Una fiesta con sabor a béisbol en la que se bateó de jonrón. Así celebró ayer la Embajada de los Estados Unidos de Norteamérica el 243 aniversario de su independencia en el Estadio Quisqueya Juan Marichal de la ciudad capital.

El viejo parque fue el escenario para una nueva versión de esta actividad, que durante muchos años en línea se realizó en los terrenos de la residencia del embajador de turno en el país. Robin Bernstein, quien es la persona acreditada para ese cargo en la República Dominicana, ha demostrado que gusta romper parámetros y anoche lo puso de manifiesto una vez más cuando a las 7:35 empezó a dirigirse a los presentes luego de que el maestro de ceremonias, Kevin Cabral, le cediera el uso del micrófono.

La ceremonia, conmemorando la gesta del cuatro de julio de 1776, se inició a las 7:30, tal y como estaba pautado, con la presentación de las banderas a cargo de integrantes del cuerpo de infantería de marina de los Estados Unidos.

“Muy buenas noches a todos, gracias a todos por acompañarnos en esta celebración tan importante del 243 aniversario de la independencia de los Estados Unidos”, fueron sus palabras de entrada luego de haber saludado al ministro de Relaciones Exteriores, Miguel Vargas Maldonado, a los expresidentes Hipólito Mejía Domínguez y Leonel Fernández Reyna y al procurador general de la República, Jean Alain Rodríguez, y a los demás funcionarios civiles y militares e invitados especiales.

“¡Qué mejor manera de conmemorar el evento que con una celebración del deporte nacional de los Estados Unidos, el gran juego del béisbol!”, manifestó la embajadora Bernstein, escoltada por los tres criollos que están en el Salón de la Fama de Cooperstown, Juan Marichal, Pedro Martínez y Vladimir Guerrero, además de su familia. Luego pasaron a acompañarles el congresista Adriano Espaillat y Rico Carty, otra de nuestras glorias del béisbol.

Dirigiéndose a los presentes desde una espaciosa tarima ubicada en el jardín central del conocido parque, Bernstein hilvanó un discurso en el que resaltó los fuertes vínculos entre los Estados Unidos y la República Dominicana.

“Escogimos este tema (el béisbol) y esta ubicación (el Estadio Quisqueya), que fue una idea de mi esposo (Richard Bernstein) porque representa la profundidad y la historia de nuestra relación como dos países y culturas unidas. Nunca me canso de decirlo porque es verdad, ¡Estamos Unidos!”, dijo emocionada Bernstein, lo que provocó fuertes aplausos de la concurrencia, en su mayoría ataviada con piezas de sus equipos preferidos de las Grandes Ligas y , por supuesto, de los equipos de la pelota invernal local, los campeones Estrellas Orientales, Toros del Este, Leones del Escogido, Tigres del Licey, Águilas Cibaeñas y Gigantes del Cibao.

Además de los inmortales de Cooperstown y de Ricardo Carty, asistieron los muy conocidos Miguel Tejada, Miguel Batista, Quilvio Veras y Sammy Sosa, quien tenía una franela de los Cachorros de Chicago.

Vargas Maldonado resalta fuertes vínculos

Vargas Maldonado dio las gracias a nombre del gobierno dominicano. “El gobierno de la República Dominicana, encabezado por el señor presidente Danilo Medina felicita y se une a esta celebración. Esta vez la señora embajadora Robin Bernstein ha tenido la brillante iniciativa de centrar la fiesta en una actividad recreativa que une a la República Dominicana y a su país con lazos indisolubles, el béisbol. Los Estados Unidos y la República Dominicana estamos unidos en un deporte que evoluciona con el tiempo al igual que nuestras relaciones”, agregó.

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