Tamarah Santana agradece al amigo de su hermano que la impulsara a formar la fundación

El trabajo comunitario que Tamarah Santana viene realizando por más de 25 años en su barrio Sabana Perdida, la hicieron merecedora de la Medalla al Mérito de la Mujer Dominicana 2020 en el renglón “Labor Comunitaria”.

Considerada por muchos como una mujer altruista, ha dedicado la mayor parte de su vida a mejorar la vida en su comunidad, a través de las diferentes iniciativas que ha implementado a lo largo de sus años de labor comunitaria.

Pese a la falta de apoyo de las autoridades locales, Santana asumió la persistencia y la perseverancia como estándares y así ha logrado impactar a miles de personas del sector con proyectos de inclusión, prevención, educación, saneamiento y salud, entre otros. También ha impulsado campañas de prevención de accidentes de niños y niñas en escuelas y contra la violencia, llevando asistencia médica a más de 15 mil personas que han participado en los operativos en los que ha ofrecido medicina general, pediatría, psicología y ginecología.

1. Nacimiento
Nací en el Distrito Nacional, viví hasta los 13 años en Los Mina, en una casa que Trujillo le regaló a mi mamá cuando me bautizó, así era él, cuando les bautizaba los hijos a las mujeres les regalaba 100 pesos y una casa. No fui una niña a la que le enseñaron a jugar, a tener amiguitos, mi mamá era muy estricta, pero muy luchadora, no le gustaba que nosotros pasáramos necesidades, fue una madre ejemplar. Fuimos nueve hermanos. Aunque teníamos muchas precariedades, ella nos crió con mucho respeto, cosía ropa para vender, se la fiaba a los cañeros cuando se iniciaba la zafra. Para mi madre era más prioritario que sus hijos estuviéramos seguros en la casa a que fuéramos a la escuela, eso me ocasionó muchos problemas. Recuerdo que hice el primero con mucho esfuerzo, de ese curso me pasaron a tercero, pero no lo terminé. Luego, yo misma tuve que inscribirme en cuarto, en ese tiempo uno mismo podía hacerlo, no había tantas restricciones. Recuerdo que la escuela se llamaba Juan Bautista Zafra”.

2. Estados Unidos
En 1972 nos fuimos a vivir a los Estados Unidos, porque a mi hermano Ricardo Santana, que era militar constitucionalista y había participado en la Revolución de Abril del 65 lo habían exiliado. Contaba mi madre que después de la revolución, pusieron una granada en la casa, que le tumbó la mitad. A mi hermano siempre lo estaban buscando. En Estados Unidos me apuntaron en octavo curso en la Bush High School, y a partir de ahí seguí mis estudios. Me encontraba bastante chocante que los estudiantes que llegaban de aquí, de una vez copiaban la cultura americana, cosa a la que me negaba todo el tiempo, siempre quería mantener mi cultura. Comencé a criticarlos hasta que conocí al padre de mis hijos, él era del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), que en ese tiempo se había dividido, entonces empezó a hablarme de los problemas que habían en la República Dominicana, a despertar en mí esa chispa política, entonces en la escuela formé el Club Brigada Quisqueyana con esos jóvenes. Con algunos de ellos aún mantengo contacto. De ahí salió el primer Círculo de Estudios del PLD, en Brooklyn. A esos miembros del club, los convencimos y formamos lo que es el PLD, ya con el intermedio Amílcar Cabral, teníamos en la cabeza que se iba hacer una liberación nacional, nos entregamos en cuerpo y alma a organizar el partido. Producto de eso, en 1982 regresé al país y caí en Sabana Perdida, pensaba que desde mi país podía hacer un mejor trabajo”.

3. Grupo Hijas de María
En Brooklyn pertenecía al Grupo Hijas de María, trabajábamos con las personas que venían de Nicaragua, de El Salvador, que llegaban huyendo de los problemas de la guerrilla, esas personas que venían exiliadas de esos países tenían escasez de vivienda, de ropa, de comida, y a través de la iglesia los ayudábamos, nosotros siempre hacíamos esos trabajos comunitarios. A partir de ahí empecé a conocer lo que eran los asuntos comunitarios y a interesarme mucho más en ellos. Recuerdo que en ese entonces mataron al político Orlando Letelier en 1976, le pusieron una bomba en el carro”.

