Partidos hacen frente tímidamente a medidas tomadas por el Ejecutivo en los ámbitos económico y social

Los principales partidos políticos que fueron arrollados por la candidatura presidencial de Luis Abinader y el Partido Revolucionario Moderno (PRM) parecen haber “desaparecido” del mapa ahora que le toca jugar su rol de oposición “en defensa de los más sagrados intereses del pueblo dominicano”. Aunque los impuestos del proyecto de presupuesto para el 2021 los hizo despertar momentáneamente.

Su actitud inerte podría estar justificada en la ya tradicional “tregua de los 100 días” que se otorga a un gobierno que recién toma posesión, con el argumento de que están enfocados en la discusión de su situación interna, producto de la convocatoria de sus respectivos congresos, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) para este mes de octubre y la Fuerza del Pueblo (FP) en noviembre.

Aún así, nada les impide mantener su vigilancia frente a posibles yerros de la nueva administración que le está dando cátedra de accionar político, económico y social.

Lo que se suponía podía ser un inicio tibio de Luis Abinader en el Palacio Nacional, le ha resultado en un dinámico gobernante que trabaja 24/7 y hasta altas horas de la noche.

A cada instante desde el Palacio Nacional se toman decisiones trascendentales para el Gobierno y el país y cada semana Abinader se desplaza hacia una región, no imitando lo que fueron las “visitas sorpresas” de su antecesor, que se caracterizaban por el compromiso de pequeñas obras o financiamiento a pequeños agricultores, sino para comprometerse con grandes proyectos de desarrollo.

Sus visitas y estadías a Pedernales, Santiago, Montecristi, Samaná, La Altagracia y San Pedro de Macorís, lo muestran como un presidente vigoroso, dispuesto a resolver los grandes problemas de la Nación.

Súmele a esto sus iniciativas de extensión del Seguro Médico a más de dos millones de dominicanos empobrecidos, el apoyo a la Universidad Autónoma de Santo Domingo, la continuación y ampliación de los planes de asistencia social, el manejo de la crisis generada por el Covid 19 y su afán por buscarle una solución al problema educativo y se verá que son demasiado acciones para 47 días en el Palacio Nacional, lo que podría tener arrinconados a sus más aguerridos opositores.

Dejan pasar las pifias

Pese a todo eso, quizás por la falta de experiencia de sus funcionarios, la actual administración ha cometido algunas pifias que sin ninguna justificación aparente los opositores no se han atrevido a enfrentar.

Uno de esos errores es el que comete el director del Instituto Agrario Dominicano (IAD) Leonardo Fañas, cundo dispone a días de llegar a su despacho la incautación de decenas de equipos agrícolas donados por el Gobierno anterior a pequeños productores, asociaciones de mujeres, cooperativas de producción de las más apartadas regiones del país.

El escandalo trascendió a través de los propios perjudicados y los medios de comunicación que se hicieron eco del abuso. Tuvo la senadora oficialista Faride Raful que tomar la iniciativa y someter al Senado de la República una resolución mediante la cual invita a Fañas a explicar esas acciones.

En uno de sus decretos el presidente Luis Abinader designó en el Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (INAPA) como director ejecutivo a Wellington Arnaud. Esta medida fue criticada por diversos sectores por ser violatoria a la Ley que creó este organismo y que establece que su dirección debe estar a cargo de un ingeniero. Arnaud es abogado.

El Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (CODIA) criticó que se trate de tocar la Ley 5994 para justificar ese nombramiento.

“Modificar una ley para acomodarla a compromisos particulares no está bien y deja mucho qué decir de quiénes nos dirigen.
Nuestro sector profesional y el Colegio que representamos siente pesar por esa funesta decisión de la Cámara de Diputados, pues el sector agua es uno de los más vulnerables, por lo cual necesita ser manejado por manos expertas y calificadas”, dijo Francisco Marte, presidente del CODIA. La oposición no se dio por enterada.

El Ministerio de Educación designó varios directores regionales y distritales sin agotar los procedimientos establecidos en la ley 66-97 y el estatuto del docente, acto definido como ilegal por varias corrientes magisteriales.

Estas organizaciones afirmaron que “esta acción viola el pacto firmado por cientos de instituciones de la Sociedad Civil, partidos políticos, la presidencia de la República, el Ministerio de Educación (Minerd) y la Asociación Dominicana de Profesores (ADP)”.

La oposición política parece no importarle el tema.

Para enfrentar la crisis encontrada en el manejo de recursos y fondos sociales el Ejecutivo anunció la colocación en el mercado internacional de bonos soberanos por US$3,800 millones a plazos de 12 años y rendimiento de 4.875 por ciento.

Los recursos obtenidos en esa transacción serán destinados a cubrir los compromisos que ha asumido la administración para el cierre del año 2020, dentro de los cuales se encuentran los programas de ayuda social.

Nunca antes se había puesto a disposición del mercado una cantidad tan alta de endeudamiento público por bonos soberanos.
Los principales partidos opositores no parecen enterados debidamente lo que ocurre. Solo el presidente de Alianza País, Guillermo Moreno, criticó esta decisión y dijo “que desde la oposición, el Partido Revolucionario Moderno (PRM) condenaba el abultado presupuesto que mantenían los peledeístas a causa de la corrupción y el despilfarro” y que “Luís Abinader debió adoptar medidas para mejorar la calidad del gasto sin recurrir al endeudamiento”.

La ausencia de los entes opositores es más que notable y al parecer su actitud puede estar vinculada al hecho que el PLD salió en tan malas condiciones y con tantos tormentos por las denuncias de actos de corrupción durante su gestión, que aparentemente prefieren mantenerse en bajo perfil, escondidos bajo las piedras, que actuar de manera contestataria, “no venga a ser que les suelten los demonios”.

Para la Fuerza de Pueblo, su extremada discreción para criticar estas posibles fallas del Gobierno, puede originarse en la “fraternidad” durante las pasadas elecciones con el PRM, a las cuales concurrieron unidos o con algunas candidaturas comunes en los niveles congresual y municipal, y la población asume que gracias a la decisión de Leonel Fernández de abandonar el PLD, Luis Abinader se juramentó en el Palacio Nacional como Presidente de la República.

La gente percibe un nivel de consideración importante entre la Fuerza del Pueblo y el Gobierno, lo que debilita su papel opositor, lo que podría diezmar su proyecto político de alcanzar el poder en las Elecciones Generales del 2024.

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