Ante la IA, el periodismo debe salvarse a sí mismo

Las recientes noticias sobre errores en los medios con el uso de la IA llaman a reflexionar necesariamente en cómo se abordará el proceso

La irrupción de la IA en el periodismo plantea un necesario debate en las redacciones. Foto: hecha con IA
La irrupción de la IA en el periodismo plantea un necesario debate en las redacciones. Foto: hecha con IA
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La inteligencia artificial está de repente en todas partes, o al menos, eso es lo que parece. Incluso en su forma actual y con sus limitaciones, la tecnología ya lo está transformando todo, desde la generación de texto e imágenes hasta nuestra forma de vivir y trabajar. Y el periodismo no escapa a ello.

No es de extrañar que las herramientas de IA generativa, como ChatGPT o Gemini (texto); o Sora, Midjourney y Dall-E (video e imágenes, como algunas que verá en este artículo, respectivamente), disponibles en línea de forma gratuita o con una suscripción económica, sean tentadoras para el ejercicio de la profesión. Grandes cabeceras en todo el mundo (y en nuestro país, hay que decirlo) ya la usan de manera abierta y, si eres un profesional del periodismo, la comunicación o cualquier otra profesión relacionada, generalmente ya sabrás cómo ayuda a acelerar las tareas tediosas. Incluso, ya los premios Pulitzer (el “Oscar” del periodismo) reconoció y colocó entre sus finalistas trabajos que utilizaron IA en su confección.

Ante la IA, el periodismo debe salvarse a si mismo
Por segundo año, los Premios Pulitzer premiaron a participantes que usaron IA

Sin embargo, recientes noticias sobre errores en los medios con el uso de la IA llaman a reflexionar necesariamente sobre el proceso. ¿Cómo abordarán la IA los periodistas, editores y cómo la tecnología puede ayudarlos a desarrollar las habilidades que exige el periodismo?

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Un listado de libros falsos

El caso de la lista de libros del Chicago Sun-Times es el escándalo más reciente
El caso de la lista de libros del Chicago Sun-Times es el escándalo más reciente

Lo que parecía una portada inofensiva del Chicago Sun-Times —una niña en una piscina bajo el título “Heat Index: Your Guide to the Best of Summer” (Índice de calor: tu guía con lo mejor del verano) terminó en un escándalo editorial que sacudió la credibilidad del periódico. El suplemento, publicado el 18 de mayo como parte de la edición dominical, aparentaba ser una guía tradicional de recomendaciones de libros. Sin embargo, contenía un listado de libros falsos: de los 15 títulos recomendados, 10 no existían y sus descripciones se generaron por inteligencia artificial.

El texto “lo realizó” un colaborador externo, sin revisión alguna, y se distribuyó a miles de suscriptores sin pasar por los controles editoriales del diario.

El incidente se conoció cuando el medio especializado 404 Media identificó al autor, Marco Buscaglia, quien reconoció haber usado IA generativa para elaborar la pieza. La revelación se propagó en redes y medios especializados, posicionando al Sun-Times como un ejemplo alarmante de cómo el uso irresponsable de herramientas de inteligencia artificial puede comprometer la integridad informativa. Ante la presión, la directora ejecutiva del grupo propietario, Chicago Public Media, Melissa Bell, ordenó una investigación interna que derivó en un informe con autocrítica explícita y una lista de errores que abarcan tanto el uso de IA como los procesos de decisión dentro del periódico.

La directora ejecutiva del Sun-Times publicó un extenso reporte a modo de disculpas
La directora ejecutiva del Sun-Times publicó un extenso reporte a modo de disculpa

Un equipo premiado queda avergonzado

Días después, en la edición digital del 27 de mayo de 2025, se conoció el escándalo que puso bajo la lupa a La Nación. El prestigioso diario argentino, que apenas unos días antes (6 de mayo) celebraba un galardón nada menos que de la Asociación Mundial de Editores de Noticias (WAN IFRA) por el mejor uso de inteligencia artificial en su redacción, publicó accidentalmente un mensaje generado por ChatGPT.

