Mella visitó varios países de América Latina, donde existían fundaciones de desarrollo para entrenar a su personal

Mariano Mella ha dedicado gran parte de su vida a las actividades culturales y, por más de 12 años dirigió la Sociedad Dominicana de Bibliófilos (SDB), mediante la cual ha contribuido al rescate de importantes obras de la literatura nacional, cuyos ejemplares se habían agotado, garantizando así que las presentes y nuevas generaciones puedan disponer de ellas.

El catedrático, quien por más de 17 años impartió docencia en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), se desempeña como asesor cultural del Banco de Reservas, adscrito al Centro Cultural Banreservas, desde donde trabaja en un proyecto de relocalización de la biblioteca de los empleados, para convertirla en un espacio moderno fuera del la entidad, que ofrezca servicios a la Ciudad Colonial.

1. Nacimiento
Nací en Santiago por casualidad. Mis padres Mariano Mella y Aida Pérez eran de la capital, pero estaban viviendo en Mao, porque mi papá, que era inspector de Rentas Internas, estaba de turno en esa provincia. Cuando se acercaba el momento de mi nacimiento, decidieron regresar a la capital, mi madre quería que sus hermanas la acompañaran luego del parto. Al pasar por Santiago se le adelantó el parto, entonces se alojaron en una pensión en la calle El Sol, esquina General Cabral, allí nací con una comadrona. En Santiago viví hasta los tres años, después un tiempo en Salcedo, donde inicié mis estudios primarios, y finalmente vivimos en Pimentel, donde cursé desde cuarto de la primaria hasta el séptimo grado. Cuando tenía once años vinimos a la capital, aquí estudie la secundaria y el bachillerato en el Liceo Presidente Trujillo, La Normal, donde me gradué en Ciencias Físicas y Matemáticas. Mis padres no eran profesionales, mi papá terminó el bachillerato con estudios de contabilidad en una escuela comercial, cuando yo tenía como 13 años. Era un hombre fajador, pero murió muy joven a causa de la diabetes e hipertensión, tenía 53 años. Mamá era la típica ama de casa, una mujer tradicional a sus labores de hogar. Éramos tres hermanos, soy el mayor, me siguen Rafael y Franklin, ambos fallecidos”.

2. Primer trabajo
A raíz de la muerte de mi padre, me consiguieron un trabajo en la Dirección General de la Cédula Personal de Identidad, donde él trabajaba como inspector para que pudiera ayudar con los gastos de la casa. Me nombraron Auxiliar Móvil de Cuarta Clase. Siempre digo de manera jocosa que si hubiera habido Auxiliar Móvil de Séptima Clase me lo hubieran dado a mí, pero era prácticamente un niño y no me conocían, tenía 16 años. En el trabajo me situaron en el antedespacho del director, Ernesto Suncar Méndez, una persona que admiré mucho, era bastante rígido y muy organizado. Como era mecanógrafo, algo muy importante en esa época, al segundo año me hicieron inspector de la cédula, lo que significaba un aumento de sueldo y un puesto de mayor categoría. Recuerdo que estudié mecanografía en una academia comercial que había por mi casa, lo hice por mi cuenta, a modo de intercambio, como era graduado en Ciencias Físicas y Matemáticas, enseñaba esa materia y al mismo tiempo aprendía mecanografía. Así me hice mecanógrafo”.

3. Estudios universitarios
Mientras trabajaba en la oficina de la cédula, me inscribí en la UASD a estudiar Ciencias Comerciales, así se llamaba la carrera en esa época, otros decían Finanzas, era la única que impartían de noche. Eso fue en 1957, estábamos en época de Trujillo, la disciplina era bastante rígida, no todo el mundo podía entrar a la universidad. Entré porque me ayudaron mis tíos. Luego de cuatro años de trabajo, sorpresivamente me trasladaron a la recién creada Dirección General del Impuesto Sobre la Renta como inspector. De esa época recuerdo al enérgico y organizado Suncar Méndez, también a Manuel Saleta Llenas, que fue quien me promovió de puesto con tan solo 20 años. Le agradezco mucho a ambos. Ahí duré más de 3 años”.

