En la sala de la casa de David los Santos, el joven muerto tras una golpiza cuando estaba detenido en el destacamento de la Policía del ensanche Naco, aún se siente su presencia por lo intempestiva de su partida; hay dolor y luto, se vive el duelo, por lo que resulta inconcebible que la presencia allí del ministro de Interior y Policía la convirtieran en un show televisivo de indolencia y de insensibilidad. Chu Vásquez alega que no llevó las cámaras ni montó luces. Lo sospechoso es que esa afrenta a los familiares de David, esa propaganda anti ética, coincidiera con el anuncio de que habrá una nueva estrategia de comunicación en la Policía para impedir, según dijeron “versiones erradas y deformaciones informativas”.