4. Llegada a RD
Cuando llegué al país en el 82, organicé el primer Comité de Amas de Casa de Sabana Perdida, recuerdo que Juan Bosch mandó a los miembros a formar comités de amas de casas y clubes para que nos introdujéramos en todo lo que era la sociedad civil organizada, comencé organizando mujeres, haciendo kermés, entre otras actividades. Recuerdo que el PLD era muy estricto en ese tiempo, yo era muy rebelde, pensaba que podía trabajar en ese comité sin tener que dirigirlo a través del partido, entonces me llamaron a la atención. Una vez puse una denuncia en la Policía, porque estaban atracando mucho a las mujeres cuando salían a comprar, entonces en el partido me hicieron un juicio disciplinario, eso fue muy grande para mí, y a partir de ahí el comité fue decayendo. Después formé el Comité de Mujeres Salomé Ureña (FUNDEMUSA) junto a Paulina Guerra, lo hicimos en 15 barrios, entre ellos el Luis Manuel Caraballo, Villa Blanca, El Invi, Villa Progreso, Miraflores, Lotes y Servicios, en cada uno había una coordinadora, los ayudábamos a solucionar problemas de la comunidad, pero nos dimos cuenta que no podíamos trabajar así, la casa donde estábamos era alquilada y nos vimos en la necesidad de entregarla. Aunque tenía una amiga, Lucía Ulloa que siempre me decía que me mudara a su apartamento en Torremar, en el Malecón que estaba cerrado, porque ella vivía fuera del país, me negaba, quería seguir cerca de mi gente en Sabana Perdida”.

5. Un consejo
Un amigo de mi hermano, me dio un consejo. Le había hablado del comité, siempre me decía que no iba a lograr nada, que mejor formara una fundación, que a través de ella podía recibir fondos y que él me iba a ayudar. Me aconsejó que no buscara a todas las mujeres de Sabana Perdida porque así no íbamos a avanzar, que los pobres no pueden ayudar pobres, que tenía que poner personas con un nombre hecho que pudieran ayudarme a echar para adelante. Me llevé de él, lo puse todo en sus manos y me fui para el apartamento de mi amiga Lucía. Ahí nación la FUNDEMUSA, que ha sido todo éxito. Luego, me ayudó a conseguir el decreto, a insertarnos en el Presupuesto Nacional, en ese tiempo nos daban una ayuda considerable.

6. Logros
Con FUNDEMUSA formada buscamos de una vez un local en Sabana Perdida, en el Barrio 2 de Enero, gracias a Dios hemos tenido siempre la habilidad de gestionar con instituciones, fuimos al Ministerio de la Mujer, le hicimos nuestra propuesta donde le explicábamos que queríamos ayudar a las mujeres, principalmente a las madres solteras, jefas de hogar, entonces nos prestaron 20 máquinas de coser, nos dijeron que si buscábamos una local nos la darían. Luego fuimos al Infotep, a través de ellos conseguimos los profesores, ellos también les pagaban el sueldo y nos facilitaban algo de dinero para pagar la secretaria, nosotros poníamos el resto. Ahí capacitamos a más de mil mujeres en el área de costura, lencería, ventas, contabilidad, corte y confecciones, dábamos clases mañana, tarde y noche, duramos alrededor de seis años en eso. Después, pusimos el primer dispensario médico, eso fue en 2006, fuimos a Salud Pública, les explicamos la necesidad de un consultorio, que habíamos hecho una prueba en un local que teníamos, pero que nunca nos nombraron un médico, además nos robaron todos los utensilios, hasta los inodoros se llevaron, entonces tuvimos que pagar los daños y lo cerramos. Sensibilizamos a la persona en Salud Pública y nos asignaron al doctor Morales”.

