LAS VEGAS, NEVADA.- ¡Arde la ciudad de Las Vegas!

Es el título que se “ajusta”, y que fortalece esta breve columna, en medio del agitado (y ruidoso) proceso) que se observa en esta metrópolis bautizada como “La ciudad del Pecado”.

Por Las Vegas, antes de la esperada pelea que el próximo sábado protagonizarán Saúl -Canelo- Álvarez, de México, y el estadounidense Jermell Charlo, se vive un ambiente festivo.

Desde el mismo instante en que arribé a Las Vegas, mi prioridad -como es de lógica de un viajero- fue registrarme en el hotel donde tendré una estancia de cinco días y prepararme para el regreso a Santo Domingo.

Salvador Rodríguez, sagaz periodista de la cadena deportiva ESPN, ha declarado que “seremos testigos de una pelea que aunque algunos crean que será fácil, podría ser espectacular”.

Lo propio ha dicho Renato Bermúdez, colega de Rodríguez en las transmisiones de boxeo por parte de ESPN. Cree Renato Bermúdez que la gente se nota muy entusiasta y “creo que tiene más que razón”.

Charlo y Canelo Álvarez, desde que se anunció su combate, concitaron la atención de los fanáticos… en especial de los mexicanos que de seguro asistirán en masa, como acostumbran a hacerlo cuando uno de sus compatriotas es protagonista de una pelea mundial.

¿Será una pelea de calidad?

Johnny Romero, ciudadano dominicano que reside en Las Vegas desde hace más de veinte años y que trabaja para el hotel Mandalay Bay, afirma: “Parece que tendremos un combate de altos kilates”.

La legendaria frase de que “lo que se dice en Las Vegas, se queda en Las Vegas” quizás en esta ocasión no se cumpla del todo.

Pero, ¿por qué? Sencillo: porque algunos turistas mexicanos, que ya han visitado esta ciudad decenas de veces, con el resultado del combate Charlo-Canelo Álvarez, podría manifestar: “Aunque lo digan, la victoria de mi paisano no se quedará en Las Vegas… la llevaré conmigo a México”.

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