El domingo pasado fueron depositados en el Puerto Rico Memorial los restos mortales de doña Celina Rodríguez de Montañez, madre de un clan de gente honesta, trabajadora y talentosa. Tenía 103 años. Había fallecido el martes 12 de diciembre.

“Acaba de partir una de las personas que más me quiso, y de las que más yo he querido. Mi eterna madre está con su compañero en el cielo, con papa Dios”, escribió ese día, en su cuenta de Facebook, mi amigo Andy Montañez.

Conocí a doña Celina en el año 2001, cuando viví unas semanas en su casona de Trastalleres, donde nació Andy y adonde había llegado una tardecita de 1962, un tal Rafael Ithier, y les preguntó a uno de los muchachos que jugaban vitilla en la calle, “¿cuál es la casa de Junior?”. Uno respondió: “Esa que está ahí. ¿Qué se le ofrece?”. “Hablar con los padres de Junior”. Andy, con susto (se preguntaba ‘¿habré hecho algo malo?), le llevó ante Celina. Quería pedir permiso para ponerlo de cantante en El Gran Combo. Lo demás es historia.

De doña Celina enseguida me ganaron su jocosidad, su amabilidad, su humildad, sus atenciones, su cariño, su hospitalidad, su ternura, su positivismo, su empatía. Ella era el tronco de una familia cuyo primogénito era Junior (como ella le decía a Andy), porque su esposo se llamaba Andrés, don Andrés Montañez Alejandro, bohemio y trovador, autor de un bolero maravilloso que su hijo le grabó en el disco de ese género que acompañó el libro “Andy Montañez: el ser humano y el artista”, del cual soy autor y que publicara la Editorial Puerto en el 2002, en ocasión de los 60 años del excantante de El Gran Combo.
Ella no era solamente la madre de 18 hijos, sino un ente de referencia en Trastalleres, por su bondad, su nobleza, su alegría, su fe, sus valores humanos, sus enseñanzas, su chispa vital, su sentido de la unidad familiar y su sencillez. Marcelina “Celina” Rodríguez Díaz, fue para todos “Abuelita Celín”, en su familia y en el barrio. Vio partir de este mundo a cinco hijos, a su esposo don Andrés, a algunos nietos, entre ellos Andicito, también artista, el 24 de julio del 2019.

Despedir a una madre siempre es difícil. Queda su memoria en Andy, Colo, Pedro, Lupe, Carmen, Alex, Rosa, Ana, Margarita, Gury, José, Lydia y Rey, y en quienes la conocimos.

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