Seguimos en este articulo del doctor Michel Kourie, patólogo y profesor universitario: “El tercer precursor lo fue a mi juicio el dr. Pieter, graduado en 1906, pudiendo ser considerado en nuestro país como padre de la cancerología. Médico de origen muy humilde, que a base de su recia personalidad y su gran capacidad de trabajo, logra estudiar medicina y al complementar sus estudios viaja con muchos sacrificios a París, donde realiza estudios clínicos, interesándose desde ese momento marcadamente en la cancerología. A su regreso a Santo Domingo, después de haber ejercido durante largos años, funda en 1943 un pequeño anexo al Hospital Padre Billini, el primer Instituto de Oncología. Su lucha desenfrenada en contra del cáncer durará toda su vida. Sus años de estudios en Paris lo ponen en contacto con la Anatomía Patológica, creando a su regreso al país una gran inquietud al no poder contar con un patólogo, al entender lo importante de esta especialidad para ejercer la medicina y muy particularmente la cancerología.

Su frustración desaparece cuando logra los servicios del dr. Mario Ravelo Barré, pionero de la Anatomía Patológica dominicana, quien ocupa un capítulo cimero en estas investigaciones. El dr. Pieter va desarrollando poco a poco el hoy conocido Instituto de Oncología Milagros de la Caridad, a base de tesón y muchos sacrificios. Enseñó medicina en la Universidad de Santo Domingo. Nunca dejó de insistir, a lo lago de su fructífera vida profesional, acerca de la importancia de la Anatomía Patológica para la calidad de la medicina dominicana. Mis conversaciones con él en la postrimería de su vida fueron un testimonio real de lo mucho que valoraba la labor de los patólogos en este país.

Así las cosas, surge en el mundo médico dominicano un estudiante de medicina que trabajaba como laboratorista con el bachiller Amadeo Báez, graduándose de médico en Santo Domingo en 1932. Me refiero al dr. Mario Ravelo Barré, sin dudas algunas el primer patólogo dominicano con preparación científica completa en esa especialidad. Sus inicios se sitúan por el año de 1935, cuando es nombrado monitor de Anatomía Patológica en la Universidad de Santo Domingo. En este trabajo de enseñanza se va apasionando por la especialidad y se va haciendo patólogo poco a poco, siendo eminentemente autodidacta. Empezó entonces a tener correspondencia con ese gran maestro de la patología mundial como lo fuera Pierre Masson, quien comprendiendo su esfuerzo y aun sin conocerle, lo estimulaba constantemente a continuar su labor. El estudiaba en esa época algunos casos que operaban en el Hospital Padre Billini. Para ese entonces el Instituto Domínico­Alemán, que hacía grandes aportes culturales y científicos al país, decidió traer a un patólogo alemán, cuyo nombre se pierde con el transcurrir del tiempo, quien al llegar al país entra en contacto con el dr. Ravelo Barré. Al cabo de un tiempo el Instituto Domínico-Alemán le ofrece una beca a nuestro personaje para ir a estudiar patología en Alemania, pero estalló en 1939 la segunda guerra mundial frustrando las aspiraciones del joven galeno. En 1941 el Dr. Ravelo Barré recibe una beca para estudiar en USA, en el prestigioso Hospital John Hopkins en Baltimore, donde pasa un año trabajando con el dr. Rich. Luego va a Puerto Rico donde labora en San Juan con Enrique Kopich en el área de la Patología Tropical. Finalmente viaja a Montreal, Canadá, estudiando con su legendario amigo el profesor Pierre Masson. El dr. Ravelo Barre fue profesor de la Universidad de Santo Domingo, de Anatomía Patológica, siendo el primer patólogo de carrera en enseñar esa disciplina, y ésto desde sus primeros contactos con el Instituto Domínico-Alemán. A continuación en 1966 pasa a la UNPHU cuando es fundada donde laboró con su hijo dr. Mario Ravelo Marchena, el dr. Logroño Batlle y el que les relata. Fallece en esta ciudad en diciembre de 1982”.
En próximos trabajos seguiremos ofreciendo datos sobre la medicina forense en la República Dominicana.

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