Sánchez ha sido un luchador incansable de los derechos humanos, un amante de la docencia y un fiel guardián de la salud mental social y comunitaria

“¡Ahí va el doctorcito!”, era la frase que le decían con frecuencia los vecinos al luego psiquiatra Fernando Sánchez cuando era un niño. De esa época, no recuerda alguna travesura, pero de su juventud, en su memoria conserva las acciones que realizó en favor de las luchas sociales que casi le cuestan la vida, como a muchos de sus compañeros de estudios.

Es interiormente tranquilo y exteriormente activo. Con vocación por la psiquiatría y el magisterio, y un firme interés por la vida política y las luchas sociales. Es solidario, le gusta estar en constante lectura e investigación, y como dice un slogan de béisbol, para él “El juego no se acaba hasta que termina”. “Pienso que mientras tenga condiciones físicas y psíquicas me mantendré activo dentro del ‘juego’”, dice Sánchez, quien aunque haya cometido errores, esto no lo ha llevado a arrepentirme de la conducta individual familiar y social que ha tenido.

Sobre sus gustos, sacó a la luz el lugar que ocupan la gastronomía y la vida campestre, uno muy especial. Esto, porque con frecuencia cocina y también se escapa a su casita de campo en Monte Plata, no sólo para leer, sino también para cuidar de sus pollos, conejos y puercos.

Así es la esencia del doctor Fernando Sánchez, quien actualmente es miembro de la Comisión electoral de la UASD; miembro directivo de la Academia de Ciencia de la RD, del Consejo Nacional de Bioética de la Salud, de la Sociedad de Médicos Escritores y de la Sociedad de Historia de la Medicina Dominicana.

1. Criado en ambiente de enseñanza
Yo nací en Santo Domingo en 1944. Mis padres Arístides Sánchez López y Juana Martínez nacieron en campos de Moca, pero se trasladaron a la capital. Papá, desde muy temprano, fue de los primeros mecanógrafos del país. Se graduó en 1928, y tuvo la oportunidad de trabajar en las oficinas del Estado como mecanógrafo. Luego hizo taquigrafía. Por su profesión, fue favorecido con una casa ubicada en el barrio Mejoramiento Social (la cual pagaba mensualmente), un proyecto iniciado por el tirano dominicano Rafael Leonidas Trujillo Molina e inaugurado en 1946. Viviendo allí, papá alquiló por 50 centavos semanales una máquina de mecanografía para enseñarle a mamá. La gente pasaba y lo veía. Un día, un señor le preguntó: “¿Arístides qué es lo que estás haciendo?”, cuando le explica, se interesó por aprender. Así se fueron sumando más personas, por lo que fundó un instituto comercial donde enseñaba mecanografía, taquigrafía y contabilidad. Esto hizo que me criara en un ambiente de escuela.

2. Relación de hermanos
Somos cuatro hermanos (dos hembras y dos varones), pero hace alrededor de tres meses falleció el menor, quien era médico pediatra. Las mayores son mellizas y tienen 80 años; una ejerció como secretaria ejecutiva en el Banco Popular y la otra se quedó en las labores domésticas. Siempre nos llevamos bien. Primero, porque las mellizas y los varones nos llevábamos un año de diferencia y surgió una alianza entre todos. Segundo, porque nuestros padres, además de cariñosos, eran estrictos. No había que perderse. En general, era la forma en que se criaba en mi tiempo.

3. Vocación por magisterio y medicina
Desde niño siempre dije que quería ser médico. Incluso, los vecinos cuando preguntaban por mí, me veían pasar o me saludaban, decían: “¡ahí va el doctorcito!” Asimismo, viví entre tizas, borradores y pizarras, y con tan sólo 15 años comencé a impartir clases de mecanografía. Más adelante, impartí clases de Lengua Española. Esto me hizo desarrollar una vocación hacia el magisterio, que hasta el día de hoy, es lo que más he trabajado.

