Especializado en Endocrinología y Nutriología, y Endocrinología Ginecológica, ha hecho 29 trabajos de investigación, publicados en diferentes revistas médicas

Rafael Fernández Lazala, pionero en endocrinología en Santiago, ha hecho de la medicina su sacerdocio, no solo en la práctica, sino en la enseñanza. Fundó la cátedra de esa especialidad en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, donde fue decano de la Facultad de Ciencias de la Salud por 10 años. La diabetes de su madre lo motivó a especializarse en esta rama para poder entender mejor su padecimiento, y aunque con ella no pudo aplicar los tratamientos existentes hoy día para tener una mejor calidad de vida, le queda la satisfacción de poder hacerlo en otras personas.

1. Origen
Soy de La Vega. Vengo de una familia numerosa, muy unida, todos nos llevábamos muy bien, este ambiente produjo que toda la vida estuviéramos ligados al aspecto educativo. Mi padre toda la vida fue maestro, fue inspector de Educación, mi tío también estuvo ligado a la educación, y a través de eso todos mis hermanos, somos 16, son profesionales, abogados, médicos, esa influencia fue determinante para nosotros. Hice la educación primaria y secundaria en escuelas de La Vega, en el colegio Agustiniano hice la primaria, luego la secundaria en el liceo Don Pepe Álvarez.

2. Medicina
Estudié Medicina en la Universidad Autónoma de Santo Domingo gracias a un tío que era secretario de Educación en esa época, recuerdo que me consiguió un trabajito donde ganaba creo que 70 pesos, con eso me mantenía; hice la pasantía de ley en el Hospital Salvador B. Gautier, ahí hice buena cercanía con el médico Julio César Castillo Vargas, que era muy destacado en su área, la endocrinología, me adoptó casi como su hijo a tal punto que me fui a México gracias a su ayuda e hice Endocrinología y Nutrición, luego Endocrinología Ginecológica, en el Instituto Mexicano del Seguro Social.

3. Estímulo
Mi madre sufrió de diabetes, eso fue lo que me inclinó a ser endocrinólogo. Si tuviéramos los recursos de ahora, mi madre no se hubiese muerto a la edad que se murió, ahora tenemos medicinas para que la gente dure 80 años, murió joven por las complicaciones de la diabetes, eso me hizo especializarme en endocrinología para estudiar y comprender mejor la patología que la mató, lo único que lamento es eso, siempre lo digo y lo mismo pasa con mi padre, si mi padre y mi madre hubiesen estado vivo, hubiesen durado 15 o 20 años más con la tecnología que hay ahora, con los tratamientos que hay para prolongar una vida útil. Siempre me quedó ese dolor pero es parte de la vida, quizás fue un estímulo para que lo hiciera con tanta gente.

4. Ejercicio profesional
Cuando terminé la especialidad fui a Santo Domingo, inmediatamente llegué con el currículo que yo tenía, gané la jefatura del servicio de Endocrinología del Hospital Doctor Perdomo que era del Instituto Dominicano de Seguro Social, pero yo estaba negado a vivir en Santo Domingo, conseguí que me trasladaran a Santiago y participé en el concurso para ser jefe del servicio de endocrinología del Cabral y Báez, y lo gané, dure ahí desde el 79 al 85, de ahí gané la factura también de Endocrinología del Hospital Estrella Ureña y ahí duré hasta el año 2006.

5. Precursor
Desde que llegué en el año 1978, cuando vine aquí ingresé inmediatamente a la Clínica Corominas porque en esa época no habían endocrinólogo, quién veía diabéticos aquí era el doctor Raúl Martínez pero no era endocrinólogo, en esta clínica el primer endocrinólogo que fue admitido fui yo, y por eso cuando entré lo hice sin mayor problema, tenía los requisitos para eso y desde que llegué entré directamente aquí, junto con eso hice el espacio del aspecto privado y el aspecto público, jefe de servicio en el Cabral y Báez, yo fui que fundó eso ahí, y en el Estrella Ureña.

6. Docencia
Cuando llegué de México, en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra no había la disciplina que traje, no existía en el currículo de la universidad, e inmediatamente me admitieron en la escuela de Medicina en la cátedra de Endocrinología, donde fui docente desde del 1978 hasta el 2016, nunca lo dejé, inclusive siendo vicerrector de la universidad, seguía dando clases. En las aulas, lo que más me marcó siempre fue mi entusiasmo por la academia, por la enseñanza y más en un área que no había quién la destacara y me apasionó mucho siempre la enseñanza a tal punto que nunca la dejé. Anécdotas hay muchísimas, buenas y malas, porque tengo la gracia o la desgracia de ser sumamente exigente, muy amigo de las cosas bien hechas y eso a veces en la educación es un poco problemático, pero mi experiencia y vivencia durante todo ese ejercicio educativo fue excelente a tal punto que la mayoría de los médicos que están en esta clínica, en Unión Médica, en el HOMS fueron alumnos míos.

7. Club de Diabéticos
Combinando el ejercicio público y el privado con la educación, y conociendo el manejo de los pacientes con diabetes, la patología prevalente en la disciplina endocrinológica, he sufrido el destierro o la ausencia de apoyo a este tipo de pacientes, es una enfermedad que tiene alrededor de un 12% de la población, que diezma al individuo porque no es curable y a la larga destruye la vida de las personas de una forma muy agresiva; viendo que esta gente tiene tan poco apoyo, dije: bueno, déjame hacer algo que los beneficie, y teniendo alguna preeminencia en la PUCMM fundé el Club de Diabéticos de la Región Norte en el año 2001; la universidad me proporcionó todo, me daba el auditorio, creé un grupo de personas con ese entusiasmo de hacer un aporte a la comunidad, una directiva formada legalmente, y he sido fundador y asesor del club. Celebrábamos una actividad educativa de forma gratuita todos los meses, hacíamos una conferencia y dos veces al año hacíamos actividades de entrega de medicamentos; queremos que la pandemia pase para volver hacerlas. Creamos una botica comunitaria en 2006, ahora con las nuevas nominaciones no se le puede decir botica sino farmacia, y ese lugar ofrece fármacos a los pacientes diabéticos sin el costo de las farmacias, es un estamento sin fines de lucro y solamente reciben sueldo los que trabajan en la farmacia, ninguno de nosotros nunca ha recibido sueldo.

