Antes era vergonzoso ser ignorante e inculto. Hoy no solo es ventaja, sino que parecería una virtud.
Ser inculto, elemental, primario, es la aspiración de la juventud de estos tiempos. Lo es restregar en el rostro que se ha sido pobre y ahora se nada en abundancia. Porque significa prosperidad y éxito. Solo que siempre existieron personas que sin preparación se hicieron ricos y exitosos. Pero no prósperos e ignorantes. Que a estos de hoy les es un logro no darles la gana leer, sabiendo leer; ni escribir mínimamente bien, sabiendo escribir.

Exponer el dinero que regalas, como quien va a comprar una vaca, es significado de triunfo. Que el Alfa lanzara millones desde un helicóptero a una masa de necesitados allá abajo o el Daniel 6ix9ine exponga sobre el cuerpo fileteado de la joven ‘altista’ en una clínica, una cantidad indeterminada de dólares que le regala, se está convirtiendo en signo de buen gusto. De pasada: ¿alguna autoridad dígase guardafronteras, aduanas, impuestos internos, ha averiguado? Porque cuando tú simple mortal vas a colocar 500 dólares en una cuenta tuya del banco que sea, debes llevar hasta una declaración jurada de tu abuela muerta.

Nunca antes probablemente el dinero fue un símbolo cultural tan degradante. Y tan necesario.

Como sociedad hacemos de la vista gorda y convertimos al energúmeno, el imbécil y el ignaro en súper héroes de este Universo Marvel de la ‘inmersitud’. Tan es así que nos ensañamos con los artistas que hacen arte de verdad, mientras aplaudimos, justificamos o ni miramos a los monstruos de papier maché, que llenan nuestros espacios públicos de vulgaridades y obscenidades, loas a las drogas y violencias. Hacia allí no miramos.

¿Seremos algún dia capaces de sobreponernos a esta situación? Lo dudo. Se ha perdido demasiado tiempo. No existe política cultural. Todo ocurre con un nivel de improvisación patética. Las fuerzas culturales siguen en la inercia, cobrando tristes salarios.

Después no se lamenten.

Cuando la cultura sigue estando en el zafacón de todos los presupuestos, las ferias sobran

Posted in A quién más a quién menos

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