San Diego. El programa DACA que protege de la deportación a cientos de miles de jóvenes iba a llegar a su fin el lunes, pero interdictos judiciales han obligado al gobierno del presidente Donald Trump a seguir emitiendo renovaciones, con lo que disminuye la sensación de urgencia por hallar una solución definitiva.

Trump anunció en septiembre que pondría fin al programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por sus iniciales en inglés), pero le otorgó al Congreso de Estados Unidos un plazo de seis meses para encontrar una solución legislativa.
Las personas cuyos permisos expiraban el 5 de marzo tenían un mes para solicitar una renovación. Trump se ha propuesto sacar a los soñadores de EEUU.

Un interdicto nacional emitido en enero por el juez federal de distrito William Alsup, en San Francisco, obliga al gobierno a retomar las renovaciones, pero no es aplicable para quienes intentan inscribirse por primera ocasión.

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