4. Cooperativismo
Dediqué 10 años al cooperativismo, lo hice de forma voluntaria, entendía que era una manera de que la gente se pudiera ayudar a sí misma si se agrupaba en cooperativas. Mi primera experiencia organizando una cooperativa de ahorros y crédito fue durante mi trabajo en Impuesto Sobre la Renta en 1963. Recuerdo que cuando hicimos la primera asamblea, salió en los periódicos un titular que decía Cooperativa presta 8,250 pesos en el año.
Entonces aparecía entregando un cheque de un préstamo de 50 pesos, que en ese tiempo era mucho dinero. También organicé una cooperativa de consumo en el Banco Central, llegué en un momento en que habían formado un comité organizador, pero no había progresado mucho, las personas que estaban a cargo no conocían suficiente sobre el cooperativismo. Cuando los miembros del comité se enteraron de mi llegada al Banco me pusieron a la cabeza de la cooperativa y al frente del comité. La creamos en menos de un año, teníamos todos los equipos, lo habíamos importado, la inauguramos en enero de 1966 como un pequeño supermercado en la Calle 30 de Marzo, esquina Abreu. También organicé una Federación Nacional de Cooperativas de Ahorros y Créditos (FENACOAC), integrada por 12 cooperativas localizadas en Santo Domingo y en el interior del país. Además, impartía charlas en cooperativas y sindicatos en mi tiempo libre”.

5. Contralor
Fui contralor en la Fundación Dominicana de Desarrollo por más de 10 años. Esa institución fue pionera en el país en la concesión de pequeños créditos a campesinos sin acceso a créditos bancarios. Me contrató su director ejecutivo, Bolívar Báez Ortiz, quien había trabajado en Impuestos Sobre la Renta, y conocía mis inclinaciones por el trabajo social. Me designó como director Financiero y Administrativo. Ahí organicé su sistema de contabilidad, que fue tomado de referencia por otras instituciones de América Latina y el Caribe. Eso me llevó a visitar varios países, donde existían instituciones similares a la fundación para entrenar a su personal. Esa fundación fue como un laboratorio profesional, ahí se hicieron muchas cosas, desde el punto de vista financiero”.

6. Fuera del país
Mi asistencia técnica en Fundación Dominicana de Desarrollo me llevó a la Pan American Development Foundation, dependiente de la Organización de los Estados Americanos (OEA), con sede en Washington, que fue patrocinadora de fundaciones nacionales de desarrollo en 14 países de América Latina y el Caribe. Fui contratado por dos meses para ayudarles en la organización de su sistema de contabilidad, Báez Ortiz me concedió una licencia para que ejecutara ese importante trabajo. Estuve allí desde noviembre del 74 hasta finales de enero del 75, fueron unos meses gratificantes y beneficiosos, era la época de Galo Plaza como secretario general de la OEA, quien durante la asamblea anual de la fundación elogió en su discurso mi labor en la organización de su sistema de contabilidad. Esa fue mi primera experiencia fuera del país”.

7. Contabilidad
En el Consejo de Fundaciones Americanas de Desarrollo (Solidarios) trabajé por cuatro años, me incorporó Enrique Fernández Pichardo, secretario general en esa época. Fui designado en el cargo de Especialista en Finanzas y Contabilidad. Esa organización agrupaba a todas las fundaciones nacionales de desarrollo de América Latina, y servía como órgano representativo, obteniendo fondos que canalizaba a las instituciones miembros. Me tocaba organizar seminarios, viajaba a los países donde existían fundaciones de desarrollo, dando asistencia técnica en finanzas y contabilidad. Fue una experiencia sumamente interesante. Durante mi tiempo libre escribí un libro al que titulé “Instituciones no lucrativas: Administración, Contabilidad por Fondos y Control Interno, el cual tuvo cuatro ediciones. Ese libro tuvo mucha demanda en el país y en el exterior por tratarse del primer libro en español sobre la materia”.

