Comúnmente se escucha que el dolor de parto es el mayor que se puede experimentar, pero hay otros más intensos, aunque el del parto trae aparejado una vasta secuela única y además, paradójicamente, al alumbramiento se le otorga una connotación hasta sublime. Otro derivado es el trauma post parto, lo que pone a las parturientas en una condición exclusiva. Sin ir más lejos, asistimos a una de las medidas migratorias más cuestionadas de las 15 que aplican las autoridades, sin entrar a considerar que afecta también al recién nacido, lo que de por sí debería llevar al Gobierno a revisarla y, en lo posible, eliminarla. El aplauso silente y la ganancia momentánea política y de popularidad que se pudiera estar midiendo, lo opaca la inhumanidad que encierra perseguir parturientas.