Novak Djokovic sabía que había dado positivo en COVID-19 cuando acudió a una entrevista con un periódico y una sesión de fotos en su centro de tenis en Serbia el mes pasado, un “error de juicio” porque debería haberse aislado de inmediato.

En una declaración publicada ayer en sus redes sociales, el astro del tenis también atribuyó a un “error humano” de su equipo de apoyo no declarase que había viajado en las dos semanas previas a llegar a Australia.

La visa del serbio fue primero revocada y luego restituida, en una controversia que gira en torno a si se le debería permitir la entrada en el país pese a no haberse vacunado contra el COVID-19. El caso ha provocado indignación en Australia y empañado la antesala del Abierto de Australia.

Djokovic admitió los lapsus y dijo que quería aclarar la “desinformación” sobre sus movimientos tras su positivo del mes pasado, aunque no especificó a qué imprecisiones se refería.

Las cuentas oficiales de Djokovic en las redes sociales publicaron un comunicado mientras él entrenaba en la Arena Rod Laver, su tercer ensayo desde que salió del hotel de detención migratoria.
La situación de Djokovic, campeón defensor del Abierto de Australia, donde se ha coronado nueve veces, sigue en el limbo de cara al primer major de la temporada, que se inaugura el lunes.

El número uno del escalafón mundial ganó el lunes una batalla legal por cuestiones de procedimiento, lo cual le permitió permanecer en la ciudad de Australia.

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