8. CENAPEC
En Cenapec trabajé durante 22 años como director ejecutivo, entre por concurso en 1981, en esa época se impartía el séptimo y el octavo en un solo año, más el bachillerato, la recibí con seis mil estudiantes inscritos en todo el país. A los dos años de mi llegada, aprovechando mis contactos en Washington con instituciones de desarrollo, obtuve una donación de 120,000 dólares, con los cuales instalamos una imprenta para imprimir el material educativo que se distribuía mensualmente a nuestros estudiantes. Como la capacidad superaba nuestras necesidades, vendíamos nuestros servicios de imprenta a particulares. El beneficio generado permitió la expansión y mejoramiento del servicio a los estudiantes. Durante mi gestión, Cenapec fue galardonada con el premio Brugal Cree en su Gente en la categoría de Educación. Allí Conocí mucha gente interesante de las cuales aprendí mucho, entre ellos a José Andrés Aybar Castellanos, Jacqueline Malagón, Malaquías Gil Arantegui, Salvador Peláez, Juan Rafael Pacheco, Dennis Simó, Franklyn Holguín, y otros tantos que harían interminable la lista. De todos conservo gratos recuerdos y útiles enseñanzas. Salí de Cenapec en 2003 dejando 33,000 estudiantes”.

9. Banco de Reservas
Al Banco de Reservas llegué de la mano de mi amigo Héctor Valdez Albizu, que había sido designado como administrador general, entonces me designó como subadministrador general administrativo, el primero de enero de 1993. Recuerdo con satisfacción cuando pusimos en línea todas las sucursales del banco, en aquella época para cambiar un cheque en una sucursal diferente, había que llamar a la oficina donde se había abierto la cuenta para verificar si tenía balance. Nosotros pusimos en línea todas las sucursales con las oficinas del banco, eso facilitó enormemente las operaciones en favor de los clientes. Ese acontecimiento fue tan grande, que se celebró una misa de acción gracias por obtener ese logro. Luego, en 1994 nombraron a mi amigo Héctor como gobernador del Banco Central y me designó como gerente. Ahí estuve trabajando tres años, pero renuncié para volver a Cenapec, ya que me habían otorgado una licencia mientras estaba en el banco. Actualmente estoy pensionado por haber acumulado 36 años de servicio al Estado Dominicano.

10. Matrimonio
Mi esposa Hortensia Fernández, médico oftalmóloga, nos conocimos en una fiestecita que hizo en su casa con motivo de su cumpleaños, asistí junto a un amigo que teníamos en común. Ahí nos conocimos. Nos casamos en 1964, tenemos más de 50 años juntos, procreamos una hija que se llama Jeannette, que nos ha dado dos nietas. Ella vive en Texas, está casada con un médico dominicano”.

Aporte a la cultura dominicana

Presidí por 12 años la SDB, entidad que se dedica al rescate de obras escritas sobre el país desde la época de la colonia para el conocimiento de las presentes y futuras generaciones. A la salida de su pasado presidente, Juan Daniel Balcácer en 2002, me designaron en la presidencia. Durante ese tiempo logramos que se imprimiera la mayor parte de las obras que integraban el catálogo general de publicaciones de la institución. También diseñé el sistema de contabilidad. Bajo mi dirección, la sociedad fue galardonada con el premio Brugal Cree en su Gente en la categoría de Educación y Cultura, eso fue 2003. He tenido la satisfacción de que ese premio se la otorgara a dos instituciones diferentes mientras las dirigía.

Además, durante mi gestión creamos la Feria del Libro Raros y Antiguos, la cual realizamos todos los años y se ha convertido en una tradición, a la cual asisten muchas personas amantes de la lectura y de la colección.

Ocupación
Fungí como contralor en la Fundación Dominicana de Desarrollo, una institución que fue pionera en el país en la concesión de pequeños créditos a campesinos sin acceso a créditos bancarios.

Trabajo
En la Pan American Development Foundation, dependiente de la OEA, con sede en Washington me contrataron por dos meses para ayudarles a organizar su sistema de contabilidad.

Reconocimiento
Durante mi gestión, Cenapec fue reconocida con el premio Brugal Cree en su Gente en la categoría de Educación en razón de sus servicios”.

Puesto
En 1994 nombraron a mi amigo Héctor Valdez Alvizu como gobernador del Banco Central, entonces designó como gerente”.

Desarrollo
Durante mi gestión en la SDB logramos que se imprimiera la mayor parte de las obras que integraban su catálogo general de publicaciones”.

Familia
Mi esposa Hortensia nos casamos en el 1964, tenemos más de 50 años de junto, tenemos una hija, la cual nos ha dado dos nietas”.

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