4. Militancia estudiantil y política
Estudié en la única universidad que había en mi época: la Universidad de Santo Domingo, hoy Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Fui dirigente del Grupo Estudiantil Fragua en mi facultad y participaba en todas las actividades. Como tenía una militancia en el plano estudiantil, en 1964, (antes de la Revolución de Abril), ingreso al Partido Socialista Popular (PSP), el primer partido comunista que se formó en el país, al cual también pertenecía el poeta Pedro Mir. Más adelante, formaron parte nuevas generaciones de dirigentes, Narciso Isa Conde, Asdrubal Domínguez, José Israel Puello, y otros con quienes me tocó participar en las luchas contra los yanquis. Desde antes de finalizar el 1965, los universitarios de la UASD reclamamos al gobierno provisional la entrega de la asignación presupuestal correspondiente al pago de los salarios y recursos para iniciar el semestre en 1966. El 9 de febrero de ese año habíamos salido hacia el Palacio Nacional a reclamar al presidente Héctor García Godoy que le pusiera atención a la universidad desde el punto de vista económico. Sin esperarlo, hubo un ametrallamiento. Recuerdo un compañero de apellido Santos del Liceo Presidente Trujillo, con quien estuve tirado en el suelo durante la revuelta, lamentablemente un balazo le atravesó la cabeza. Me tocó vivir esa situación, donde compañeros murieron y otros quedaron lesionados de manera permanente”.

5. Estudios y primer matrimonio
Viví con mis padres hasta los 25 años. A esa edad me caso, me gradúo de Doctor en Medicina y me voy a España (año 1969). Desde que estaba estudiando medicina estaba ‘obsesionado’ con ser psiquiatra, por lo que inmediatamente me gradué, tenía todo preparado para hacer la especialidad en psiquiatría en la Escuela de Psiquiatría de la Universidad Complutense de Madrid, bajo la dirección del profesor Juan José López Ibor. Me voy con mi primera esposa, la doctora Niurka Rodríguez (odontóloga), quien también iba a hacer una especialidad. Estuvimos en España durante tres años en época de la dictadura del franquismo. Todas mis ideas y luchas se trasladaron conmigo. Al llegar allá, el grupo de colegas y amigos que pertenecían a la Asociación de Estudiantes Dominicanos en España y con quienes me reunía, me pidieron que ocupara la presidencia. No fue un sacrificio, a mí siempre me ha gustado estar en el ‘medio’. Realizamos muchas actividades, algunas de ellas, relacionadas a la Revolución de Abril. Además, impartí algunas conferencias, sobre el papel de los intelectuales en esta lucha, etc”.

6. Apresamiento
En esos días habían apresado a algunos compañeros que formaban parte de la Asociación Dominicana de Estudiantes. Sospechaba que en cualquier momento me podría pasar a mí, pero no tomé ninguna medida. Un sábado a la 1:00 de la tarde, cuando estoy en la casa, me tocan el timbre unos jóvenes policías con una orden de allanamiento. Revisaron mis libros uno a uno, y las habitaciones. Sólo tenía una cosa comprometedora, un afiche del Partido Comunista Español. Mi esposa llegó en medio del allanamiento y le dije: “En la habitación hay un afiche, sal de él como sea”. Ella lo tiró por la ventana (de un cuarto piso) y no se dieron cuenta. Durante el allanamiento no encontraron nada. No obstante, el jefe de los policías quería que me presentara, por lo que me esposaron y me montaron en un Cepillo Volkswagen. En la jefatura permanecí una semana en solitaria. Durante ese tiempo me levantaban a las tres de la mañana para hacerme preguntas. Las interrogantes eran sobre mi vínculo con el Partido Comunista Español y sobre mi relación con Narciso Isa Conde. Esto, porque había recibido una carta de Narciso, quien era el secretario general del partido PSP, pidiéndome que organizara en España una protesta por la amenaza que representaba una banda que estaba azotando la juventud en el país. Ellos interceptaron esa carta. Me di cuenta fácilmente porque las preguntas iban en ese sentido. Debo aclarar que en ningún momento fui maltratado ni física ni verbalmente. Después de eso, pasé un año más en España. Como habían apresado a otros compañeros, suspendimos las actividades de la asociación”.

7. Sus inicios en la docencia
Desde el primer día que entré como estudiante a la universidad me dije: “Bueno, aquí tengo que dar clases”. Entonces, cuando llegué de España (1972), busqué al catedrático en psiquiatría doctor Antonio Zaglul, que a parte de que era mi maestro, construí una amistad con él. Por eso, cuando lo ví, le dije estoy aquí, estoy a su orden. Como él había comenzado a enfermarse, me dijo: “Vete los sábados al Hospital Psiquiátrico Padre Billini (conocido como “El 28” anteriormente), para que des clases en mis ausencias”. En 1974 ingresé como ayudante de profesor en la Escuela de Medicina de la UASD. Como había tenido antecedentes como dirigente estudiantil comencé a participar en todas las actividades. Luego, fui secretario ejecutivo de la Oficina de Educación y Planificación de la Facultad de Ciencias de la Salud; director de la Escuela de Medicina; vicerrector Académico y rector (1984-1987)”.

