En el año 2002 el Dr. José López Espinosa y colaboradores publicaron un trabajo sobre este importante oftalmólogo cubano. De su trabajo tomamos estas informaciones: “Nació en el ingenio “Atrevido”, provincia de Matanzas, el 22 de julio de 1847. Cursó sus primeros estudios en una escuela rural situada en los alrededores del ingenio “El Feliz” en la misma provincia y a los 13 años se trasladó hacia La Habana para estudiar la segunda enseñanza en el colegio “Belén”. Después de terminar el nivel secundario, matriculó en la Universidad de La Habana, donde estuvo hasta 1869, año en que viajó a Madrid con el fin de continuar allí sus estudios, pues su padre temía por su vida, dadas las condiciones que reinaban en la isla al comienzo de la Guerra de los Diez Años. En la capital española conoció y entabló amistad con el desterrado político y también estudiante José Martí Pérez.

Una vez graduado de médico, se dirigió a París en 1872 con el objetivo de especializarse en Oftalmología y allí llegó a ser por sus méritos el primer ayudante de Javier Galessowski, el más notable especialista de aquella época y a quien en 1879 dedicó la memoria titulada “Clínica de las enfermedades de los ojos”.

Castillo de Bayuela, provincia de Toledo, España, fue el lugar donde ejerció por primera vez como oftalmólogo. Allí operó en muy poco tiempo más de 200 casos de cataratas, su operación favorita. Los resultados y experiencias obtenidas las registró en un documento al que tituló “Memorias clínicas” y que le sirvió para su nombramiento de socio corresponsal de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, el 14 de marzo de 1875. Semanas después regresó a Cuba y en mayo de ese año fundó la Crónica Médico-Quirúrgica de La Habana. El 14 de mayo de 1876 ingresó como académico de número en la misma corporación, a cuyo efecto presentó el trabajo “Consideraciones sobre las enfermedades de los ojos observadas en la isla de Cuba durante el año 1875”. Desde su regreso a Cuba instaló una consulta de oftalmología, que en poco tiempo le permitió ganar el respeto y admiración, no sólo de sus pacientes, sino también de todos los médicos y personalidades que le conocieron. Tuvo una intensa vida como podemos evidenciar con algunos ejemplos: En 1881 fue vocal de la Junta Superior de Instrucción Pública de la Isla de Cuba. En 1899 colaborador de Annals of Ophtalmology, de Chicago. En 1901 fundó la Liga contra la Tuberculosis de Cuba y fue reelecto presidente de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, responsabilidad que desempeñó esa vez hasta su fallecimiento en 1922.

En 1903 creador del Comité de la Prensa Médica, de la que fue su primer presidente. En 1906 socio fundador de la Sociedad de Oftalmología Hispanoamericana con sede en Madrid. En 1916 Miembro de Honor de la Sociedad Oftalmológica de Filadelfia.

Su labor asistencial fue pródiga. Mantuvo siempre la costumbre de anotar los nombres y de confeccionar la historia clínica de todos sus pacientes. Atendió cerca de 63 500 casos en los 50 años que ejerció la profesión, entre ellos a José Martí y a la madre de éste Leonor Pérez a quien operó de cataratas. El doctor Juan Santos Fernández Hernández falleció en La Habana, a los 75 años de edad, el 6 de agosto de 1922. Su deceso fue una gran pérdida para la nación cubana, de la cual se hizo eco tanto la prensa nacional como extranjera”. Como vemos, la vida de este cubano ilustre es un ejemplo para todos los médicos iberoamericanos.

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