Resulta ridícula esa carrera desaforada por establecer Récord Guinness en cualquier cosa: el sancocho más grande, el que más tiempo se mete cantando, el mangú más grande, más personas jugando dominó, el presidente más viejo del mundo, el maratón de lectura en voz alta más largo, Más jonrones de Grandes Ligas por jardinero derecho, Jugador más adulto en alcanzar 30 jonrones en una temporada, el locutor con más tiempo hablando, el mojito más grande del mundo, entre otros.

De todos, los que me parecen una cuestión de vergüenza nacional, son los récords de tener los bailes de merengue y de bachata más grandes del mundo, que estaban en posesión de países de Europa del Este.
Fuera de ahí los intentos de Carlos Silver me parecen patéticos y demasiados riesgosos, innecesarios por demás, porque ni le han dado fama y mucho menos dinero. Ni ha crecido como cantante.

Si fuésemos a apostar por réccords Guinness me gustaría mucho más que fuesen algunos de verdad importantes, como por ejemplo el Récord Guinness al País de Mejor Calidad de Educación en el Mundo o el Récord Guinnes al País de Mayor Cantidad de Graduados Universitarios del Mundo.

Deberíamos estar plenamente orgullosos, eso sí, de poseer el Record Guinnes a la Juventud Más Culta del Mundo.

Otro gran récord a buscar sería el Record Guinness al País con Menos Cantidad de Accidentes del Mundo.
Y por no quedarnos atrás sería maravilloso que nos ganásemos el Récord Guinnes al País con Menos Feminicidios del Mundo, y el de País con Menos Violencia de Género.

Puestos a soñar no estaría mal poseer el Récord Guinnes al País con Mejor Sistema de Justicia del Mundo. Oh, y claro está, el Récord Guinnes al País con Menos Índices de Corrupción del Mundo.

Hay otros acápites en que sin embargo, merece, y no los tiene, como que República Dominicana es el País Más Hospitalario del Mundo. Y el ser Dominicano es el Ser Humano Más Simpático de la Tierra. Y el más Solidario.

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