En 1976, el Inden continuaba con la atención a los pacientes, que aumentaban en número continuamente, seguía ofreciendo cursos y actualizando médicos, conseguía equipos diagnósticos para diversas localidades del país, bajaba el precio de la insulina y daba charlas a los pacientes y sus familiares. Ilustres médicos vinieron al país, como el doctor Virgilio Foglia o el Profesor Rolf Luft, del instituto Karolinska, de Estocolmo, Suecia. Ya en febrero de ese año el doctor Krall, un grupo de profesores dominicanos habían realizado una mesa redonda sobre diabetes en Puerto Plata.

En Santiago, San Pedro de Macorís, Nagua, San Francisco de Macorís contaban ya con equipos para realizar detección temprana de diabetes. De igual forma fueron equipadas y creadas unidades de diabetes en Puerto Plata, Salcedo, Baní y San Juan de la Maguana. De esta forma la labor del Inden se esparcía por todo el país ayudando a los diabéticos. Sin embargo un terrible momento se vivió cuando en junio de 1976 el doctor Hazoury sufrió un infarto cardíaco, seguramente asociado al intenso y frenético ritmo de trabajo para llevar adelante el Inden. Recuerdo perfectamente aquellos momentos visitando a sus hijos en el Centro Cardiovascular en Gazcue. Pero no iba a ser un infarto que detuviera a Don Nossym, al cabo de unos meses se recuperó y siguió adelante, con más fé.

En agosto de 1976 el telemaratón de la diabetes contó con la participación de los artistas dominicanos y acudieron Las Estrellas de la Fania, el más importante grupo de salsa en la historia de la música. Tan solo cuatro años después del inicio de las actividades del Inden, se había creado en todo el país la consciencia de la necesidad de iniciar en todo el país programas para enfrentar las complicaciones de la enfermedad. En 1976 inició la circulación de la revista dominicana de diabetes, auspiciada por el Inden. En esa publicación tenían espacio los profesionales de la salud y también había artículos para los pacientes. Se integraban al Inden profesionales de la talla de las doctoras María Rossa Belliard y Corina de Jesús. En 1977 se realizó un importante curso denominado Hispano-Dominicano de Diabetes en la ciudad de Santiago.

Desde los inicios del Inden fue clave la relación con la Asociación Latinoamericana de diabetes y la Federación Internacional de Diabetes, lo que facilitó la visita de profesores y la interacción con centros y universidades de todo el mundo. De hecho en ese año de 1977 el doctor Hazoury fue designado Miembro de Honor de la Asociación Latinoamericana de Diabetes. En ese año el Inden examinó a más de 15,000 pacientes, gracias a la labor de los médicos que ofrecían tiempo y dedicación. Debemos recordar al doctor Francisco Valerio, abnegado y entregado a sus pacientes. Seguía el Inden en su local de la calle Pina esq. Barahona, ofreciendo servicios y mejorando su capacidad tecnológica con mejores equipos de laboratorio, equipos para detectar trastornos tiroideos, aumentado la oferta de especialidades para los diabéticos como cardiólogos, gastroenterólogos y otros.

En 1979 se dio un enorme paso al inaugurarse el primer campamento para niños diabéticos, que se celebró en el Campo Vacacional de Haina. Duró cinco días y fue una tremenda experiencia para aquellos niños, que convivían con otros con su misma condición, con médico y dietistas, psicólogos y otros profesionales dando consejos prácticos para la difícil vida de los pacientes diabéticos, sobre todo en aquellos años.

En estos artículos publicados en este mes de la diabetes, mes de agosto, hemos esbozado brevemente una historia extraordinaria de una institución sobresaliente fundada por un hombre fuera de serie, que contó con el apoyo de su familia y de una legión de amigos desde sus inicios..

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