En el jardín es posible hacer un recorrido por la cultura de la flora dominicana

Con 45 años cargados de historia, el Jardín Botánico Nacional Dr. Rafael María Moscoso concientiza sobre la importancia de su preservación.

Este pulmón nacional fue fundado en 1976 mediante el decreto 456 como un homenaje al primer botánico dominicano, Rafael María Moscoso, quien escribió un catálogo sobre la flora de la Isla Española en 1943.

Considerado uno de los 10 mejores jardines botánicos a nivel mundial, el Botánico se reinventa a través de los años para poder llevar a los amantes de la naturaleza un espacio inolvidable para realizar sus reuniones familiares, amigos y capturar los recuerdos más memorables de sus vidas.

Está dividido en tres departamentos tales como Educación Ambiental, Horticultura y Botánica.

La Educación Ambiental se encarga de contribuir con la formación y crear conciencia en los jóvenes  sobre la necesidad de conservar la flora en el país, mediante  la realización de charlas y talleres medioambientales.

Horticultura, tiene como función principal la propagación de las especies nativas, endémicas y exóticas para enriquecer las colecciones vivas dentro y fuera de ese espacio.

Y por último, en división del Botánica se elaboran la recolección y manejo de muestras de herbario, así como en la taxonomía de plantas. Además de brindar información técnica y científica;  desarrollar programas de estudio y conservación de las plantas amenazadas de extinción.

Su estructura está adornada por árboles nativos, endémicos y foráneos con el objetivo de crear un banco genético de estas plantas y así realizar estudios científicos.

En estos 45 años del JBN han pasado cinco directores: el arquitecto Benjamín Paiewonsky, los biólogos Milciades Mejía y Ricardo García, y los ingenieros agrónomos Lázaro Guzmán y el actual Pedro Suárez.

Visitas

Con alrededor de 43 mil visitantes en el 2020, el Jardín Botánico ha tenido que reinventar sus protocolos de seguridad y protección a sus visitantes por motivos de la pandemia del COVID-19, esta fuente de oxígeno natural actualmente no tienen disponibles los servicios de cafetería, oficinas, trenes, no obstante, sus puertas están abiertas para visitantes, integrantes del Club de Caminantes y para realización de sesiones de fotos con un máximo de 10 personas.

Este lugar de recreación para toda la familia está abierto en horario de lunes a domingo de 9:00 de la mañana a 5:00 de la tarde.

Sus instalaciones llenas de verdor y colores vibrantes están divididas en pabellones de helechos, orquídeas, bromelias, plantas medicinales y tóxicas.

Además, están compuestas por áreas de trenes, los jardines de las mariposas y japonés, los senderos educativos taínos y de los sentidos.

Cuenta también con el Reloj Floral, colección de palmas, reserva ecológica, la Gran Cañada, plantas endémicas, Herbario Nacional, Jardín Japonés, Museo ecológico Dr. Watson Perrygo (en honor al coleccionista de campo), Sendero de los sentidos, entre otros espacios.

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