Parecía que el concierto de El Potrillo, la noche de este pasado sábado en el campo de golf del Hard Rock Hotel & Casino Punta Cana, iba a ser pasado por agua. Sin embargo, unas pocas lloviznas no deslucieron la fiesta ranchera.
Hechura de su padre don Vicente Fernández, pero con su propio talento y su propia voz, Alejandro Fernández demostró ser Hecho en México, con el agua del río Lerma y el Lago de Chapala. Así bajó caudalosa la música del mariachi y la banda que entró a escena a oscuras y dos coristas mientras lloviznaba.

20 músicos en escena, la banda normal, más un mariachi y una banda grupera. La trompeta da los primeros acordes sobre una nube de teclado. El público se puso de pie para recibir a Alejandro Ferández, quien dijo Tantita pena, seguido de Es la mujer y enseguida Estos Celos, “para recordar al viejo”. Dio las buenas noches, y habló de su papá, fallecido hace pocas semanas.

“Del maestro Joan Sebastian que debe estar allá arriba con mi jefe persiguiendo a las angelitas…” fue la introducción de Estuve.

Hoy tengo ganas de ti, de Miguel Gallardo. Termina con la trompeta de Isidro “uno de los mejores trompetistas mexicanos”, aclaró. De Natanael Cano, propuso Amor tumbado, en un arreglo de banda con la tuba como protagónica, y fusión con mariachi y acordeón.

Después se mandó Unas nalgadas de Joan Sebastian otra vez con banda fusionada. En cambio en Más no puedo, el mariachi y su banda incluida flauta, le dieron el colchón necesario para exponer una balada ranchera de raíz.

Mátalas -“la única manera de maltratar a una mujer, a besos”, dictaminó-. Con ritmo de banda y la tuba otra vez en primer plano. Una banqueta al centro le permitió cantar sentado No lo beses.

“Déjenme sorprenderles con estas dos canciones”, dijo y entonó Si supieras y Olvidar, y el acordeón en primera fila. “Ambas son del disco que me mandó para acá para Santo Domingo”, el primer país que visitó fuera de México, cuando arrancó su carrera.

Entró en la parte más íntima del concierto a guitarra y armónica Por tu adiós. De Joan Sebastian “cada vez más grande con el paso del tiempo” Eso y más, con guitarrón, acordeón y guitarra. Luego pegaditas Loco y Si he sabido. Mariachi total aunque comenzó con sabor a trío.

“Otras de las colaboraciones que tuve en esta pandemia fueron dos con Cristian Nodal y esta es la que más me gusta, Duele”, confesó. Enseguida y más movida con aires urbanos Sé que te duele, con las dos coristas.

Bajó un poquito el ritmo con Te voy a perder. Y luego Te olvidé. “Otra canción muy importante del disco; el nombre de este compositor es Edén Núñez y la canción es Decepciones”. La canción tiene un bonito diálogo de acordeón y guitarra. Malo que es muy breve. Y concluyó ese segmento con Que seas muy feliz, ranchera full con todos los músicos menos la guitarra. Aunque sí violines, guitarrón y tuba con flauta.

Presentó Mentí, a dúo con la voz de su padre. Momento muy aplaudido y emotivo.

Llegó el momento de Me dediqué a perderte. Uno de sus mejores éxitos. Coreada. “Muchas gracias Dominicana. Qué gusto volverles a ver”, expresó a mitad de canción. La música de Dónde vas tan sola entró demasiado rápido, como si de play back se tratara. Fue una de las canciones mejor arregladas con todo el brillo de los violines en su contrapunteo con los metales. Terminó con un sol sostenido largo que provocó aplausos. Falso final con Estrella donde el público cantó a capela.

Regresó con Canta corazón, intensa. Caballero. Nube viajera y se me va la voz. En franco final con sabor a noche ganada con buena música y un show que se gozaron las féminas que llenaron el lugar.

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