Las universidades y centros de investigación tienen un catálogo de patentes y publicaciones en revistas científicas

Desde el año 2005 la República Dominicana ha destinado fondos del presupuesto del Estado para promover y respaldar la investigación científica. La iniciativa ha dado sus resultados pero tiene enemigos peligrosos: falta de doctores en diversas áreas del saber, mayor inversión económica y coordinación interinstitucional.

Al conversar con los vicerrectores y directores de los departamentos de investigación de la Pontificia Universidad Católica de Santo Domingo (PUCMM), Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC), Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU) y la Universidad Iberoamericana (UNIBE), se destaca un punto en común: el Fondo Nacional de Innovación y Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondocyt), un programa del Ministerio de Educación Superior Ciencia y Tecnología (MESCYT), es el pilar de los proyectos de investigación científica y de innovación en el país.

Fondocyt ha financiado unos 625 proyectos de investigación desde su creación. Esto supuso una inversión de cuatro mil 238 millones 345 mil 172 pesos distribuidos en las áreas de Biotecnología y Recursos Genéticos, producción sostenible, seguridad alimentaria, Ciencias Básicas, nanociencias, salud, biomedicina, desarrollo de Sofware, mecatrónica, servicios y transporte, ingeniería, biocombustible y medio ambiente y recursos naturales, según datos suministrados por Carlos Rodríguez, director de investigación del MESCYT.

“Necesitamos más doctores en ciencia, mejores ingenieros, mejor infraestructura de investigación, conectada a las demandas de los sectores productivos para que efectivamente la investigación tengan los impactos que tienen que tener en procesos de encadenamiento de valor”, explicó el doctor Víctor Gómez, vicerrector de investigaciones del INTEC al destacar que existe una correlación muy fuerte entre investigación y desarrollo, capacidad productiva y capacidad constructiva de la economía.

El mayor presupuesto destinado Fondocyt, es decir, mil 222 millones 551 mil 894 pesos , equivalente al 29% de los recursos, fueron para 185 proyectos relacionados a biotecnología, recursos genéticos, producción sostenible y seguridad alimentaria.

Y, la segunda mayor inversión fue en 169 proyectos de ciencias básicas y nanociencias donde se invirtió mil 189 millones 943 mil 948 pesos.

La doctora Aída Mencía Ripley, vicerrectora de Investigación e Innovación de UNIBE, entiende que se requiere eficientizar la inversión de manera que se puedan retener los investigadores locales y atraer investigadores extranjeros con esquemas de desarrollo profesional competitivos.

Los representantes de las universidades hicieron un análisis comparativo de los países en donde la inversión en investigación científica está entre el 1% y el 2% del Producto Interno Bruto antes de expresar que se requiere una mayor inversión presupuestaria en Repúblicas Dominicana para tales fines, si quiere ser realmente competitivo en el mercado mundial.

¿Qué puede exhibir RD?

De acuerdo con los datos del MESCYT, dominicana tiene al menos seis patentes, descubrimientos de alto nivel de innovación, obtenidos mediante proyectos del Fondocyt: molécula anti cáncer presentada por la UASD, nanociencia de la PUCMM, bacteria de litio del Intec, perno intrarradicular de la Universidad Iberoamericana, modelo de utilidad del chip de la Universidad Apec (UNAPEC) y nanomateriales procesados de la Dirección General de Aduana (DGA).

En el ámbito de la salud, se trabajó en un nuevo tratamiento para el Helicobacter Pylori, una batería que habita en el epitelio gástrico humano.

Pero las patentes no solo han sido obtenidas a través de los proyectos auspiciados por el MESCYT. De acuerdo con el INTEC, esa entidad tiene once patentes y 173 publicaciones en revistas indexadas internacionalmente; la PUCMM, tiene 305 publicaciones y dos patente de invención; UNPHU tiene 190 indexaciones y una patente a nivel local y UNIBE tiene 209 publicaciones indexadas y dos patentes.

