Abil Peralta Agüero pide a la Presidencia y al Congreso, no reducir la partida presupuestaria para Cultura de este 2022 y aumentar en el 2023, convencido de que sin cultura no hay patria

República Dominicana es uno de los países que más sufre el desgaste de su identidad cultural, gracias a varios factores ya expuestos anteriormente en elCaribe, por quien suscribe.

Pero uno de los factores que más inciden en el estado de cosas del sector cultural es la falta de finanzas unida a la ausencia de una política cultural definida.

El desgaste de la actividad cultural ha tenido que ver con la falta de presupuesto y con la descentralización, hecha a destiempo de entidades del ministerio como Bellas Artes, la Dirección de Museos y otros.

Mientras la impresión desde fuera es que se dan palos a ciegas, la situación concreta se visualiza en instalaciones sin terminar de cerrar su ciclo de reconstrucción como son los museos de la Plaza de la Cultura, a los cuales no se les ha adquirido las vitrinas necesarias para sus museografías respectivas.

Asimismo, el paupérrimo estado del Palacio de Bellas Artes (falta de limpieza y falta de mantenimiento incluidas), además del aire acondicionado cuya solución ha sido prometida por el gobierno, junto al del Gran Teatro del Cibao. Entre otras calamidades.

Si esa es la situación en la capital, a la vista de todos. ¿Qué queda para zonas como Jimaní o Montecristi, como Cabrera o Vengan a Ver, El Seibo o Mamoncito?


El triunfalismo y la sonoridad

El Ministerio de Cultura está entrampado en un triunfalismo vacío que nada aporta a cambiar las cosas, cuando debería estar luchando por lograr un mayor presupuesto, por activar las fuerzas culturales del país, tanto las creativas como las de pensamiento que tanta falta hacen cuando se dan a la tarea de deshacerse de algunas de las figuras más importantes del ámbito intelectual del país, como Odalis Pérez, César Zapata, León Félix Batista, Basilio Belliard, entre otros.

Es verdad que se están haciendo algunos eventos que permiten sonar. Por ejemplo: una Feria Internacional del Libro que más fallida no pudo ser. Dicho sea elCaribe ha sabido de que existe la idea por la actual Dirección del Libro y la Literatura de realizar el año próximo la feria en la Plaza de la Cultura, lo cual sería muy positivo.

Otro evento que sirvió para sonar, la Bienal de Artes Visuales, tuvo sus situaciones con el lío del premio y sus dudas.

Ahora el Festival Nacional de Teatro, dedicado a Germana Quintana, que se espera sea felizmente recuperado, ha presentado al menos su programa de talleres del 27 de septiembre al 15 de octubre.

La funcionalidad de la Ley de Mecenazgo sigue siendo una asignatura pendiente, toda vez que sigue sin decidirse el director nacional del mismo, tras errores cometidos en una convocatoria que por mucho que quieran justificar, contravino la propia ley.

Un buen argumento para hacer poco y mal, es la falta de finanzas. Por eso, si algo necesita el Ministerio de Cultura de parte de la presidencia para poder hacer su trabajo son finanzas. Que al menos se le respete el paupérrimo presupuesto que le han ido quitando con entusiasmo revolucionario un gobierno tras otro. Porque sí, porque la Cultura, dominicanos y dominicanas, no interesa. La Presidencia no ha colocado la Cultura como escudo de la nación, ante los embates que cotidianamente recibe de vecinos mal agradecidos.


Una petición a la Presidencia de la República

Abil Peralta ha emitido lo que podría calificarse como aullido de lobo estepario, Herman Hesse de por medio-: “…Nunca he leído pronunciamientos, propuestas o reclamaciones públicas para que la institución que conduce la agenda para el desarrollo de la cultura en el país, le sea aumentado o consolidado el monto de su presupuesto anual; contemplando como cada año en triste accionar, los gobiernos sin inmutarse, y con el pasmoso silencio de los propios ministros de Cultura, a esa instancia del estado dominicano, se le reduce la asignación presupuestaria”.

El destacado crítico de arte dominicano pone como ejemplo “la asimetría en la visión desde el Estado sobre la importancia estratégica de la Cultura”. Por todo ello ha solicitado a nombre propio, “como agente testimonial en la vida cultural del país, para solicitar formalmente a la Presidencia de la República, y consecuentemente a las cámaras legislativas del Congreso Nacional; y en concreto a la Comisión Especial constituida para conocer como tema único la Reformulación del Presupuesto Complementario 2022, para que se mantenga la apropiación asignada al Ministerio de Cultura, y de paso, sirva de estímulo como línea para valorar y observar como factor de calidad de la inversión presupuestaria, el aumento del monto presupuestario asignado para el MINC en el Presupuesto General de la Nación 2023”.

El llamado de Peralta Agüero debería ser secundado y refrendado por cada uno de los elementos que conforman el sector cultural, comenzando por la ministra de Cultura y los viceministros, hasta el último conserje de institución cultural, la más remota del país, pasando por todos los creadores, escritores y artistas, además de promotores y productores culturales de República Dominicana.

Abil Peralta, quien es miembro del Consejo Nacional de Cultura entidad que no se ha vuelto a reunir y que debería jugar su rol de manera más activa en el sector cultural, dijo que la iniciativa del Poder Ejecutivo (se refiere a la Reformulación del Presupuesto Complementario 2022) que desde el lunes pasado está siendo conocida por una Comisión Especial, presidida por el diputado Francisco Paulino, y creada por el presidente de la Cámara de Diputados Alfredo Pacheco, “tengo la convicción de que tratará con especial atención el componente relacionado con la partida presupuestaria reservada al MINC para su debida aprobación”.

Así mismo dice estar convencido que por igual será valorada esa situación en la pieza cuando pase al Senado.

El “robo” del boceto

Aún planea sobre el Ministerio de Cultura y sobre el estado de opinión social, el “robo” del boceto de la obra de Iván Tovar, que a todas luces parecería que le han echado agua al dominó, y piensan que no hay nada que aclarar.

Todo se resumió en botar a la directora del Museo de las Casas Reales, con ese estilo de caja destemplada de Recursos Humanos de la institución, que hace sentir a los funcionarios que cancelan como ultrajados, ninguneados, vilipendiados y borrados como si de un estado totalitario de tratar (“Cuba dicamus”, para decirlo en latín).

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