Domingo dice a elCaribe que utilizó las críticas como motivación para ser uno de los mejores bates de Milwaukee

No escuchó las críticas, tampoco pensó en los dos años de lesiones por los que atravesó, más bien Domingo Santana se concentró en probarse a sí mismo que estaba listo para ser un jugador de todos los días en Grandes Ligas con los Cerveceros de Milwaukee.

A su llegada a los Cerveceros despertaría ese ímpetu del jugador que había soñado desde los cinco años cuando agarró un bate. Las ilusiones no se romperían y en la pasada campaña, Domingo logró ser uno de los bateadores más confiables que el equipo tuvo en toda la temporada, además de conectar 30 cuadrangulares, por primera vez en su carrera. “Todo cambió a mi llegada a Milwaukee, el dirigente (Craig Counsell) siempre fue honesto conmigo, y me dijo muchas cosas que me ayudaron a sentirme confiado en el plato, solo necesitaba estar en salud y así pasó en la pasada campaña”, expresó Santana a elCaribe.

Desde el 2014, que fue ascendido por los Astros de Houston, Domingo batalló para adaptarse al nivel de Las Mayores. Su potencial brilló varias veces pero no era consistente. Además, luchaba por un puesto en los jardines, con tres prospectos más a punto de llegar de la finca de Houston. “No me quejo de nada de lo que pasó en Houston, me dio el chance de llegar a Grandes Ligas, gracias a Dios salí de ahí y cuando llegué a Milwaukee, verdaderamente me dieron la oportunidad”, afirmó el patrullero que la pasada temporada terminó con promedio de .278, pegó 30 jonrones e impulsó 85 partidos en 151 juegos.

Era el tipo de temporada que el equipo necesitaba y que Domingo, a sus 25 años, luego de haber atravesado por tres equipos y en un momento ser el número tres en el sistema de Houston detrás de Carlos Correa y Mark Appel, necesitaba.

“Estaba consciente de lo que representaba esta temporada. Lo que yo me di cuenta es que uno tiene que tratar de ajustarse, el béisbol arriba es el que menos falle. Y yo trabajé mucho en el pasado invierno para lograr esto. Fue un excelente año para mí y el equipo”, sostuvo Santana, quien quedó segundo en el equipo en los renglones de impulsadas (85), imparables (146), dobles (29) y transferencias recibidas (73).

No todo fue por obra de magia, en el invierno de 2016, Santana, tenía dos tareas pendientes; revertir las críticas y apoyarse en un plan de trabajo de Emyi Capellán y en los consejos de Manny Amador. “Muchísima gente me decía que me ponchaba mucho, y yo nada más lo escuchaba y les decía que yo podía llegar y que este era mi año”, agregó Santana previo a sus entrenamientos en el gimnasio llamado ‘Kakata’, del cual es propietario Capellán, en Villa Juana.

“Muchas personas dudaban que llegaría a este nivel y tuve que lidiar con las críticas pero lo más importante, no le defraudé a Dios, a mis padres, a mis entrenadores que siempre confiaron en mí, y ahora a mi hija. Les respondí a los que dudaban de mí”, agregó.

Y en ese momento, mientras hacía un balance de todo lo que había acontecido para llegar a ese nivel se recordó de su madre Aida, sus esfuerzos y lo que hizo para alcanzar su meta. “Mi madre es mi motor, ella y mi hija, mis abuelos y mi padre.
Muchas veces en St. Thomas no teníamos para pagar la renta. Un día nos tuvimos que salir de la casa, me dolió mucho, con lágrimas sobrepasé todo eso, y me prometí a mí mismo que iba a ser un guerrero y que daría todo lo mejor de mí”, manifestó Santana, quien vivió alrededor de siete años en St. Thomas.

Santana, a su vez, ha depositado gran confianza en su entrenador, Capellán, con el que ha trabajado en los dos últimos años. “Capellán ha influido muchísimo en mí. Me ha enseñado a cómo trabajar mi cuerpo, la velocidad; cuento con un gran amigo”, indicó Santana, quien también pertenece al conjunto del Licey en el béisbol invernal dominicano.

De su lado, Emyi confesó su principal sistema de trabajo con Santana. “Nosotros trabajamos más en su fuerza para poder encontrar lo que andaba buscando. Su base de preparación consistió en trabajar su físico de lunes a sábado desde las seis de la mañana. Luego, la parte del gimnasio a partir de las siete de la noche”, enfatizó Emyi, quien fue atleta de campo y pista durante seis años con la selección nacional.

Con un 2017 fuerte, Santana ha solidificado su lugar con Milwaukee para 2018 y buscará la manera de incrementar sus números para convertirse en un bateador confiable en los años venideros. “Tengo que seguir trabajando fuerte porque sé que puedo hacer más. Lo que yo me di cuenta es que uno tiene que tratar de ajustarse, el béisbol arriba es el que menos falle y eso trataré de lograr”, agregó el jardinero.

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