa espera que todos los dominicanos cooperen con el llamado de las autoridades.
“Creo que lo importante es evitar que el contagio sea mayor. Es bueno que nos quedemos en las casas. Vamos a quedarnos en casa y orar”, dijo el Jugador Más Valioso de la Liga Nacional en 1998.
“Este es un momento de pedirle al Señor que nos ayude a salir de esta situación. Orar es importante, valioso y además tenemos que acatar las instrucciones de las autoridades”, señaló.
“Esta es una situación difícil por la que estamos pasando. Yo espero que Dios nos proteja. Lamento que haya personas afectadas por este virus”, añadió.
Sosa lleva varios años concentrado en su familia y ahora, según explicó, recibe los beneficios de una vida tranquila.
“Mi mayor prioridad es mi familia. Cuando uno está activo, no pasa mucho tiempo en casa. Ya mis hijos están grandes, dedicados a sus profesiones, por lo que le doy gracias a Dios.
Ahora compartimos más, por igual mi ritmo de vida es mucho menos agitado que antes y estoy mucho más cerca del Señor”, dijo.
“Leo mucho la palabra, el mensaje del Señor. Son cambios para bien que uno da en la vida y me siento muy feliz por sentir esta paz, esta tranquilidad junto a los míos”, comentó.
Sosa, de 51 años, tuvo una carrera de 18 campañas en Grandes Ligas. Bateó para .273 con 609 jonrones y 1,667 carreras remolcadas.