Santiago. Una vieja casona de madera, ladrillos y zinc, en pleno centro histórico, alberga a Casa Bader, un emblemático establecimiento familiar por donde han pasado notables figuras nacionales e internacionales a lo largo de 82 años.
El negocio fue fundado el 8 de abril de 1939 por los hermanos Bader, Lula y el fallecido Antonio Fadul, alias Ton Ton, en la que fuera su casa familiar, en el sector Los Pepines. “Pasar por Santiago y no detenerse en Casa Bader, es no haber estado en esta ciudad”, es una trillada frase creada por sus clientes, que al parecer se ha esparcido por todos lados, atrayendo a presidentes del país desde Trujillo a la fecha, peloteros de Grandes Ligas como Vladimir Guerrero, Pedro Martínez, Sammy Sosa y Tom Lasorda. También a Juan Luis Guerra, Enmanuel, Julio Iglesias, Cheo Feliciano, Don Francisco y la exvicepresidenta de EE. UU., Hillary Clinton, y otros.

La costumbre de tomar las cervezas vestidas de novias nació aquí, ya que el negocio trajo el primer frízer a Santiago desde Alemania, siendo las cervezas, junto a sus quipes elaborados con la misma receta familiar desde sus inicios, su sello distintivo, de acuerdo a lo expresado por el actual encargado, César Lora Fadul, junto a su madre Oneida Fadul de Lora. “El negocio ha sido una tradición de generación en generación, lo fundaron mi abuelo Ton Ton, junto a su hermana Lula, y Bader que era el hermano mayor. Tras la muerte de mi abuelo, hace 6 años, quedó a cargo mi mamá Oneida y yo, la tercera generación. Tengo dos años en el negocio tratando de mejorarlo, sin que se pierda la esencia, manteniendo todas las tradiciones”, expresa.

Bader

En sus orígenes, el establecimiento se llamaba “Café Las Estrellas”, y por orden de Trujillo se tuvo que quitar, ya que cuando este vio el logo, compuesto por una estrella, con otras cinco en cada punta, dijo que solamente él podía tener 5 estrellas en su condición de generalísimo, pasando a llamarse Bar El Lido, y en el 74, tras la muerte del hermano mayor, en su honor se le puso el nombre que ha dado la vuelta al mundo.

César asegura que desde su fundación, el negocio se mantiene igual, que quien lo visitó hace décadas y vuelve, es como si hiciera un viaje al pasado, incluso aún mantiene el frízer que importaron hace 81 años. “Es un frízer alemán y de ahí es que viene la tradición de la cerveza fría, porque los frízer eran de hojalatas que le ponían bloques de hielo abajo y se vendían las cervezas frescas, ya que no existía el frío en ese tiempo,”, relata César. Actualmente, tienen 145 tipos de cervezas de todas partes del mundo.

La permanencia a través del tiempo, Lora Fadul la atribuye a la tradición y al arraigo familiar, ya que son muy unidos. Recordó que cuando se fundó el negocio solo se aceptaban caballeros, porque en la calle Vicente Estrella había tres prostíbulos, y para que no confundiera el negocio con uno de esos, prohibieron la entrada de mujeres, medida que duró 60 años, y en el 98 se eliminó y pasó a ser algo familiar.

El negocio es completamente familiar.

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