Santiago. A doce días para culminar el proceso de obtención de licencias, cientos de motoristas hacían filas bajo un candente sol para obtener el código que les permita transitar sin ser sancionado por los agentes de tránsito.
El proyecto, que busca regularizar a los propietarios de motocicletas, se desarrolla en el parqueo de la Gran Arena del Cibao. Además de comprar un impuesto por valor de seiscientos pesos, deben tener el seguro de motor al día, matrícula y la motocicleta en condiciones aceptables.
Motoristas de toda la provincia y hasta de otras zonas de la región norte llegan a realizar el proceso, ya que desconocen si este se realizará en otros puntos del país, a partir del día veinte de este mes cuando se prevé culmine aquí. Muchos son los que narraron que para conseguir un turno debieron llegar en horas de la madrugada, al tiempo que se quejaron del propósito del mismo, pues aunque tengan licencia de conducir vehículos, no es válida para motores.
Cada motorista que logra obtener su licencia debe ser propietario de un casco proyector al que se le coloca un código, con que deberá desplazarse para evitar ser detenido por los agentes de tránsito, ser multado y retenido su vehículo. José Pérez, es un empleado público que vino desde el municipio de San José de Las Matas y aunque llegó a las cuatro de la madrugada no logró ni siquiera entrar para que su motocicleta fuera evaluada.
Bienvenido Peña, residente en Las Charcas, dijo que ha viajado toda una semana intentando regularizar su estatus y adquirir la licencia por temor a los inconvenientes de ser penalizado. Él, igual que los demás, cuestionó la lentitud del proceso, y además les preocupa el control que las autoridades del Intrant utilizarán para identificar a los verdaderos dueños de los cascos.
Diez personas laboran en el proceso de proveer licencias a los motociclistas, distribuidos en: tres inspectores, tres fotógrafos, una cajera y dos digitadores para atender a 450 motoristas cada día.
