Tras el ajusticiamiento del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina, la prensa asumió un rol protagónico en la investigación de los hechos, así como en el seguimiento y la divulgación de las informaciones, tanto en el país como en todo el mundo
Al poco tiempo del ajusticiamiento de Trujillo, periodistas provenientes de diversas partes del mundo arribaron al país con el propósito de investigar lo sucedido la noche del 30 de mayo, cuando tuvo lugar el atentado que le costó la vida al dictador. Esta semana la Zona Retro rememora la labor periodística mediante publicaciones del periódico elCaribe.
Periodistas en la escena
Pocos días después del atentado que resultó en la muerte del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina, alrededor de treinta representantes de destacados medios de comunicación entre ellos periódicos, agencias de noticias, cadenas de radio y televisión, así como revistas procedentes de Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Canadá y Puerto Rico, inspeccionaron y captaron imágenes del vehículo utilizado por el tirano la noche del ataque.
La inspección tuvo lugar en la residencia del Cuerpo de Ayudantes Militares en Santo Domingo, desde donde los periodistas documentaron el automóvil desde todos los ángulos posibles.
En la residencia del Cuerpo de Ayudantes Militares, los comunicadores fueron recibidos y asistidos por el mayor general Santos Mélido Marte, jefe de dicha institución; el teniente coronel Marcos Antonio Jorge Moreno y otros oficiales del mismo organismo. También estuvo presente el embajador Leland Rosenberg, quien les proporcionó información y respondió las preguntas formuladas por los periodistas.
El embajador Rosenberg se encargó de traducir al inglés los datos técnicos ofrecidos en el lugar, con el propósito de facilitar la comprensión a la prensa internacional.
Detalles del vehículo
El vehículo en cuestión era un Chevrolet Sedán Bel-Air del año 1957, con placa número 0-1823, pintado en azul claro con techo blanco. Las múltiples perforaciones causadas por los disparos evidenciaban la intensidad y brutalidad del ataque ocurrido.
En el costado izquierdo del automóvil se contabilizaron aproximadamente 35 perforaciones, cada una de cerca de media pulgada de diámetro. En la parte frontal, los disparos causaron diez perforaciones en el parabrisas, además de impactos visibles en el capó, el guardabarros izquierdo y la bocina.
En ese mismo orden, se identificaron trece perforaciones en el lado derecho de la carrocería. El vidrio de la ventanilla trasera estaba totalmente destruido, con numerosos fragmentos de cristal aún presentes, y las cortinas posteriores también presentaban impactos de bala.
En lo relativo al estribo de la puerta trasera derecha del vehículo, adyacente al asiento que ocupaba el Generalísimo Trujillo, se hallaron rastros de sangre y pequeños fragmentos del vidrio de la ventanilla. Asimismo, tras revisar el motor, se constató que uno de los proyectiles, luego de atravesar el capó, quedó incrustado en la batería.
Detalles del asalto
Tras consumar el atentado, los agresores arrancaron de forma violenta el acolchado del asiento trasero del automóvil. Fotógrafos de medios internacionales, así como reporteros gráficos de los periódicos El Caribe y La Nación, capturaron numerosas imágenes del vehículo, documentando tanto su interior como su exterior. Además, camarógrafos de agencias de noticias y cadenas de televisión provenientes de distintos países grabaron cientos de pies de película sobre la escena.
Principales dirigentes
Además del seguimiento a los hechos y su contribución a la investigación, los periodistas también cubrieron el rastreo de los responsables del atentado, lo que culminó con la aparición de los cuerpos sin vida de dos de los principales involucrados en el magnicidio.
Los cuerpos de Juan Tomás Díaz y Antonio de la Maza Vásquez, identificados como dos de los principales responsables del atentado que acabó con la vida del dictador Trujillo, fueron presentados ante medios de comunicación tanto nacionales como internacionales.
Aproximadamente treinta corresponsales de destacados periódicos, agencias de noticias, emisoras de radio y televisión, revistas y otros medios provenientes de Estados Unidos y otras naciones, inspeccionaron los cuerpos durante un lapso de treinta minutos. Además, los periodistas verificaron la identidad de los cuerpos y realizaron una minuciosa observación de las heridas de bala.
Por otra parte, los fotógrafos y camarógrafos, tanto locales como internacionales, capturaron numerosas imágenes y grabaron cientos de pies de película de los cadáveres en una habitación adyacente a la sala de autopsias.
Acontecimientos
Díaz y De la Maza fallecieron el 4 de junio, dos días antes de que las noticias se difundieran en el periódico, durante un tiroteo con agentes de seguridad frente a la antigua ferretería Read.
La persecución de los responsables fue llevada a cabo por cuatro agentes que los rastrearon desde la calle Espaillat, tras recibir una llamada en la oficina de seguridad informando que Díaz y De la Maza habían solicitado asilo en ese lugar, pero les fue denegado.
En ese contexto, los agentes se dirigieron al lugar señalado y continuaron la búsqueda de los fugitivos a lo largo de la calle Espaillat, luego por la calle Las Mercedes, posteriormente por El Polvorín y nuevamente por Las Mercedes, donde identificaron un vehículo que transportaba a dos individuos sospechosos en el asiento trasero.
En ese momento, los agentes iniciaron el despliegue de sus posiciones cuando Díaz abrió fuego con una pistola, seguido por De la Maza, quien disparó con un revólver. Los agentes respondieron con ametralladoras, resultando en la muerte inmediata de Díaz. De la Maza, herido, fue trasladado al hospital militar Profesor Marión, donde falleció posteriormente.