En 1983, en la República Dominicana se empezó a construir una nueva tradición, conocida como el Desfile de Carnaval del Distrito Nacional, forjada en la manifestación cultural carnavalesca más antigua de América y que hoy suma a su recorrido más de 100 comparsas y personajes individuales.

Lo único que está prohibido es disfrazarse de sacerdote, monja y militar; todo lo demás, según explicó el Coordinador General de la Comisión del Carnaval del Ayuntamiento del Distrito Nacional, Dagoberto Tejeda, está permitido en un espacio de total libertad, donde la sátira es completamente fundamental y en el que, para este año, cada comparsa traerá un tema completamente diferente.

A través de los años, el carnaval y el desfile mismo han ido sufriendo transformaciones. Sin embargo, su principal virtud, consideró Tejeda, es ser una manifestación que no tiene que ver con el tiempo, en función de lo que es actual y lo que no es. “Es un espacio libre, democrático, que permite el mantenimiento de lo viejo y una apertura hacia una propuesta nueva. Eso hace que la memoria del pueblo, cuando se identifique con un personaje, se mantenga”, explicó.

En la época en que los intercambios culturales eran más comunes, recuerda, personajes como el Diablo Cojuelo y La Muerte llegaron de España y fueron transformados y recreados, al punto que hasta la fecha aún existen; mientras que otros se han ido creando en la República Dominicana, como son Robalagallina, Califé y Se me muera Rebeca, entre otros.

Algunos, en cambio, han desaparecido como “Disfrázate de Maíz”, por surgir como una respuesta de un momento dado. “Los Tiznaos, por ejemplo, han sido permanentes; eso evidencia que el espacio permite que se recreen los viejos, otros que se mantengan iguales y también existan los temporales”, agregó.

Con un presupuesto que oscila entre los 12 y 15 millones de pesos, en la versión del 2018 el Desfile de Carnaval está dedicado a Ramón Correa, un médico que toda su vida se ha disfrazado de Diablo Cojuelo, siendo uno de los más antiguos de la tradición local. Los reyes serán Daniel Ariza, también Diablo Cojuelo antiguo, y Xiomara Fortuna, en reconocimiento a sus aportes a la identidad y la cultura popular.

Otra novedad es el espacio donde se realizará: del Obelisco Hembra, en la avenida George Washington, hasta la calle Pastel, a diferencia de otros años que ha tenido como asiento la avenida México, la Máximo Gómez, El Malecón y del Obelisco Hembra hasta el Macho.

Acerca de las medidas de seguridad, estarán presentes los agentes de la Policía Nacional, de la Municipal, la Defensa Civil, La Cruz Roja, Amet y otras agencias del orden para evitar incidentes.

El folclorista dominicano recordó que desde antes de 1520, en la ciudad de Santo Domingo se tenía como escenario el Parque Colon. “Posteriormente, durante el período trujillista vamos a encontrar que ese carnaval se traslada fundamentalmente a la parte norte del Parque Enriquillo, que era el centro del carnaval popular, mientras que el de salón se hacía en el Club Unión en la Casa España. Pero cuando muere Trujillo y el pueblo asume el protagonismo, comenzó a hacerse en diferentes barrios, no había desfile, hasta 1983”, narró Dagoberto.

El folklorista Dagoberto Tejeda.

Concursos en el desfile

Los modelos carnavalescos que se estilaban en la época colonial, como el Carnaval de Salón, se trasladaron posteriormente al período trujillista, así como el elegir a una reina y hacer concursos.

Es por esto, que hoy en día las diferentes categorías que existen, como son la de Fantasía, Alibabá, Creatividad Popular, Diablos Fantasía, Diablos Tradicionales, Comparsas Tradicionales e Individuales de Fantasía y Tradicional, entre otros, concursan ante la mirada de los espectadores y de 20 jueces que escarban en la creatividad, originalidad, la vistosidad (en función del vestuario), coherencia del tema y la propuesta que se lleva, la musicalidad, coreografía y una serie de criterios más.

Este año, el Desfile de Carnaval del Distrito Nacional se realizará mañana, bajo la organización de la Alcaldía del Distrito Nacional y la Unión de Carnavaleros del Distrito (Ucadi), a partir de las 3:00 de la tarde.

A favor de un programa educativo-cultural

El folclorista Dagoberto Tejeda consideró el carnaval de la República Dominicana como “patrimonio del país”. “Incluso, dentro de poco tiempo, será declarado por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad, porque es el carnaval más antiguo de América y de la isla”, recordó.

A su juicio, debería haber un programa pedagógico que se implemente durante todo el año, en coordinación con las organizaciones carnavalescas y las del Estado, para reforzar la identidad cultural a partir del proceso educativo, en lugar de realizar manifestaciones espontáneas que no refuerzan la misma.

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