La intervención de los padres es lo que hace que los hijos puedan aprender a prepararse para recorrer el camino de la vida y adquirir habilidades

La familia es una de las instituciones de mayor influencia en la vida de las personas. La intervención de los padres es lo que hace que los hijos puedan aprender a prepararse para recorrer el camino de la vida y adquirir las habilidades que les permitan valerse en un mundo como el actual, complejo y cambiante.

“Hoy, más que nunca, se necesitan padres que estén presentes, conectados con sus hijos, que sepan lo que está sucediendo en el mundo y con ellos. Hay que estar alertas, porque nuestros hijos están presentando mayores problemas de salud mental. El aislamiento hace que todo se incremente, se sientan vulnerables y no cuenten con los recursos para enfrentar esto. Es necesario estar en diálogo y apertura con los hijos, quienes necesitan padres que representen una autoridad que pueda orientarlos”, explica Jessica Valdez, psicóloga clínica y familiar, de pareja y sexual.

Asegura que estamos frente a una generación desconectada, que vive un aislamiento cibernético caracterizado por adicción a redes sociales, conectados a todo minuto, “multitasking” (multitarea), donde la relación cara a cara se está deteriorando. Todo ello, hace que la tecnología nos separe en el proceso de las relaciones.

“Esta generación está expuesta a un número mayor de adicciones y más tempranamente: alcohol, cigarrillo, pornografía, apuestas, obesidad y anorexia; insomnio (generación vampiro), pasividad, con poca o ninguna responsabilidad en el hogar”, expresa la psicóloga con evidente preocupación.

Dice que se aprecian mayores casos de hiperactividad, déficit de atención, apatía, alcoholismo, sexualidad temprana, ansiedad, consumo de drogas (especialmente marihuana), depresión, baja autoestima, impulsividad, pensamientos e intentos suicidas; poca conciencia en sus actos, desilusión, inmadurez emocional, narcisismo (admiración hacia sí mismos) y poca tolerancia a la frustración.

“Es una generación frágil, débil, que no sabe enfrentar adversidades y nos corresponde darles herramientas para que puedan enfrentarse a la vida. Hoy nos vamos al extremo de evitarles riesgos, generando una sobreprotección que produce poca tolerancia a la frustración. Debemos entenderlos y ayudarlos, pero no ser permisivos”, asevera Jessica.

Asimismo, señala que es necesario fomentar y retomar la actividad física intensa, debido a que el deporte promueve la disciplina, la obediencia y el seguimiento de reglas. Además, sirve como aprendizaje y favorece el autocontrol. Por ejemplo, saltar la cuerda implica concentración y coordinación.

A su entender, los varones requieren más vigilancia, mayor firmeza, lo que favorece saber lidiar con las consecuencias. Resalta que es importante tomar en cuenta que a los varones se les habla fuerte, claro y concreto.

“Hay que establecer orden, límites y corregir, para que cada hijo asuma responsabilidades en el hogar. Es necesario que manejen la frustración y saber que el ‘no’ es parte de la vida”, indica la especialista en salud mental.

Recomienda regular el uso de la tecnología no productiva y no permitir que duerman con celulares y laptops en la habitación.

Para Jessica hay que permitirles que no se aburran y desarrollen la creatividad. “Tienen que aprender a transformar la realidad. Están acostumbrados a que el medio ambiente los divierta. El medio ambiente no es aburrido, hay personas aburridas. El aburrimiento está en nosotros, no en las clases o en las familias. Si están aburridos que lean, escriban, armen un rompecabezas, jueguen ajedrez”, subraya.

Jessica destaca la importancia de enseñar a regular sus emociones. “Viven el placer de forma instantánea. Deben aprender a esperar”, sostiene.

A la vez, sugiere motivar en los hijos la habilidad de adaptarse a los cambios, a la familia, al trabajo. “Nuestros hijos no se están adaptando a los cambios, porque nosotros nos estamos adaptando a los hijos y las escuelas a los muchachos”, resalta.
Por otro lado, indica que la mujer tiene mayor éxito académico que el hombre, sin embargo, a nivel mundial tiene más baja autoestima que el hombre.

“La mujer tiene más ansiedad, es frágil emocionalmente. La escuela no es prioritaria, hoy se considera más valioso tener un ‘like’, un ‘me gusta’, un reconocimiento y dependen de la aprobación de otros. Hemos hecho que la apariencia física sea lo más importante y piensan que es el valor supremo, por eso es importante no sexualizar a las niñas. Valorarlas por quienes son, no por cómo son vistas. La autoestima se gana, no se regala, con esfuerzos propios, logros propios. Hacer que mi hijo se sienta capaz, que desarrolle habilidades, que ellos digan sí puedo, soy capaz”, habla con ahínco.

Aclara que el rol de los padres es colaborar con la escuela. Propone crear ambientes de aprendizaje, supervisión, tener un lugar, un espacio en el hogar donde se puedan concentrar, que los hijos utilicen los audífonos para centrarse y concentrarse más. Apoyar las disposiciones de la escuela y hacer un trabajo en equipo con el maestro, no ir en contra del sistema.

Por último, le da importancia a los sueños de los hijos. “El muchacho de hoy es nocturno, tenemos que supervisar, vigilar el sueño. Deben dormir entre siete y nueve horas. Cuando no duermen bien surge la irritabilidad, la ansiedad. El aislamiento produce insomnio. Tener horario de dormir, evitar la tecnología en el dormitorio y poner un libro en la mesita de noche. Un joven que duerme con celular no se dormirá a la hora que toca, se levanta agotado, cansado y la pantalla requiere mayor esfuerzo.
Además, afecta la toma de decisiones y el razonamiento se torna pobre. Padres: mantengan los ojos abiertos, presencia constante y activa”, puntualiza Jessica.

Advertencia
La psicóloga llama a regular el uso de la tecnología no productiva. A no permitirles que duerman con celulares y laptops en la habitación.

Posted in Destacado, EstiloEtiquetas

Más de destacado

Más leídas de destacado

Las Más leídas