Por más difícil que parezca, sí, es posible combinar más de un estampado y que la decoración tenga armonía

Hay quienes le gusta lo sencillo; a otros lo extravagante. Éstos últimos no le temen a nada, ni siquiera a la llamada decoración arriesgada. Ahí, entran los estampados “atrevidos” que llenan de vida los espacios.

Si optas por un solo estampado, evita usarlo en todos los muebles y accesorios que haya en el espacio. Por ejemplo, si deseas decorar con rayas, no hace falta que las lleven el sofá, la pared, los cojines, la mesa, las cortinas… porque terminaría siendo una saturación visual y aparte de ser incómodo.

Lo ideal es utilizarlo como detalle: en los cojines sobre un sofá liso, las sillas del comedor con una mesa de madera, varios cuadros en el pasillo o las cortinas del cuarto de baño con azulejos blancos.

¿Qué pasa si deseo usar dos estampados?

Aunque te parezca que dos o más estampados distintos no pueden convivir en un mismo espacio, la realidad es otra: es posible, y además muy decorativo, mezclar patrones diferentes, ya que dinamizan los interiores y les da un toque personal inigualable. Eso sí, no vale hacerlo de cualquier manera: es importante aprender a combinar con sentido. En el caso de que hayas optado por combinar tres estampados diferentes, busca la proporción 2:1; dos estampados grandes y uno pequeño o dos estampados.

Consejos a la hora de ornamentar

De acuerdo a los expertos en decoración, lo ideal es escoger la tela que tenga el estampado más grande para los objetos voluminosos: una butaca, las cortinas, los cojines de mayor tamaño e incluso el sofá (para los más atrevidos). A partir de ahí elige el resto de telas manteniendo la armonía cromática. Recuerda no abusar de los estampados en todas las superficies voluminosas o competirán unos con los otros.

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