Los llamados partidos minoritarios, esos chiquitos que nunca crecen y que en cada proceso electoral en vez de subir bajan sus porcentajes; esos que sobreviven porque están como sanguijuelas pegados a partidos mayoritarios y giran como satélites en su entorno, ya comenzaron a mover la coctelera para las elecciones del 2024 y seguir así “subíos en el palo”. Dice Trajano Santana, del PRI, que ya amarró lo suyo y que va como candidato a senador del PRM por Barahona con el apoyo de otras 20 organizaciones que respaldarían la reelección de Abinader. Que le vaya bonito, pues. ¡Ah!, calificarlos de chiquitos no es peyorativo, es porque les pasan décadas y siguen siendo pequeños y encima de eso, lo que es su peor mal, sin propuestas que los diferencien.