La Nación recibió un premio de la prestigiosa WAN -IFRA por su uso de la IA
La Nación recibió un premio de la prestigiosa WAN -IFRA por su uso de la IA

En un artículo titulado “Impuesto a las Ganancias 2024: qué se puede deducir…” publicó accidentalmente un mensaje dirigido al usuario (de la IA), sugiriendo cosas como: “¿Querés que prepare una versión reducida para newsletter o redes sociales…? También puedo generar una infografía…“. El error se viralizó rápidamente en redes, donde usuarios señalaron el desliz y lo compartieron casi de inmediato.

Días después, el premiado diario se hizo viral por este error
Días después, el premiado diario se hizo viral por este error

El incidente generó una ola de críticas sobre la dependencia de la inteligencia artificial en el periodismo. Principalmente, se cuestionó si era ético usar IA para redactar sin dejar claro al lector qué parte se generó automáticamente.

Una edición impresa hecha íntegramente por IA

Un par de meses atrás, en marzo de este 2025, el diario italiano Il Foglio lanzó un experimento inédito: una edición especial de cuatro páginas, denominada Il Foglio AI, generada completamente por IA. Desde los titulares y los textos hasta las “cartas al director”, todo fue producido por ChatGPT -incluso con toque irónico- y distribuido durante un mes junto a la edición tradicional.

La IA "firmaba" en los artículos de Il Foglio
La IA “firmaba” en los artículos de Il Foglio

Sin embargo, tras su publicación emergieron varios problemas: plagio (copiando contenido del medio estadounidense The Atlantic), errores factuales y redacción monótona, incluso con invención de eventos falsos. El experimento no solo desató polémica, sino que puso un reflector sobre los límites de la IA en redacción noticiosa.

La respuesta del público y los expertos fue contrastante. Algunos lo celebraron como un paso audaz hacia la modernización del periodismo, incluso mejorando ventas -un incremento del 60 %, informaron- y allanando el camino hacia una sección IA semanal. No obstante, también se alzaron críticas sobre ética y credibilidad: desde cuestionamientos por confundir al lector, hasta advertencias sobre la pérdida de profundidad e indiferenciación.

La “pesadilla editorial” de CNET

CNET fue uno de los primeros medios en generar escándalos por su uso de la IA
CNET fue uno de los primeros medios en generar escándalos por su uso de la IA

Pero los escándalos sobre los usos y abusos de la IA en las redacciones no son de data reciente. En noviembre de 2022, la prestigiosa publicación especializada en temas de economía y tecnología CNET publicó -bajo la firma “CNET Money Staff”- al menos 70 artículos generados parcialmente por una IA interna, sin advertir claramente a los lectores.

Muchos de esos textos contenían errores básicos, como afirmar que un depósito de US $10,000 a 3 % generaba una ganancia de $10,300 en el primer año, cuando en realidad solo habría generado $300. Además, se descubrió plagio y contenido parcialmente copiado de otros sitios, lo que intensificó la crítica sobre la confiabilidad del material.

En respuesta a la oleada de críticas de medios como Futurism, The Verge y Wired, CNET pausó temporalmente la publicación de contenido generado por IA y emitió más de 41 correcciones en artículos previamente publicados. Su entonces editora en jefe, Connie Guglielmo, reconoció errores en los procesos de edición y plagio, anunció nuevas políticas para la transparencia y citación, y se trasladó a dirigir la estrategia de edición y política de IA de la compañía.

El reto del periodismo: salvarse a sí mismo

Ante la IA, el periodismo debe salvarse a si mismo

Así las cosas, los casos arriba descritos (hay muchos más) ponen de relieve un aspecto a menudo pasado por alto. Las políticas de las salas de redacción suelen centrarse (es el deber ser) en la precisión de su contenido y la transparencia con el público. Al menos, por ahora, el impacto de la IA en el desarrollo de habilidades del personal subalterno es una preocupación emergente.

Sin embargo, si no se aborda, este problema puede ser existencial: ¿Cómo se puede formar personal competente cuando ese personal es reemplazado por IA o, como sugiere un artículo de The New Yorker, se reemplaza a sí mismo por IA?

