Autora de varios libros de poemas, ávida lectora y editora, asistente del jefe de redacción de uno de los periódicos más antiguos de este país, Petra Saviñón es una creadora que exhibe en sus obras una madurez y un estilo que sobresale por su capacidad de hilar frases que pueden parecer crudas por lo ceñidas y desnudas con que las intercala en sus poemas, pero que sin embargo tienen una profundidad que lleva al lector a compartir ese diálogo íntimo, esa inquietud del espíritu que aparece como un remolino que sacude las ramas y después se calma para dejar una reflexión, un cuestionamiento, y la belleza que duerme en las palabras.
¿Dónde naciste y dónde pasaste tu infancia?
Nací en Azua, y a los seis años mi familia se fue a vivir a Neiba, allí hice la escuela primaria y también el bachillerato y después vine a la capital a estudiar en la universidad, de Azua no tengo muchos recuerdos porque en esa época vivimos muchos cambios, varias mudanzas, fuimos a vivir en un pueblito que se llama Arroyo Salado.
¿Qué recuerdas de tu escuela primaria?
Bueno… el primer día de clases la maestra me dio una “pela” porque rompí una ilustración de un burro que ella tenía pegada en la pared… tengo otros recuerdos también, pero ese es el más nítido.
¿Y en el momento en que vienes a la capital, viviste sola o con alguna familia?
Vine a vivir con unos tíos, que ya habían terminado la universidad, ellos habían decidido quedarse aquí, en Santo Domingo, estuve viviendo con ellos más o menos seis años, al principio estábamos con una prima, luego se sumó otra prima, la prima mayor se casó y la otra se fue a vivir sola, no fue una convivencia muy saludable porque… era una tía con sus “situaciones” por decirlo de alguna manera.
¿En qué año te graduaste y cuándo comenzaste a trabajar?
Yo me gradué en 2003, pero comencé a trabajar antes de graduarme, después pasé a ser reportera en el mismo periódico, que es precisamente El Caribe, y en ese tiempo comencé a estudiar también la carrera de derecho, que todavía está en pausa…
¿Qué recuerdas de tu paso por la universidad?
Recuerdo a muchos profesores, un profesor de filosofía que era un verdadero pedagogo, hubo otro que fue el que me ayudó a despertar ese interés por la literatura, que era una vocación que yo siempre había tenido, pero que terminé de descubrir en esos años.
¿Cuándo comienza tu interés en la lectura y en la literatura?
En mi infancia yo leía, no mucho, porque mi mamá también lee, aunque ella no tenga la formación académica que tengo yo, y ya en la capital me tocó vivir con esos tíos que te comenté, que ellos sí leían mucho, pero también desde muy niña comencé a escribir, eran pensamientos que iba escribiendo en mi cuaderno, me tocó después cuidar la biblioteca de la iglesia, así que en esa época empecé a escribir cuentos, una novela, y muchos poemas, pero como en esa biblioteca me permitían llevar libros a mi casa, esa fue la época en la que más leí, y era una cosa que me encantaba, hasta hoy, aunque ahora no tengo el tiempo que tenía en esos años, pero nunca he dejado de leer.
¿Cuál es el primer proyecto de libro que tú encaras?
Es un libro de poemas que se titula Entre brumas, que fue una especie de carta de presentación y algo más, porque en esa obra yo quise incluir todas mis inquietudes y toda la temática que abordo en mi poesía, por eso es que ahí aparecen desde poemas eróticos, otros más bien intimistas, hasta los llamados “poemas sociales”, un término con el que no estoy muy de acuerdo porque toda la poesía tiene en cierto modo un carácter social…
¿Qué otros libros has publicado?
A ese le siguió Duelos, con una temática más definida, que trata de las pérdidas, y cómo las personas afrontan esas situaciones de dolor, y después sigue Retazos, es otra compilación que también se compone de trozos, de vivencias, y tengo otros libros inéditos que esperan ser publicados alguna vez.
¿Cuáles fueron los autores que más te han influido a la hora de escribir?
No reconozco en mis poemas, al menos a nivel consciente, ninguna influencia como decir que trate de escribir de manera parecida a determinado autor, pero sí te puedo hablar de los que más me gustan, como Franklin Mieses Burgos, Norberto James Rawling, Manuel del Cabral, y entre los extranjeros, Alejandra Pizarnik, Walth Withman… Hojas de hierba lo leí cuando tenía trece años, y no lo he vuelto a leer porque en cierto modo me da miedo de que los cambios en mis gustos me los hagan ver de otra manera diferente, también Mario Benedetti.
¿Y en la narrativa?
A mí me gusta mucho Juan Bosch, por su lenguaje crudo y al mismo tiempo tan cercano a lo que somos como dominicanos, Marrero Aristy, aunque después me enteré de que su novela Over fue escrita por encargo de Trujillo en realidad, pero eso no quita que él sea un excelente narrador, Tulio Cestero con su novela La sangre, de los latinoamericanos, obviamente García Márquez, Noberto James Rawlings, de Vargas Llosa he leído algunas novelas pero no me parece tan bueno o quizás no me gusta tanto como los que te he nombrado, Miguel Ángel Asturias, Ernesto Sábato, Augusto Roa Bastos con su obra Yo, el supremo, y hay muchos más que sería demasiado largo de enumerar.
¿Qué significó para ti la experiencia de la maternidad?
En mi caso fue una sorpresa, porque mi hija llegó sin ser planificada y obviamente fui yo la que tuvo que hacerse cargo, lo cual fue una situación muy difícil, pero finalmente, al cabo de tantos años, más de quince, yo digo que mi hija fue lo mejor que me ha pasado, ahora que ya ella ha dejado atrás esa primera etapa de la adolescencia nos entendemos mucho mejor, así que me siento afortunada porque ahora que tengo cierta estabilidad disfruto mucho de mi hija.
¿A qué tipo de lecturas te inclinas ahora que eres más madura?
Cuando leo a Esopo o a los clásicos siento que no han pasado de moda, leo ficción, también me he puesto incluso a leer la biblia porque me parece un libro fascinante porque te transporta, al margen de que tú creas o no en su carácter sagrado, pero la biblia como literatura a mí me parece fascinante y hasta motivadora.
¿Tú crees que para ser un buen escritor hay que ser un buen lector?
En la literatura hay dos cosas, el talento es lo primero, sin eso no se puede ser buen escritor, y la lectura puede servir como punto de apoyo, como una ayuda para el desarrollo de ese talento, el talento necesita constancia y estudio y eso te lo da la lectura.
Recuerdo
El primer día de clases la maestra me dio una pela porque rompí una ilustración de un burro que ella tenía en la pared”
Primer libro
Entre brumas fue una carta de presentación y algo más, porque en esa obra yo quise incluir todas mis incuietudes…”