Hoy se retira de la dirección del programa El Día, el periodista Eduardo Lora, conocido como Huchi Lora. Y lo hace justamente 29 años después de que pusiera su vida en riesgo durante el asalto al Banco del Progreso de la avenida Independencia.
Aquel asalto sorprendió a todos. Era un sin precedentes que un enmascarado entrara con pistola en mano y tomara de rehén a cinco empleados de una entidad bancaria durante 12 horas.
Lora era uno de tantos periodistas que estaban dándole cobertura al asalto del Banco del Progreso que mantenía paralizado a todo el país, pero fue el único que ingresó a la entidad en calidad de mediador para tratar de razonar con el atracador, quien posteriormente sería identificado como Cristóbal Payano, un médico cirujano que era relativamente conocido en la sociedad.
Aquella mediación se convirtió en una pesadilla para Lora, quien también pasó a ser una especie de escudo humano de Payano.
El médico cirujano había ingresado a la entidad bancaria con una siniestra máscara y dispuesto a todo para obtener el botín y escapar sin ser identificado. Para eso, provocó varios incendios en las esquinas del banco y colocó obstáculos por doquier para que las autoridades tuvieran muchas más dificultades para detenerlo.
No obstante, durante 12 horas los agentes intentaron negociar con el doctor Payano para que se entregara. Incluso, figuras como Freddy Beras Goico, Rafael Corporán de los Santos y monseñor Francisco Joés Arnáiz intentaron razonar con él para que liberara a los rehenes y no se derramara sangre.
Tormento de Huchi
Lora ha explicado en diversas ocasiones que cuando él ingresó al banco, el asaltante ordenó a una de los rehenes que lo revisara por si acaso este traía una grabadora o un arma de fuego.
Finalmente, y luego de horas de negociaciones infructuosas, Lora finalmente pudo salir del banco junto con el asaltante y las rehenes identificadas como Celeste Paulino, María del Carmen Cabral, Alejandrina Figueredo y Gilda Arias.
Según imágenes televisadas de la escena, tal cual fuera un reality show de la época, se ve a un Huchi Lora con las manos alzadas y sirviendo como escudo del atracador junto a las demás mujeres.
Un disparo de los agentes hacia el banco sembraría el caos total ya que obligaría a que el periodista corriera para salvar su vida, al tiempo en que, en ese confuso incidente, se produjera un intercambio de disparos que se cobraría la vida de Celeste Paulino.
Automáticamente los disparos de escopetas y pistolas alcanzarían mortalmente al asaltante que quedaría tendido en un charco de sangre con su máscara puesta. Otras dos rehenes, Alejandrina y Gilda, resultarían heridas pero sobrevivirían.
Huchi Lora plasmaría su experiencia del funesto atraco en su libro: Fuga o Muerte, donde revelaría detalles minuciosos de ese acontecimiento
