Para evitar cualquier tipo de dolor o lesión durante la lactancia del bebé existe una serie de posturas sugeridas

Inmunización para el pequeño, protección contra el cáncer o enfermedades cardiovasculares para la madre: la lactancia materna cuenta con innumerables beneficios más allá de la consolidación del vínculo madre-hijo. Pero, ¿cómo debes amamantar al pequeño? ¿Existen mejores y peores posturas durante la lactancia?

“Dar de mamar no tiene por qué ser doloroso, aunque no siempre es fácil: las sesiones son largas y es muy importante tener la postura ergonómica adecuada para evitar posibles dolores musculares o, incluso, lesiones. Una de las zonas de mayor riesgo es la espalda”, dice la fisioterapeuta Carmen Mar Rodríguez.
Por ello, recomienda las siguientes posturas para la lactancia materna:

  1. Sentada, con la espalda reposada completamente y los pies apoyados. Esta postura protege de dolores lumbares y cervicales. La cabeza del bebé tiene que descansar en el antebrazo que estará apoyado bien en un apoyabrazos o en un cojín de lactancia, para que no sea la madre la que sujete el peso de su bebé y no se sobrecargue el brazo.
  2. Tumbada de lado, apoyando la cabeza en una almohada. De esta forma, la madre solo tendrá que sujetar la espalda del bebé. En este caso, el niño y la madre tienen que colocarse “barriga con barriga”, de forma que es el bebé el que se acerca al pecho y no al revés.
  3. Para conseguir una buena alineación/succión… Se debe hacer coincidir la nariz del bebé con el pezón. Así logra una extensión de la cabeza que facilita el vacío para la succión y la deglución. El bebé abre la boca introduciendo en su interior el pezón y parte de la areola.
  4. Los labios del pequeño deben estar evertidos (vueltos hacia fuera). Sobre todo el labio inferior doblado hacia abajo y la nariz y mentón pegados al pecho de la madre.

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