7. Otras ayudas
Ates de ir a Salud Pública, habíamos enviado proyectos a las embajadas extranjeras en el país explicándoles que queríamos trabajar con la Ley 24-97 para ayudar a las mujeres. La embajada de Canadá se interesó, el señor Mark Newton nos llamó, quería vernos, cuando fuimos nos dijo que lo nuestro no era un proyecto, sino un propuesta, entonces nos explicó cómo debíamos hacerlo para aprobar y así lo corregimos. Recuerdo que nos aprobaron 85 mil pesos, que en ese tiempo era mucho dinero, eso fue en 1998. Con ese dinero mandamos a reproducir la ley, capacitamos 20 coordinadoras, que iban casa por casa entregando un volante que explicaba el significado de esa ley, también con el número y la dirección del único destacamento que había llamado Amigo de la Mujer. Janet Camilo nos ayudó a capacitar a esas mujeres. La embajada de Canadá quedó tan conforme con nuestro trabajo que nos apoyaron tres proyectos más, uno de ellos fue el de embarazo en adolescentes y nos reafirmaron los fondos para que abarcáramos más escuelas”.

8. Estancias infantiles
El proyecto más grande que hemos hecho aquí son las estancias infantiles. Sometimos al Ministerio de Educación un proyecto sobre la instalación de esas casas, porque cuando hicimos un estudio a las mujeres que estudiaban en los talleres que teníamos del Infotep, nos dimos cuenta que no trabajaban porque no tenían donde dejar a sus niños, entonces entramos en los fondos concursables del BID, a través de Participación Comunitaria del Ministerio de Educación. Recuerdo que siempre nos lo devolvían con una puntuación de más de 80 puntos, fuimos donde una funcionaria de Salud Pública, que estaba a cargo del proyecto, ella nos dijo que nos faltaba fortalecimiento institucional, y nos dijo lo que teníamos que hacer, pero no teníamos los recursos, entonces nos asignó a una técnica para que revisara los documentos. A ella le interesó y nos ayudó a lograr ese fortalecimiento y nos asignaron casi 4 millones de pesos para hacer las estancias infantiles. A la técnica le encantó nuestro trabajo que todavía está con nosotras asesorándonos. Eso fue en 2008”.

9. Comunicadora de profesión
Aunque siempre lo que me ha gustado es trabajar con la comunidad, quería tener un título, entonces me inscribí en la Universidad OIM. Me gradué a los cuatros años de Licenciada en Comunicación Social, de 22 estudiantes, la única que se graduó fui yo, los demás debían materias, a mí nunca se me quedó una. Hice mi tesis sola, no me gustaba trabajar en equipo, la primera vez que trabajé con uno me dejaron esperando, y la segunda querían que le hiciera el trabajo a los otros. Hice mi tesis en el Infotep y la pasantía en Radio Comercial y El Nacional”.

10. Sus hijos
Tengo tres hijos Patricio Javier, Luis Ariel y Érica Camilo. Aunque nacieron en Estados Unidos, vivían aquí conmigo. Cuando me divorcié en 2001 me fui con ellos para Orlando, los instalé allá y volví para acá. Patricio trabaja en el área de tecnología en una compañía del Estado, donde hacen aviones y helicópteros; Luis dirige un departamento en el Florida Hospital; y Érica trabaja en Macy’s, es encarga de Recursos Humanos”.

Centro global

El Centro Global de Investigación y Consultoría para el Desarrollo Social (GEGICODECO) surgió a raíz de un programa que se llamaba Solving Problems for Better Health (Resolviendo Problemas para una mejor salud) que llegó a Salud Pública, entonces la señora Adelaida Orestes, nos llamó y nos involucró en ese proyecto. Tuvo tanto éxito que hasta llegué a ir a El Salvador, al pueblo de Chalatenango a dar capacitación a un grupo de comunitarios para que aprendieran a identificar dentro de sus comunidades, las necesidades más prioritarias. Basado en esa experiencia empecé a dar esos talleres a los comunitarios de Sabana Perdida, a enseñarles que tenían que aprender a trabajar, a identificar sus prioridades en la vida, a ser comunitarios entre ellos mismos, y hemos tenido muy buen desarrollo.

Recuerdos
No fui una niña a la que le enseñaron a jugar, a tener amiguitos, mi mamá era un mujer muy estricta, pero muy luchadora”.

Cambio
En 1972 nos fuimos a vivir a los Estados Unidos, porque a mi hermano, Ricardo Santana, que era militar constitucionalista lo habían exiliado”.

Persecución
Contaba mi madre que después de la revolución pusieron una granada en la casa, tumbaron la mitad, siempre estaban buscando a mi hermano”.

Trabajo
Cuando llegué al país fundé el primer Comité de Amas de Casa de Sabana Perdida, comencé organizando mujeres, haciendo kermés, entre otras actividades”.

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