De acuerdo a la psicóloga Regina Pérez, las generaciones Z y Alpha son “independientes y tecnológicas, distintas a las otras,en cuanto a la forma de ver la vida”.

Con sorpresa han recibido algunos padres la información de que el comportamiento “extraño” que ha estado presentando su hijo, en cuanto a sus preferencias sociales, personales y su forma de desenvolverse en general, se deba a la generación en la que han nacido. La generación Z, que nace en los años comprendidos del 1994-2010, se conoce también como postmillennial, centennial, entre otros términos, destaca la psicóloga Regina Pérez.

Según describe la profesora Mireia Montaña de la universidad de Catalunya, esta nueva generación, nacida en pleno auge de las redes sociales, iría desde los pre-adolescentes hasta los jóvenes de poco más de 20 años que comenzarían a entrar en el mundo laboral.

Pérez manifiesta que éstos chicos son los verdaderos nativos de la era digital; no recuerdan lo que era conectarse a internet a través de un módem, ni tener que esperar pacientemente a que se dé la conexión o que el teléfono de la casa esté desocupado para poder realizarla.

“Les cuesta mucho adaptarse a la naturaleza de una vida simple, no entienden cuando los padres decimos que no tenemos a mano nuestro teléfono y por eso no sabíamos lo que había acontecido.
Nos ven como extraterrestres cuando preferimos dejar la tecnología dormida en casa y pasar todo un día disfrutando de la naturaleza, un buen libro (de papel) y conversando entre nosotros sin ver cada segundo quien nos está escribiendo un “urgente” mensaje”, comenta.

Para la especialista, es esta generación a la que le cuesta tener paciencia; aceptar que algo no se puede resolver; entender que no, es no y punto, carece de toda “lógica”. Ellos son capaces de usar varios dispositivos electrónicos a la vez sin inmutarse ni sentirse sobrecargados, tal como hacer varias tareas y procesar varias fuentes de información.

“Pueden llegar a poner en duda nuestros sabios consejos basados en la experiencia, porque va en contra de lo que han investigado ellos mismos. Es una generación tendente a la autodidáctica y llegan a corregir a sus maestros durante las clases tradicionales “aburridas” que les toca recibir”, indica.

Además, sostiene que se sorprenden poco, ante los aconteceres cotidianos y tienden a ser recelosos con su intimidad. Buscan no depender de nadie y mucho menos llegar a tener un trabajo de oficina de 8: 00 de la mañana a 5:00 de la tarde, que no les permita moverse de un lugar a otro cada vez que quieran, por lo que buscan ser independientes en lo que hacen para vivir.

De acuerdo a Pérez, la tecnología y el acceso, cada vez, es más fácil, ya que nos permite estar activos en todas partes del mundo, trabajar a distancia y estar al día con la entrega de responsabilidades desde una oficina virtual que permite conectarse desde la torre Eiffel, el desierto del Sahara o viendo el oleaje bajo el famoso puente de San Francisco. “Les cuesta desenvolverse personalmente en un banco, puesto que prácticamente nunca han tenido que pisar uno; salen de casa vestidos inadecuadamente, pues les cuesta entender que hay un código para los diferentes lugares que visitarán”, resalta.

La generación Alpha, son hijos de los millenials. “Estos chicos, juegan, aprenden y vivirán profesionalmente de una forma totalmente distinta a las que conocemos hoy en día. Igualmente, se convertirán en un verdadero reto para el desarrollo de los currículos escolares y universitarios. para poder llegar con nuevos conocimientos que interesen y conquisten de forma distinta a las conocidas”, puntualiza la especialista.

Recomendaciones

Ahora más que nunca, el crear una estructura firme, horarios que incluyan actividades físicas, provocar pasar tiempo en familia, mostrarles cómo vivir sin tecnología, fomentar la lectura, hacer juegos tradicionales al aire libre, treparse en un árbol, mostrar el amor, es más imprescindible, asegura Pérez.

“Si permitimos que esta corriente nueva se apodere en totalidad de la educación de nuestros hijos, de su tiempo de esparcimiento…corremos el riesgo de que su mundo personal sea más bien virtual, sin vivencias reales, en cuanto a cosas tan simples como la de saber a qué sabe el pasto, que tan sorprendente puede ser ver a un caballo de cerca y aprender a manejarlo montado sobre él”.

Con relación a esto, también dice que corremos el riesgo de que las herramientas naturales de supervivencia se conviertan en teorías que no sabrán poner en práctica.

Forma de vida de las nuevas generaciones

Regina Pérez

El mundo debe prepararse al cambio de estas nuevas generaciones. “Nuestro cerebro cambia de acuerdo a las experiencias vividas y el entorno que nos rodea; por lo que se advierte sobre las consecuencias que aún no sabemos hasta dónde pueden llegar”, señala la psicóloga.

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