La Universidad del Estado, UASD, pese a ser la pionera en investigaciones en el país, no tienen una base de datos o compilación de todas las investigaciones indexaciones o patentes, obtenidas desde el año 2005. En la actualidad, tienen 145 proyectos de investigación en curso.

“Una de las deficiencias que teníamos anteriormente era que en ocasiones nuestros investigadores publicaban pero entonces, nosotros no teníamos forma de registrar dónde publicaban o publicaban a nombre de otras universidades”, explicó Mauro Canario al destacar que el fuerte de la universidad ha sido la formación.

Enfatizó que la universidad, el pasado mes de diciembre, inauguró una plataforma donde colocarán todas publicaciones científicas y base de datos de todo lo que ha hecho la UASD.

Entre las universidades previamente señaladas, hay un total de 320 proyectos de investigaciones en ejecución.

Retos para el país

El vicerrector de investigaciones del INTEC dijo que confluyen varios factores a la hora de hablar de mejora en las investigaciones del país: la coordinación inter institucional es una de ellas.

En tanto que su homólogo de PUCMM, Kiero Guerra Peña entiende que se debe generar o tener una política de incentivo a la innovación donde vayan de la mano el Estado, el sector productivo y las universidades.

Puso como ejemplo que en el país hay estudios y escenarios para la producción de cine, sin embargo, no tiene escuelas de filmografía, ni dirección de cine y toda la estructura de formación.

“Como no hay incentivo, en la actualidad la investigación depende de la visión de algún rector”, refirió.

El doctor Canario entiende que se debe desarrollar una plataforma curricular orientada a la formación de investigadores y que se desarrollen los institutos de investigación de las universidades.

“Se requiere mayor articulación entre la academia, el estado y el sector privado. De igual modo, fortalecer la formación en metodología de investigación, ampliar los mecanismos de financiamiento para las líneas de investigación prioritarias, cuyos resultados provean información relevante para mejorar la pertinencia y efectividad de las políticas públicas y los programas que tienen como propósito mejorar las condiciones de vida de la población e impulsar el desarrollo sostenible”, sostiene la doctora Mencía Ripley, vicerrectora de UNIBE.

Para la Claudia Acra, directora de investigación de la UNPHU, el reto mayo no está el presupuesto asignado para tales fines sino en la disponibilidad de los investigadores, en el sentido de que la mayoría tienen sus trabajos, negocios o son docentes en varias universidades, al tiempo de fungir como investigadores.

Valoración sobre el Fondocyt

Víctor Gómez asegura que el Fondocyt es una herramienta que fortalece el sistema de educación superior dominicana, que era una deuda histórica que tenía el estado con la sociedad debido a que aquí no se invierte dinero para la ciencia al citar como ejemplo países como Costa Rica, Brasil, Ysrael, entre otros.

“Es una deuda histórica y al mismo tiempo institucional y política porque los sistemas de educación superior que no tienen la capacidad de producir conocimientos, transferir conocimientos, suelen ser sistemas estáticos, autárquico, cerrados, de baja productividad y de bajo impacto global”, señaló.

Kiero Guerra fue en enfático en admitir que se produce ciencia en las universidades y en el país, gracias al Fondocyt.

“Más de un 99% de los fondos de investigación de la RD vienen del gobierno dominicano a través de Fondocyt”, refirió.

Cantidad de recursos invertidos a través de Fondocyt para investigación. MESCYT

Evidencias recientes del trabajo científico

La importancia de invertir en investigación se puso en evidencia cuando inició la pandemia del Covid-19. Las instituciones académicas se dedicaron a la producción de productos para paliar las necesidades sanitarias de la República Dominicana: Intec fabricó ventiladores de los cuales donó 100 al Ministerio de Salud Pública; la UNPHU hizo mascarillas protectoras con impresión 3D y corte láser para el personal médico que estaba tratando a los pacientes afectados por el virus y PUCMM diseñó la aplicación Ayuda para Regulación Emocional (AYRE), con el propósito de ayudar a los usuarios a relajarse desde casa y evitar la sobrecarga del sistema socio-sanitario.

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