El artista formado en Berklee College Of Music da pasos firmes en el exigente mundo del jazz en NY

El pianista dominicano Miguel Andrés Tejada se abre campo en el mundo del jazz en New York, donde ha colaborado con maestros como Bobby Sanabria, John Benítez, Francisco Mela, Peter Slavov, Néstor Torres y Ramón Vásquez.

Esto gracias al aval de sus estudios musicales que iniciaron de niño en la Escuela de Bellas Artes y en el Instituto de Cultura y Arte de su natal Santiago, bajo la tutela de la maestra cubana Hilda Melis, y luego en la prestigiosa Berklee College Of Music.

Fruto de los intensos años de formación, fue escogido para participar en varios eventos en Puerto Rico e Italia y obtuvo el premio Julio Alberto Hernández. Fue en el 2003 cuando decidió incursionar en el Jazz, creando su primer grupo, Quedunmbe, siendo esta su primera aproximación al folklore dominicano a través de sus propias composiciones.

Tras presentarse en los principales escenarios del país, así como en el Dominican Jazz Festival en varias ocasiones, una de ellas en el Centro León, el reconocido bajista John Benítez, al escuchar su música original y sus interpretaciones de pianistas de jazz establecidos, lo motiva a seguir ampliando sus horizontes en la ciudad de New York.

¿Por qué eliges el piano para esta intensa carrera musical?
Yo tendría unos 5 ó 6 años de edad cuando le pedí a mi madre que me regalara mi primer teclado. Fui descubriendo que este es un instrumento que permite muchas posibilidades. Por ejemplo, es muy útil a la hora de componer o arreglar música y puede servir como instrumento solista o acompañante.

¿Qué significó para ti haber estudiado en Berklee?
Berklee es una universidad muy abierta en cuanto a estilos musicales se refiere. En mi caso, fui un estudiante aventajado, pues ya traía bastante nivel fruto de mis estudios anteriores en el país, por lo que no era mi intención durar cuatro años allí. Ya en la universidad, recibí dos bendiciones que me dieron más confianza en mis propios talentos y capacidades. La primera fue en el examen de admisión, donde obtuve un rating de 6, siendo el más alto 7, lo que te permite tocar con los mejores músicos de la escuela. Y la segunda, es que en mi primer semestre fui recomendado por uno de los profesores de la escuela, el maestro Dave Weigert para realizar un concierto con mi propio proyecto en uno de los escenarios más importante de Boston, el Berklee Performance Center, acompañado por él en la batería.

¿Cómo fusionas los conocimientos adquiridos en tu país y en esa prestigiosa escuela de música?
Mi formación en el país fue, sobre todo, clásica y en Berklee estuve más expuesto al jazz y al World Music. Estas influencias se encuentran en todo lo que hago, ya sea en mi proyecto de jazz latino, Latin American Dances, mi proyecto de jazz dominicano, Merengue Jazz-All Star, o en arreglos populares de salsa y otros géneros. Una muestra de ello, es mi tema “Entre copas”, compuesta en estilo bachata-jazz, la cual mezcla el pianismo de Chopin, Bill Evans, y Eddie Palmieri en una sola pieza.

Has colaborado con grandes artistas internacionales, ¿qué aprendizajes han dejado en ti?
Que hay que mantenerse al día estudiando, practicando recursos nuevos, creando e innovando para no quedarse estancado. En el caso específico del maestro Sanabria, tuvo un gesto muy especial conmigo al incluirme dentro de su programa de conciertos “New Voices in Latin Jazz”, el cual promueve los nuevos talentos en este género. Además de eso, hay ciertos valores, como la disciplina y la ética laboral que son insustituibles.

Uno de tus galardones del premio Nacional de Música fue por componer sobre la cultura afro-dominicana, ¿por qué te interesas en este tema?
Obtuve el primer Premio Nacional de Música en el año 2015 por mi composición de jazz “Rumbeando”, con la cual también fui uno de los ganadores en el concurso internacional 7Virtual Jazz Club, con sede en Italia. En el 2017, obtuve el segundo Premio Nacional con la obra a la cual haces referencia. Quería componer una pieza sinfónica con características similares a “Rumbeando”, pero luego cambié de idea y escribí “Le Rituel du Serpant”, resultando ganadora en el renglón Sinfónico-Banda. En realidad no me considero un compositor con bases afro-dominicanas. También me intereso mucho por la música de otras culturas, incluso fuera de la tradición occidental.

De los sueños que llevaste en tu maleta al irte de Santiago, ¿cuáles se han materializado?
Entiendo que el proceso de materializar sueños y anhelos dura toda la vida. Sin embargo, hay algunos objetivos que me había planteado a priori como en el caso de grabar mi música con dos de los más respetados músicos de jazz a nivel mundial como son los maestros Francisco Mela y Peter Slavov. Mela fue el baterista de uno de los íconos más importantes de la historia del jazz piano como lo fue McCoy Tyner.

De igual modo, tuve el privilegio de ver mi pieza Entre Copas, interpretada por el afamado flautista Néstor Torres, durante un concierto en Times Square que realizamos con el patrocinio del Ministerio de Turismo en New York. Este concierto contó con la participación de uno de mis proyectos, Merengue Jazz All-Star, como orquesta de planta y con un servidor como director musical y arreglista.

También deseaba exponer mi música de jazz frente a públicos de todas partes del mundo. Poder recibir la apreciación de oyentes de diversos países y culturas te convierte en un ser humano diferente, comienza a comprender que es más lo que nos une que lo que nos separa, al margen de nuestras aparentes diferencias..

¿Cuáles son los planes futuros que tienes para promover la cultura dominicana en tierras extranjeras?
Aunque tengo otros proyectos de carácter más global, me interesa mantener lo que hasta ahora hemos realizado con Merengue Jazz All-Star y se, que a pesar de la pandemia, existen posibilidades de continuar expandiendo nuestra marca país desde uno de sus principales activos culturales que es nuestra música.

También creamos la Dominican-American Chamber Orchestra, con la cual hemos interpretado música de autores dominicanos como Rafael Solano, Julio A. Hernández y Rafael Landestoy en escenarios como Columbia University y La Casa Dominicana de Cultura del Alto Manhattan.

Paralelamente, continuamos laborando en nuestra academia, Manhattan Piano Academy, de forma remota.

En nuestro currículum de enseñanza, integramos una amplia gama de estilos musicales tales como clásico, jazz y contemporáneo, e incluimos música latina y dominicana a los estudiantes que así lo prefieran.

Plataforma
Tengo planes de continuar con un programa de conciertos que iniciamos, llamado Dominican Jazz y más”.

Respaldo
Desde que iniciamos, tuvimos buena acogida, y agradezco al presidente anterior de Acroarte NY, Adalberto Domínguez, por reconocer nuestra iniciativa”

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