8. Su vida como fundador
Después de ingresar al Hospital Psiquiátrico Padre Billini, fundé junto al doctor José Ángel Saviñón, Lino Romero y otros colegas, la Residencia de Psiquiatría en 1977. En el año 2001, también fui uno de los fundadores del Centro Comunitario de Salud Mental “Los Cocos” de Pedro Brand. Asimismo, presidente de la Unión Dominicana para la Defensa de los Derechos Humanos; presidente de la Asociación Médica Dominicana (hoy Colegio Médico Dominicano); presidente de la Sociedad Dominicana de Psiquiatría; miembro del Consejo Nacional de Bioética de la Salud y miembro de la Comisión de Veeduría de Inapa.

9. Su compañera de vida y de luchas
Después que me divorcié (en 1972), varios años después, me casé con la doctora Altagracia Guzmán Marcelino, exministra de Salud Pública. Ha sido un matrimonio que fortaleció mi vida, porque ella desde joven también estaba muy interesada en la política. Ella me acompañaba y formábamos parte de todas las actividades por la liberación de los pueblos. Es una mujer luchadora, trabajadora, solidaria… Tenemos una hija, que hoy es psiquiatra y ejerce en EE.UU. ‘Tatis’ (su apodo), vino al matrimonio con dos hijos y yo con tres, que se criaron juntos, lo que hizo que nuestra familia sea numerosa. Lo que se estila es que la madre se quede con sus hijos, pero debido a que mi primera esposa se volvía a ir a España me dijo que me quedara con ellos.

10. Vida intelectual y reconocimientos
Junto a esta vida profesional y política llevé una vida intelectual muy activa. Fui fundador del grupo La Isla, junto a Antonio Lockward, Andrés L. Mateo, Norberto James y otros. A los 25 años, Antonio Lockward, Jimmy Sierra y yo, escribimos un libro de cuentos que fue mi primera obra como coautor, cuyo prólogo lo hizo Pedro Mir. He escrito 12 libros. Por la obra “Antonio Zaglul: Vida y Obra”, la Secretaría de Estado de Cultura me otorgó el Premio Nacional de Ensayos Pedro Henríquez Ureña en el 2004. Que me lo hayan otorgado fue muy significativo. Otro reconocimiento que me estremeció fue el Título de Maestro de la Medicina Dominicana en el año 2001. Y recientemente, el presidente Luis Abinader me condecoró, junto a seis médicos destacados, con la Orden Heráldica de Cristóbal Colón en el grado de Caballero. Esas tres distinciones han sido las más importantes en mi vida, aunque no las únicas. Soy profesor Meritísimo de la UASD y otras universidades como la Católica de Santo Domingo, Universidad de Pionyang en Corea del Norte y la Sociedad Cubana de Psiquiatría como miembro correspondiente.

Obras publicadas

• Bordeando el Río; relatos, 1969.
• Reflexiones Médico-Sociales, 1984
• Religiosidad Popular y Psiquiatría, 1991.
• Psicología del Pueblo Dominicano, 1997.
• Psiquiatría Social y Comunitaria, 2001.
• Salud Mental en la Comunidad. Guía para la Acción, 2002.
• Antonio Zaglul: Vida y Obra, 2004
• La Psiquiatría Dominicana, 2006.
• Profesores Meritísimos de la Facultad de Ciencias de la Salud, 2008.
• La Mujer Médica en la Sociedad Dominicana, 2014.
• Profesores de Honor de la Facultad de Ciencias de la Salud (en imprenta).

Distinción
El doctor Fernando Sánchez recibió la medalla de la Orden Heráldica de Cristóbal Colón en el grado de Caballero, otorgada por el presidente Luis Abinader junto a otros seis médicos destacados.

Sin arrepentimientos
Como es natural, quizás haya cometido errores, pero nada que me haya llevado a arrepentirme de la conducta individual, familiar y social que he tenido”.

Enérgico
Pienso que mientras tenga condiciones físicas y psíquicas me mantendré activo dentro del ‘juego’”.

Vida intelectual
Junto a esta vida profesional y política llevo una vida intelectual muy activa”.

Docencia
Viví entre tizas, borradores y pizarras, por lo que muy pronto me incorporé a la docencia”.

Fundador
Junto a otros colegas, en 1977 el doctor Fernando Sánchez fundó la Residencia de Psiquiatría.

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