Las causas de esta alteración comunicativa pueden tener una carga genética, ambiental o por traumatismo

Los primeros años de vida de una persona son vitales para desarrollar y fortalecer sus habilidades comunicativas, en especial, la del lenguaje. Este se puede ver afectado por un traumatismo, una enfermedad o alteración emocional en la madre durante el embarazo, lo cual repercute en el feto.

En el caso de los infantes contar con un ambiente poco estimulante, o sea, que no se le hable, no tenga interacción con otros niños, así como la sobreprotección, pueden incidir en un trastorno del lenguaje.

¿Cuándo se considera un trastorno del lenguaje? Según, Belkis Javier, encargada del departamento de Lenguaje y Audiometría de la Asociación Dominicana de Rehabilitación (ADR), cuando un infante tarda más del año en pronunciar y articular palabras o tiene poca fluidez verbal (repiten mucho o se bloquea al hablar de manera espontánea), son indicios de un trastorno del lenguaje.

Otro caso frecuente, detalla Javier, es cuando un niño presenta inmadurez para adquirir el lenguaje adulto. Por ejemplo, después de los seis años tiende a hablar como un niño de menor edad.

“Estas dificultades del lenguaje también se presentan en aquellos niños que se sospecha tienen pérdida auditiva y los que tengan alguna alteración en el desarrollo de los órganos del habla”, agrega.

Evaluación

Para estos casos, por lo regular, luego de una evaluación detallada para determinar el nivel de la alteración o retraso, suelen referirse a terapia del lenguaje, una especialidad interdisciplinaria que se ocupa de la prevención, evaluación, diagnóstico y tratamiento de los trastornos de la comunicación, que afectan el lenguaje, habla, voz y la audición, así como las alteraciones en las funciones masticatorias y deglutorias.

“Emplea técnicas correctivas basadas en técnicas respiratorias, articulatorias, juegos didácticos, repeticiones, aproximaciones y agilizaciones de las actividades cognitivas, entre otros, que favorecen el desarrollo y la rehabilitación, tanto de la expresión como de la comprensión del lenguaje”, explica Javier.

Es importante destacar que los adultos también pueden necesitar terapia del lenguaje. De acuerdo a la especialista, los adultos referidos a este tipo de terapia son aquellas que suelen alterarse o han perdido el hablar a consecuencia de una condición de salud, tales como: trauma físico, infecciones virales o enfermedad degenerativa.

El trastorno del lenguaje se clasifica según las limitaciones de la persona. Por ejemplo, se denomina trastorno de la articulación cuando presenta dificultad para producir sonidos; tratarnos de la fluidez cuando tartamudea; trastornos de la voz cuando es disfonía o ronquera, afonías o mutismo; disfagia oral cuando se presenta trastornos de la alimentación, así como dificultades en la comprensión y expresión del lenguaje.

“Este tipo de trastornos suelen ser más frecuentes en varones, tanto en niños como en adultos. La posibilidad aumenta cuando existen factores genéticos, condiciones de salud de alto riesgo, entorno social, afectiva o discapacidad”, detalla.

Atención a tiempo

De no tratarse, Javier indica que la vida de una persona con trastorno del lenguaje se ve afectada en todos los aspectos. En caso de un infante, comienza con el proceso educativo y de socialización, lo cual repercute en lo afectivo, en lo social y laboral, en la vida adulta.

Dice que, “mientras más temprano se detecta y diagnostica la alteración y da seguimiento el desarrollo del lenguaje, más beneficios traerá al paciente”.

Asistencia
La Asociación Dominicana de Rehabilitación ofrece el servicio Terapia del Lenguaje para evaluación, diagnóstico y tratamiento.

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