Salud, medio ambiente y calidad del aire están fuertemente conectados y relacionados. El aire que respiramos es esencial para la salud, el bienestar y la calidad de de vida. Veinte expertos analizan en el documento “Calidad del aire y prevención de la salud” el aire ambiente desde tres ángulos: en la comunidad, en el medio laboral y en el medio hospitalario

En este documento de reflexión, impulsado por la Fundación de Ciencias de la Salud, han colaborado especialistas en enfermedades infecciosas, epidemiólogos, microbiólogos, neumólogos y expertos en medicina preventiva, medio ambiente, farmacia y en seguridad e higiene del trabajo.

A través de preguntas a los especialistas, el informe ofrece una visión panorámica de la interrelación entre la calidad del aire y el cuidado y protección de la salud.

El trabajo, presentado esta semana en un webinar, ha sido coordinado por el profesor Emilio Bouza, patrono de la Fundación de Ciencias de la Salud, catedrático de Medicina de la Universidad Complutense y ex jefe del Servicio de Microbiología y Enfermedades Infecciosas del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid.

Entre los expertos figura el profesor Diego Gracia, presidente de la Fundación de Ciencias de la Salud y catedrático emérito de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense, quien ofrece una conclusión.

Contaminación ambiental y salud

“La contaminación ambiental es una amenaza global que tiene unos impactos elevados en la salud humana y en los ecosistemas, con emisiones y concentraciones que han ido progresivamente en aumento en los últimos años en todo el orbe”, recoge el informe.

La contaminación atmosférica, resalta el documento, es considerada en la actualidad el factor de riesgo medioambiental más importante para la salud humana, siendo una causa principal de muerte prematura y de enfermedad.

Para los expertos, en Europa, “la calidad del aire permanece por debajo del nivel considerado óptimo en muchas áreas, a pesar de los esfuerzos en la reducción de emisiones y contaminantes atmosféricos”.

¿Cuáles son los efectos de la contaminación ambiental en la salud humana?

Según la OMS, actualmente el 90 por ciento de la población del planeta vive en áreas donde se superan los índices de contaminación ambiental aceptables para la protección de la salud.

El informe explicita por efecto de la contaminación ambiental muertes prematuras por enfermedad cardiovascular, entre las que se encuentran la cardiopatía isquémica y la enfermedad cerebrovascular, seguidas de las muertes debidas a enfermedad respiratoria y cáncer de pulmón.

Contaminación ambiental y salud

“La contaminación ambiental es una amenaza global que tiene unos impactos elevados en la salud humana y en los ecosistemas, con emisiones y concentraciones que han ido progresivamente en aumento en los últimos años en todo el orbe”, recoge el informe.

La contaminación atmosférica, resalta el documento, es considerada en la actualidad el factor de riesgo medioambiental más importante para la salud humana, siendo una causa principal de muerte prematura y de enfermedad.

Para los expertos, en Europa, “la calidad del aire permanece por debajo del nivel considerado óptimo en muchas áreas, a pesar de los esfuerzos en la reducción de emisiones y contaminantes atmosféricos”.

¿Cuáles son los efectos de la contaminación ambiental en la salud humana?

Según la OMS, actualmente el 90 por ciento de la población del planeta vive en áreas donde se superan los índices de contaminación ambiental aceptables para la protección de la salud.

El informe explicita por efecto de la contaminación ambiental muertes prematuras por enfermedad cardiovascular, entre las que se encuentran la cardiopatía isquémica y la enfermedad cerebrovascular, seguidas de las muertes debidas a enfermedad respiratoria y cáncer de pulmón.

Tanto la exposición a corto como a largo plazo a la contaminación ambiental puede llevar a una función pulmonar reducida, al incremento de la susceptibilidad individual a las infecciones respiratorias y al agravamiento del asma bronquial, se afirma.

El documento también recoge que la exposición a contaminantes ambientales se asocia a impactos negativos en la fertilidad, el embarazo, los recién nacidos y los niños.

En 2013, la Agencia Internacional de Investigación en Cáncer (IARC) clasificó la contaminación atmosférica como un cancerígeno de primer orden y en 2018 se publicó un estudio de revisión con datos de diferentes cohortes en Europa que relacionaba la contaminación atmosférica con el cáncer de mama.

Otros estudios apuntan la existencia de vinculación entre las concentraciones de partículas en suspensión y la mortalidad por cáncer de cualquier origen, especialmente en el tracto superior del aparato digestivo.

La contaminación se relaciona también con diabetes y disfunciones metabólicas y, a nivel conductual, con riesgo de ansiedad y depresión, así como con la capacidad cognitiva en adultos.

Algunos datos

Los datos disponibles más recientes referidos a España indican que el 15,3 % de la población urbana está expuesta a a niveles de ozono por encima del estándar recomendado por la UE y un 3,6 % a niveles por encima del estándar recomendado en dióxido de nitrógeno.

El informe valora que la exposición de estos contaminantes ambientales ha sufrido un descenso progresivo en la última década gracias a los esfuerzos de los diferentes gobiernos, pero precisa que queda todavía queda mucho trabajo por hacer.

Según datos de 2018, la estimación en España de muertes atribuibles a la contaminación ambiental en un año se eleva a 31.600 personas.

El último estudio sobre “The global burden od disease”, carga mundial de la enfermedad, publicado en The Lancet, señala que la exposición al aire contaminado es el cuarto factor de riesgo de mortalidad a escala global, por detrás de la presión arterial elevada, el tabaco y la dieta inadecuada.

Este impacto tiene, además, un efecto económico asociado que se estima en un gasto del 4 % del PIB global, según el Banco Mundial.

Cultura de respeto a la naturaleza y sus equilibrios

En su conclusión final, el profesor Diego Gracia señala que “la presente crisis sanitaria no es un mero suceso fortuito, sino consecuencia del modo como el ser humano está depredando la naturaleza y alterando sus equilibrios”.

“Frente a una cultura depredadora, es preciso promover otra basada en el respeto de la naturaleza y el mantenimiento de sus equilibrios. De no proceder así, esta pandemia no habrá sido más que un primer aviso, tras el cual vendrán otros, probablemente más graves”, pronostica el presidente de la Fundación de Ciencias de la Salud.

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