El año próximo se cumplen 20 años del crimen de lesa cultura cometido en los silos de Molinos Modernos, y el centenario del natalicio de Carlos Cruz Diez
El viceministro de Cultura Gamal Michelén, a cargo del Patrimonio Cultural, fue entrevistado en el matutino de CDN, por Nelson Rodríguez, director de elCaribe, y las periodistas Katherine Hernández y Julissa Céspedes, donde se refirió a la importancia de la obra del desaparecido pintor Iván Tovar, fallecido en el 2020, a los 79 años de edad, en España donde se encontraba residiendo.
“Iván Tovar es nuestro artista con mayor proyección internacional ahora mismo”, afirmó, a la vez que informó sobre una importante actividad que se dará a conocer en los próximos días, relacionada con su obra.
Comparó a Tovar con Carlos Cruz Diez, en Venezuela, quien dicho sea de paso era sobrino biznieto del Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte.
“Carlos Cruz Diez, contra él se cometió una infamia que no tiene perdón y fue el borrado de la impactante obra del autor, realizada en los silos de Molinos Dominicanos, hoy Molinos Modernos.”, expresó.
“Sí una obra de formato modesto de Carlos Cruz Diez anda por los 200 mil dólares,e el valor de la obra es incalculable, con un cromatismo extraordinario, y un ‘genio’ lo mandó a pintar”. Aunque en realidad debió decir ‘lo mandó a borrar’.
“Estamos tratando con el Congreso… porque las maquetas existen, los hijos de don Carlos (Cruz Diez) viven en París, los hemos contactado y todo, a ver si compañías de pintura, pueden colaborar y podemos hacerlo de nuevo, para desagraviarlo”, expresó el también crítico de arte.
A una pregunta de Julissa Céspedes de si no es recuperable, porque es pintura sobre pintura, Michelén contestó que conversó con un restaurador muy bueno. “Él me dijo que sí se recupera. Pero si tú me preguntas a mí -yo no soy restaurador, pero he dirigido procesos-, yo creo que no. Hay una canción de Joan Manuel Serrat que dice ‘nunca vuelve aquello que se pierde’”.
La obra que el artista venezolano Carlos Cruz-Diez le regaló al país en 1994, fue destruida a principios de diciembre del 2003, apenas 10 años después. Desde entonces, un único color cubre toda la superficie de los silos donde estuvo pintada obra “Cilindros de Inducción Cromática por Cambio de Frecuencia”.
Por aquellos tiempos, quien suscribe estuvo tratando de contactar durante todo el día 17 de diciembre a Enrique Rodríguez Moya, quien era el gerente de Molinos del Ozama, C. por A., pero no fue posible dar con él. Un año antes, en la revista Rumbo, del 22 de octubre de 2002, Rodríguez Moya se había referido a los silos y a la obra con esta perla: “Esos silos son un dolor de cabeza. No lo vemos como una obra de arte, sino como un lugar donde se almacena trigo. Si al menos los demás molinos fueran iguales, pero no puedo cargarle a las ventas el precio de la reparación”.
La reconocida crítico de arte Marianne de Tolentino, dijo entonces que “Él mismo (Cruz Diez) dirigió las labores (de pintar la obra). Para Cruz-Diez realizar esa obra era un gesto de gratitud con la patria de su tío abuelo, Juan Pablo Duarte”.
Dicho sea de paso, ocurrió durante el gobierno de Hipólito Mejía, y nunca se ha conocido el más mínimo gesto de protesta oficial contra este crimen a la cultura. Ni antes ni después.
“La obra podría rehacerse -aseguró entonces Marianne de Tolentino-, estoy convencida de que muchos dominicanos estarían dispuestos a trabajar porque esa obra patrimonial vuelva a presidir el paisaje del Ozama”.
“Mantener esa obra era una responsabilidad de los dominicanos”. Y no supimos cumplirla. La ignorancia, la indolencia y la desidia son malas consejeras, y sobre todo fatales enemigas de la Cultura.
Ese ícono artístico monumental de la capital y del pueblo dominicano debe ser restaurado. Sus costos deben ser asumidos por Corporación Multi Inversiones. A principios del 2018 la Cámara de Diputados solicitó al Ministerio de Cultura y a la Corporación Multi Inversiones recuperar la obra. El pueblo dominicano sigue esperando porque el paisaje vuelva a recuperar esa amputación donde lo feo le ganó la batalla a la belleza.
Algunos datos de Carlos Cruz Diez
Carlos Cruz-Diez (Caracas 1923 – París, 2019), artista franco-venezolano, vivió y trabajó en París desde 1960. Su proposición plástica, una de las más originales del movimiento cinético, nos revela al artista como uno de los más importantes teóricos del color del siglo XX y una de las más destacadas figuras del arte contemporáneo. Su trabajo gravita alrededor del fenómeno cromático y comprende ocho investigaciones: Couleur Additive, Physichromie, Induction Chromatique, Chromointerférence, Transchromiea, Chromosaturation, Chromoscope y Couleur à l’Espace. Sus obras ópticocinéticas figuran en las colecciones permanentes de prestigiosos museos, tales como el Museum of Modern art (MoMA), Nueva York; Tate Modern, Londres; Musée d’Art Moderne de la Ville de Paris; Centre Pompidou, París; Museum of Fine Arts, Houston; Wallraf Richartz Museum, Colonia, entre otros. Su primera obra vendida en Sotheby’s fue en 1985, la más reciente, en 2022.
Pienso que una obra de arte integrada a la ciudad debe generar un acontecimiento inédito en mutación permanente. Una especie de fascinación y asombro que provoque un hecho íntimo de ruptura ante el comportamiento automático que adoptamos al desplazarnos en medio urbano”.
Carlos Cruz Diez
Artista plástico
(Algunas de las fotografías utilizadas son cortesía de la página https://insituartprojects.com/projects/restoration/silosdemolinosdominicanos/?lang=es#intro, que de manera permanente llama la atención por la recuperación de esta importante obra de Cruz Diez)