8. Ciclo turismo
Algo que valoro mucho fuera de la medicina y lo combino con el ejercicio, es el deporte, soy ciclista. Desde que era estudiante me ha gustado, y fundé un club de ciclistas, monto bicicleta todavía, por eso me río cuando vienen y me dicen usted era ciclista, yo le digo pero no me insulte, y me pregunta pero porqué lo insulto? le digo porque usted no se imagina que este hombre canoso monta bicicleta, pues sí, yo soy ciclista, la gente relaciona el ciclismo con jóvenes. Monto bicicleta todos los días desde hace muchísimo tiempo y formé un club qué se llamó Ciclo Turismo. Cuando comencé a montar bicicleta aquí nadie montaba y los viajes a Montecristi que se hicieron por primera vez lo hicimos nosotros, pero cuando ya eso se generalizó nos retiramos, tenemos un equipo que monta bicicleta pero no así.

9. Bendecido
En el aspecto familiar también he sido bendecido, tengo dos hijos excelentes con mi mujer de toda la vida, a diferencia de mi padre, uno es médico neumólogo intensivista, ejerce en Denver, Colorado patología de pulmón a nivel mundial, es un muchacho excelente en esa área, tiene tres hijos, viven allá; tengo una hija que es ingeniera industrial, es la encargada de Tecnología de La Fabril, también es excelente, tiene unas mellizas que son mis juguetes, porque son las que viven aquí, las adoro y disfruto cualquier cosa que hacen.

10. Logros
Fui el primer presidente de la Sociedad Dominicana de Endocrinología y Nutrición, he sido presidente de la Asociación Médica de Santiago, de la Asociación Dominicana de Facultad de Escuelas de Medicina, de la Confederación Internacional de Diabetes. Participé de una forma determinante en las huelgas médicas que hizo Tati Guzmán que fue secretaria de Salud Pública, en busca de beneficios para los médicos, y nosotros fuimos los que logramos que se hicieran especialidades en la ciudad, porque regularmente, yo soy un ejemplo, teníamos que irnos afuera a hacer la especialidad, y cuando estuve en el aspecto académico logré que algunas especialidades se pudieran hacer en los hospitales. Otro aspecto importantísimo para mí, que me dio mucha satisfacción, fui director de la Escuela de Medicina de la PUCMM por 16 años, luchando en Ciencias de la Salud, fui vicerrector Académico, y toda esa trayectoria académica me permitió tener una participación activa, no solamente en el área nuestra sino en el aspecto de Salud en República Dominicana, a través de la universidad.

Diabéticos es una población olvidada

Para el doctor Fernández Lazala, la población con diabetes ha sido olvidada por las autoridades, a su entender porque el sistema de salud es muy deficiente, y una de las debilidades que encuentra en ese sistema es que las patologías prevalentes y que diezman el desarrollo de las personas deben ser protegidas por el Estado, como ocurre en los países desarrollados donde los diabéticos, los hipertensos, son personas que tienen una clasificación especial y tienen una vigilancia del mismo Estado, porque a la larga le sale más caro al Estado.

“Es una tarea pendiente y es por eso que el sistema de salud nuestro tiene una sombrilla que abarca todo el mundo, pero no personaliza las patologías que son prevalentes, las enfermedades que son crónicas, en una población como la nuestra donde mucho más del 80% es de bajo recurso, es una enfermedad para toda la vida con la necesidad de utilizar fármacos cada vez más caros y que no lo pueden usar adecuadamente, cuál es el resultado? complicaciones: que le dañan los ojos, el corazón, los riñones, los miembros inferiores y terminan aislados, situación que se pudiese reducir si hubiese un apoyo sostenido a ese tipo de pacientes, y eso no lo puede hacer nadie que no sea el estado con una acción muy bien dirigida.

La razón de la fundación del Club Diabéticos es apoyar a quienes tienen esa enfermedad, disminuir sus males, o por lo menos mejorar, sabemos que no lo vamos a resolver, pero por lo menos podemos amainar a un grupo de personas que se han beneficiado muchísimo justamente con la creación del Club de Diabéticos, queremos continuar con las actividades.

Cifras
La diabetes es una enfermedad que tiene alrededor de un 12% de la población, cambia dependiendo del lugar geográfico del mundo, en promedio es así, nosotros tenemos casi dos millones de diabéticos

Desacuerdo
No veo bien que las administradoras de riesgo de salud esté en manos privadas, eso tiene que ser un servicio del Estado para que sea uniforme, y que el seguro cubra todas las medicinas

Gratificante
Queda la satisfacción de que cuando llego a mi casa estoy bien seguro de que no hice daño, que siempre quise beneficiar a los demás”.

Igualdad
Tenemos que insistir en que el servicio de salud sea uniforme, que el millonario y el obrero tenga el mismo derecho y los mismos medicamentos.”

Consuelo
No beneficié a quien más quise, pero he podido beneficiar a una cantidad de gente que le administro su medicina, me siento satisfecho”

Reinicio
Teníamos programado arrancar las actividades del club en enero, el repunte del covid nos detuvo, el diabético es un paciente riesgoso”.

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