PUNTA CANA. Kenneth Müller, un cineasta guatemalteco en ascenso, confesó que está muy emocionado poder participar en una ventana como Cana Dorada para presentar historias difíciles de contar como la que relata su tercera película, “Nebaj”.
“En nuestros países es difícil poder sacar una película como esta, que cuenta un lado de la historia que normalmente no se cuenta, un lado bastante oscuro de la guerra que fue la masacre que hizo la guerrilla, y en el mundo esto normalmente no se cuenta”, dijo en un encuentro con la prensa acreditada al primer Cana Dorada Internacional Film Festival, donde estaba acompañado de los actores Saúl Lisazo y Fernando Cuautle, protagonista del largometraje.

La historia de “Nebaj”, una adaptación del libro “Escaping the Fire: How an Ixil Mayan Pastor Led His People Out of a Holocaust During the Guatemalan Civil War” (“Escapando del fuego: cómo un pastor maya Ixil lideró a su pueblo para escapar del holocausto en Guatemala”, publicado en el 2010 por Terry Jacob McComb), cuenta las vicisitudes de un aldeano llamado Tomás Guzaro, un joven que logra rescatar a más de 250 aldeanos de un lugar, a quienes luego acribillan porque simplemente tenían creencias religiosas opuestas a la guerrilla.

“Yo lo comencé a ver como un éxodo muy parecido al de Moisés, en cierta forma, algo así casi bíblico. Él me contaba (Tomás), y yo traté de no hacerlo visualmente tan fantasioso, traté de hacerlo lo más realista posible. Me contaba que vio a Dios en algún momento y que le indicó por dónde salir. Me aventé por esa montaña, de Nebaj, un pequeño pueblo que está a varias horas de la ciudad. Hice un recorrido para ver cómo habían subido, y prácticamente era imposible hacerlo en la época en que sucedió.
Y sí, fue un acto completamente milagroso. Él me dio las gracias porque esperó 36 años para poder contar esta historia”, manifestó el joven realizador.

Criticó que en su país “siempre se presta más atención a personajes como Rigoberta Menchú, etc, que poco tenían que ver con la paz, eran gentes terroristas, perdonen que lo diga, pero es así. Y estas personas (como el personaje central de “Nebaj”) siempre han querido decir lo que les pasó y no se les presta atención, y eso es importante para mí como cineasta”, agregó.

Sostuvo que, a pesar de que hoy en día se premian más los discursos que las historias, “Nebaj” es una historia importante que había que darle voz. “La voz de este personaje es la voz de muchos guatemaltecos; primero, porque, más que olvidar, simplemente cambiaron la historia, en el sentido que dijeron que el pueblo se peleó contra el ejército, y la verdad es que no. Fue el ejercito que se peleó contra la guerrilla, una guerrilla que simplemente estaba haciendo actos terroristas, que, de hecho, mi segunda película trata de eso, porque mi hermano se quedó sordo en un bombazo, una explosión en la que sale Saúl Lisazo (se llama Septiembre). Era el ejército y la guerrilla, y en medio estaba lamentable el pueblo. Ese lado de la guerrilla lo han tratado como que simplemente no existió”, destacó.

Lamentó que prácticamente no se puede hablar de una industria cinematográfica en Guatemala. “…Simplemente no existe. No hay una ley de cine en mi país”, lamentó.

Dijo que hacer una película en situaciones normales es un milagro, y que en su tierra natal es un milagro más grande. “A mis 34 años te puedo decir que nos han pasado tres milagros: hemos hecho tres películas, dos de ellas se han distribuido mundialmente”, confesó.

“Entonces, yo te puedo contar una historia muy diferente, tal vez, a mis otros compañeros cineastas, porque hemos tenido cosas lindas que nos han pasado como es tener una voz”, añadió Müller.
Sobre el respaldo que ha tenido “Nebaj” en su país, criticó que “la misma prensa guatemalteca fue muy compleja, en el sentido que no quería comunicar el tema de la historia, porque era una historia que afectaba a muchos de ellos”.

Por eso valora plataformas como el Cana Dorada International Film Festival. “Es muy lindo tener una ventana como esta para poder decir lo que pensamos y sentimos”, indicó.

Müller estudió cine en México, a donde emigró a los 19 años de edad. La primera película, “12 segundos”, la filmó en esta nación, pero las dos siguientes (Septiembre y Nebaj) las realizó en Guatemala.

Esto lo ha llevado por mercados internacionales, desde Cannes a España, desde Sudamérica, Buenos Aires…

“Creo que las películas tienen su propio espíritu y paran en los lugares que tienen que parar, por eso siempre se me hizo curioso el hecho de estar acá. De hecho, un 17 de enero comencé a filmar mi primera película, es más lindo estar hoy, 17 de enero, estrenando esta tercera película, un significado espero que tenga”, puntualizó.

Escena de Nebaj.

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