Prevenir, detectar, evaluar y mitigar: palabras claves que debe conocer y manejar todo cooperativista

En el mundo de los cooperativistas hay mucho que aprender no solo para aplicarlo en el entorno en el que se desenvuelven, porque lo que se vive en este ambiente puede usarse como buenas prácticas para otras actividades del diario vivir como la vida bancaria. Con tanta terminología se nos puede complicar la comprensión de algunos conceptos, motivo por el cual Adary Oviedo, experta en el tema de prevención de lavado de activos y asesora en el sector cooperativo, ofrece detalles.

Iniciamos la conversación hablando sobre las personas que ahorran en las cooperativas, quienes encuentran a este sector como su casa principal para confiar su dinero, no solo para tomar préstamos, sino que participan de las actividades de la institución.

Entonces, ¿por qué debemos tener un buen perfil? “En lo referente a cumplimiento, el mantener un perfil adecuado a nuestros ingresos nos ayuda a evitar alertas inadecuadas y el conocer sobre los lineamientos de prevención del lavado de activos nos ayudará a evitar los riesgos en los cuales podría incurrir por desconocimiento del tema, entre los cuales se pueden destacar el reputacional y el riesgo legal”.

Existen leyes que debemos conocer, por ejemplo, la Ley 155-17 sobre Lavado de Activos, porque para “cada sujeto obligado es el soporte principal para adecuar las políticas internas y ejecutar una debida diligencia con enfoque a la prevención”. Es favorable saber sobre ella porque ayuda a construir un historial adecuado, manejar operaciones de manera más efectiva; y ayuda a evitar sanciones y penalidades.

Respecto al perfil de una persona, para saber si puede ser de alto riesgo o sospechosa, Oviedo explica que cada cooperativa tendrá su matriz de riesgos institucional en la prevención del lavado de activos, donde asignará según el perfil de sus asociados el riesgo correspondiente entre alto, medio y bajo. En el caso de las Personas Expuestas Políticamente (PEP), estos ya la Ley 155-17 los considera de alto riesgo, por lo tanto, son colocados así directamente.

“El resto de los asociados para asignarle ser de alto riesgo se compara su perfil financiero con sus actividades comerciales junto a sus ingresos con las transacciones realizadas en la cooperativa. Si el perfil no corresponde con sus ingresos, entonces podría ser sospechoso o de alto riesgo y en algunos casos ambas”.

Con tantas situaciones de fraudes, ¿cómo pueden las cooperativas cuidarse y cómo pueden saber los ahorrantes que están en buenas manos? La experta indica que las cooperativas deben establecer políticas y procedimientos que les permitan identificar, medir y controlar los diferentes riesgos; y que esto se logra con capacitaciones constantes, procesos descritos y ejecutados adecuados a la institución.

La Ley 155-17, artículo 34

Adary indica que “Ley 155-17, en su artículo 34, trata el programa de cumplimiento que cada sujeto obligado debe adoptar y desarrollar. En el código de ética y buena conducta están establecidas las sanciones disciplinarias que serán aplicadas a los directivos, empleados, socios y proveedores de la institución”. Oviedo le recomienda a los cooperativistas y al público en general que se capaciten sobre el tema de prevención, que saquen provecho de aquellas informaciones que son de público conocimiento y fácil acceso. “Con el entendimiento del tema podrán identificar fortalezas y debilidades, identificar cuando se esté ejecutando un proceso de forma correcta, conocer lo referente a las funciones de una cooperativa como sujeto obligado, los deberes de un ahorrante y sobre todo detectar una falsa información; al tiempo debemos dar importancia a la actualización constante de los perfiles de las personas, los procedimientos y las políticas”, concluyó.

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