En 1844 la República Dominicana tenía 8 puertos con conexiones internacionales, siendo los más importantes el de Puerto Plata, en la costa norte de la isla, bañada por el Océano Atlántico, y el de la ciudad de Santo Domingo, capital del país, en el Mar Caribe, al sur de la isla.

A finales de 1852 el presidente dominicano Buenaventura Báez emitió un decreto disponiendo la erección de un faro para el puerto de Santo Domingo, el cual se le encargó a James Bogardus, un inventor y arquitecto norteamericano que tan solo un año antes había construido en la ciudad de Nueva York una torre completamente metálica sin muros de mampostería para colocar en lo alto una campana para alarma de fuegos, estructura completamente innovadora en ese momento.

En 1853 Bogardus construyó otra torre vigía con campana para alarma de fuego en Nueva York y el faro de Santo Domingo, utilizando para ambas obras el mismo diseño de estructura de hierro fundido [castiron], pero en el caso de Santo Domingo colocando una linterna en la parte superior. En 1856 se construye en el barrio de Harlem, Nueva York, una torre vigía basada en un diseño original de James Bogardus, la cual se conserva todavía luego de haber sido restaurada recientemente. Cuatro años más tarde, en 1860, se construye en la ciudad de Augusta, Estado de Georgia, USA, otra torre vigía metálica diseño de Bogardus, la cual es similar a la de Nueva York de 1851 y a la de Santo Domingo de 1853. Esta torre fue desmantelada en 1890.

James Bogardus nació en el pueblo de Catskill, Nueva York, y es considerado como el pionero de la arquitectura de hierro fundido en los Estados Unidos, para lo cual obtuvo una patente en 1850, lo que acostumbraba señalar en placas que colocaba sobre sus estructuras metálicas que decían: «James Bogardus Originator & Patentee of Iron Buildings. Pat› May 7, 1850.» El éxito de las fachadas con hierro fundido entre 1850 y 1880 en los Estados Unidos, se debe a la adopción de construcciones con estructuras metálicas en todo el edificio.

El faro de Santo Domingo fue construido por la firma Bogardus & Hoppin, de Nueva York, en 1853 y para su ubicación se escogió el antiguo Fuerte de San José construido durante el último tercio del siglo XVII, el cual formaba parte del sistema defensivo de la ciudad de Santo Domingo y que se encuentra en un estratégico promontorio muy próximo a la desembocadura del río Ozama, donde se encuentra el puerto de dicha ciudad.

La linterna del faro, con galería perimetral y cúpula metálica, estaba sobre una estructura completamente metálica compuesta por cuatro secciones verticales de ocho columnas verticales unidas por vigas metálicas. En el núcleo central de la torre se encontraba una escalera de caracol expuesta que daba acceso a la linterna. Para cubrir los cuantiosos gastos incurridos en la adquisición, colocación y sostenimiento del faro, se estableció que tan pronto como el faro estuviera alumbrando en el puerto de Santo Domingo, todo buque nacional o extranjero procedente del exterior pagaría un derecho calculado a seis y cuarto centavos por cada tonelada de su porte conforme a su registro, estando los buques de Guerra y Paquetes exentos del “derecho de faro” así como de cualquiera otro.

El faro de Santo Domingo fue construido en Nueva York y ensamblado en Santo Domingo bajo la dirección de técnicos norteamericanos y la supervisión de Andrés Aybar por cuenta del gobierno dominicano. Comenzó a emitir su señal luminosa el 14 de agosto de 1853, mediante una luz blanca fija emanada de nueve reflectores de primera clase, suministrados por Alcot and Brothers, de Rochester, estado de Nueva York. Su luz podía verse a la distancia de 18 a 20 millas y su alcance se extendía en casi medio círculo del Sur hacia el Este y Oeste.

En 1879 se cambió la luz fija por un sistema giratorio o de eclipses, de la fábrica de Barbier & Fentreste de París. Su luz roja y blanca estaba a 110 pies sobre el nivel del mar, con un alcance geográfico de 18 a 20 millas. Toda la estructura del faro, incluyendo la cúpula de la linterna, era metálica estando sus columnas pintadas de blanco, las cornisas de rojo y azul y la cúpula de encarnado, de acuerdo con el Naval Journal de 1854.

El faro tenía una altura de 73’ 3.5” [22.35 metros] sobre el nivel del fuerte y 113 pies [34.45 metros] sobre el nivel del mar, con un diámetro de 17 pies [5.18 metros]. Su ubicación era: Latitud 180 28’ 5” Norte, y Longitud 690 52’ 30”, Oeste de Greenwich o 720 12’ 52”, Oeste de Paris. Para soportar esta estructura metálica se construyó una base de piedra utilizando piezas de antiguas ruinas del periodo dominación española. En un artículo publicado en el periódico El Progreso, fechado 15 de mayo de 1853, escrito por Nicolás Ureña de Mendoza bajo el seudónimo de Cástulo, se puede leer: «Los trozos de columnas, de basamentos, de cornisas y otra afinidad de molduras regadas aquí y allí, me trajeron a la memoria el sistema de los Haytianos: destruir para edificar: y en efecto, aquellas piedras cinceladas que tenía a la vista, y donde el arte expresó formas divinas, eran los despojos de nuestros templos arruinados por la doble fuerza del tiempo y de los hombres…».

El puerto de Santo Domingo, habilitado para el comercio extranjero, era el primero en importancia política por ser el de la capital de la República, pero el segundo comercialmente considerado, ya que en ese momento lo era el puerto de la ciudad de Puerto Plata, en el norte de la isla.

De acuerdo con lo señalado por la historiadora María Ugarte, el Faro de Santo Domingo, al que los capitaleños llamaban la Farola, fue desmontado hacia 1960 a poco de cumplir su centenario «por un personero de la tiranía de Trujillo, que decidió aprovechar en beneficio propio el magnífico material del hierro de que estaba construido».


Centro estudios caribeños. PUCMM. Este artículo forma parte de las investigaciones realizadas en el proyecto “Connected Worlds: The Caribbean, Origin of Modern World”, dirigido por Consuelo Naranjo Orovio desde el Instituto de Historia-CSIC, España y financiado por la Unión Europea, Horizonte 2020, código No 823846.

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