Santiago. Ante los problemas de agua potable, una gran parte de las familias del municipio de Tamboril deben de abastecerse del río Licey o de pozos tubulares.
Mientras que los camiones que venden el vital líquido que toman desde un hidrante y que dicen es de un pozo que pertenece a la Corporación de Acueducto y Alcantarillado de Santiago (Coraasan), se ha convertido en un negocio bastante lucrativo para algunas personas de esa zona, según denuncias de los clientes de la empresa.

Las nuevas autoridades acuíferas designadas para ese municipio, deben lidiar a diario con las quejas constantes de los ciudadanos que llegan para denunciar que siguen recibiendo tarifas muy elevadas, a pesar de que apenas el agua potable llega una vez a la semana y en ocasiones dos veces al mes.

Félix Bruno, residente en la comunidad de Nigua, dijo esperar que el nuevo gobierno de Luis Abinader priorice la solución a la problemática de agua. Bruno afirmó que paga con regularidad la tarifa, aunque el vital líquido apenas llega una y dos veces por semana y por una o dos horas. En tanto que Francisco Báez aseguró que son muchas las familias que optan por suplirse de agua del río Licey, en su trayecto por el municipio de Tamboril.

Otros han decidido construir pozos tubulares en sus casas. “Cada día somos más los que tenemos que asearnos o hasta lavar con agua del río, desde Tamboril hasta Canca la Piedra, debidos a que apenas recibimos un día a la semana”, indicó Báez. Mientras en el barrio La Cacata sus moradores dicen que enfrentan una situación muy crítica ante la falta de agua potable.

Los comunitarios dicen que se requiere un cambio en la política de agua de las nuevas autoridades para dar respuesta a los tantos problemas. La precariedad del servicio no es exclusiva de este municipio, ya que en diversos sectores de Santiago se quejan de que no reciben el vital líquido. Coraasan ha dicho que trabaja para regular el servicio.

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