Este 29 de diciembre empieza la nueva era del Tribunal Constitucional dominicano, los próximos 9 años, casi una década de labor constitucional que recaerá sobre el liderazgo como magistrado presidente de Napoleón Estévez Lavandier, acompañado por los magistrados Miguel Valera Montero como juez primer sustituto de presidente y la magistrada Eunisis Vásquez Acosta como jueza segunda sustituto del presidente, respectivamente, como bien establece la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional y su reglamento jurisdiccional, ellos tendrán la responsabilidad de guiar las sesiones del pleno en donde se tomen decisiones trascendentales para el porvenir democrático, el respeto de los derechos fundamentales y siempre velar por la supremacía constitucional.
Los próximos años los magistrados José Alejandro Ayuso, Fidias Aristy, Alba Luisa Beard Marcos, Manuel Ulises Bonnelly Vega, Sonia Díaz Inoa, Army Ferreira, Domingo Gil, Amaury Reyes, María del Carmen Santana de Cabrera y José Alejandro Vargas Guerrero, completarán el pleno que deja atrás 12 años de la primera conformación.
Esta vez tenemos un pleno del Tribunal Constitucional integrado por cinco mujeres, las cuales tienen la enorme responsabilidad de ser referentes para la sociedad en sentido general, esperamos ver decisiones importantes encabezadas por los despachos que integran, como también esperamos ver los votos particulares, ya sean salvados y disidentes con argumentos jurídicos con esa perspectiva que como mujer puedan tener de los temas en cuestión, pero sobre todo, esperamos ver sus aportes jurídicos desde el tribunal, ya sea a través de obras o conferencias que impacten en la comunidad jurídica.
De esta nueva conformación se espera mucho, empezando por mantener un legado y unos estándares de calidad que hasta ahora hemos visto, tal vez soy más ambiciosa al escribir estas líneas y espero ver más que eso, espero ver un pleno del Tribunal Constitucional que se aboque a sentar precedente sobre temas no esclarecidos en nuestro ordenamiento jurídico, delimitar competencias que constitucionalmente quedan claras, pero que han sido de interpretación confusa, declarar la irrelevancia de lo irrelevante, delimitar los límites ordinarios de legalidad que muchas veces se quieren obviar, en fin hacer justicia constitucional para los nuevos tiempos, caminar sobre los cimientos sólidos de un Estado Social y Democrático de Derecho que se ha fortalecido y que tiene suficiente músculos para continuar con el ejercicio que le toca, la protección de la supremacía constitucional y la dignidad humana de las personas.
De manera particular, sobre Amaury Reyes Torres y Army Ferreira recae la responsabilidad de la juventud, esa que en el mundo entero lleva consigo la bandera de la preparación, grandes ideas e impulsores de los grandes avances, a ellos les recomiendo que siempre se dejen guiar de los más longevos dentro y de los que han salido del tribunal, porque la experiencia de vida de magistrados como Domingo Gil, Hermógenes Acosta, Leyda Margarita Piña, Víctor Joaquín Castellanos y Milton Ray Guevara es algo que no tiene precio, y me consta que el ímpetu de la juventud junto a consejos valiosos pueden transformar un país.
El magistrado presidente Napoleón Estévez como bien expresa el magistrado presidente Milton Ray Guevara: “Reúne las condiciones necesarias para dirigir exitosamente el Tribunal Constitucional por los próximos nueve años, por su competencia y amor al trabajo”, y tiene nueve años para demostrarlo, solo nos queda esperar a que el nuevo pleno haga lo que mejor debe hacer: ¡Hacer justicia Constitucional!