En el caso del Chicago Sun-Times, por ejemplo, la reconstrucción que hizo su directora ejecutiva, Melissa Bell, identificó hasta cinco errores humanos encadenados. El primero: un redactor que utiliza inteligencia artificial para escribir una sección sin comprobar el resultado. El segundo: una agencia intermediaria que distribuye el contenido sin editarlo ni verificarlo. El tercero: la falta de revisión interna por parte del equipo de circulación, que confió en que el sello de la agencia garantizaba estándares suficientes. El cuarto: la decisión de distribuir el suplemento bajo la cabecera del periódico sin advertencia ni atribución. El quinto, asumido por la propia directora, no investigar en profundidad los suplementos cuando accedió al cargo en septiembre de 2024 y aprobó su continuidad para no comprometer ingresos.

Bell reconoció que el origen de todo estaba en una lógica de rentabilidad a corto plazo. “Intentamos encontrar soluciones creativas que nos permitieran mantener los ingresos mientras avanzamos en nuestra transición digital”, explicó. Pero, en la práctica, el resultado fue un producto genérico, desvinculado del contexto local, y que, en este caso, cruzó el umbral de la falsedad.

Por su parte, en el caso de Il Foglio (el diario italiano de la edición con IA), el editor, Claudio Cerasa, defendió la iniciativa como un “stress test” necesario, cuya meta es distinguir “qué deben hacer los periodistas para ser mejores que las máquinas”. Asimismo, aclaró que las piezas generadas pasaron por revisión humana para eliminar errores graves, aunque dejaron visibles fallos menores para evidenciar las limitaciones de la IA.

Reiteró que no buscaban eliminar periodistas ni recortar empleos, sino alentar “una IA asistida con juicio editorial humano”. Finalmente, insistió que el experimento no era una estrategia publicitaria, sino transparentar “cómo mover la IA de la teoría a la práctica” y comprender sus posibilidades y restricciones reales.

La humanidad del periodismo es la ventaja competitiva

Ante la IA, el periodismo debe salvarse a si mismo

Ante este panorama, y frente a una irrupción que parece inminente, el periodismo debe verse a sí mismo y recurrir a su mayor valor y bandera, la humanidad de la profesión como ventaja competitiva. Las políticas de IA en las redacciones deben partir que el periodismo es una profesión centrada en el ser humano. Esta perspectiva debe ser realmente introspectiva, con el compromiso de equilibrar la innovación y la eficiencia con el desarrollo profesional. Lo ideal es que un equipo de nivel inicial sólido tenga espacio para desarrollar esas nuevas competencias.

Una buena política de IA debe especificar con precisión qué tareas pueden ser realizadas parcial o totalmente hechas por IA, permitiendo al mismo tiempo cierta experimentación en áreas de bajo riesgo (la política de IA del The New York Times es un buen ejemplo). Sin embargo, al seleccionar dichas tareas, la eficiencia y la productividad no deberían ser los únicos factores. La corrección humana y la claridad del proceso entre el personal también debería ser importante.

Otra cosa: que la IA pueda realizar una tarea no significa que deba realizarla siempre. Sí, una herramienta de IA ahora puede convertir con eficacia una reunión de 3 horas en una historia coherente, pero reportar y escribir artículos son prácticas fundamentales para aprender los entresijos del periodismo: tomar datos, buscar ángulos, verificar los hechos y citar con precisión. Las redacciones deben garantizar que este tipo de ejercicio fundamental siga siendo una prioridad para los periodistas que recién comienzan.

Nikita Roy, una reconocida periodista e investigadora sobre la irrupción de la IA en las redacciones, afirmó en su podcast The Newsroom Robots que los periodistas “deben prepararse para la muerte del artículo tal y como lo conocemos”. Desde acá, preferimos no hablar de “muertes”, sino de “desafíos” para el periodismo. Y la IA puede acelerarlos o ser parte de la solución. Todo dependerá de él. Y, cuando decimos de “él”, decimos: de nosotros mismos.

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